Generando cambio

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Los intentos de los organismos internacionales PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Jueves, 26 de Mayo de 2011 00:00

  VIOLACIÓN Y OPRESIÓN, VAN DE LA MANO

No debería resultar difícil situarse en la reflexión, para  sacar conclusiones sobre la no aceptación de los llamados gobiernos populistas de parte de las corporaciones internacionales. La mayoría sabemos  que esas presiones están vinculadas fuertemente, por la no aceptación de los mandatos que nos quieren imponer, para cumplir con las recetas recesivas que han llevado al grueso del planeta a la desolación económica y el caos social como pocas veces se había vivenciado en la historia de la humanidad.

Lo que viene sucediendo actualmente en varios países de Europa, con mayor pronunciación en España, Italia y Grecia, a  manera de ejemplo, son las elocuentes pruebas como para aseverar lo que estoy manifestando en esta nota. Siempre con la fuerte y decisiva “sugerencia” norteamericana, entre el FMI y el Banco Mundial, ayudado por las “decisiones” de Naciones Unidas, las corporaciones más fuertes del mundo, acosan con sus libretos, todas las buenas inquietudes que pueden tener los gobernantes de turno de cada nación agredida. El error gravísimo de estos países es la aceptación de las medidas recesivas, ya que en poco tiempo pasaron a representar a los países emergentes.

Pero hay detalles que a cualquier sociólogo o psicólogo, no se les escapa y dejan evidencias concretas que las actitudes que manifiestan algunos jerarcas de esos organismos, están totalmente identificadas con las que toman para esos países, refiriéndome por supuesto a las actitudes presentadas en la vida personal de cada uno de ellos.

Cuando Bill Clinton tuvo ese episodio con una de sus secretarias, más precisamente sobre el tema del sexo oral, los que pensamos y objetivisamos en el más allá, sabíamos que era una fuerte demostración de poder que la emplean con cualquier ser humano que está frente a ellos, como lo hacen también con cualquier país que desean asesorarse en la búsqueda de soluciones para sus políticas. Recientemente el Director General  Dominique Strauss-Khan, hoy renunciante por haber pasado el papelón de intento de violación a una mucama del hotel donde se hospedaba y procesado por tal actitud, deja nuevamente en claro que son las formas y sutilezas que emplean para analizar y otorgar préstamos a los países que solicitan ayuda al organismo internacional de crédito.

Esa reacción y actuación patoteril está netamente encuadrada con los métodos que utilizan para ofrecer ayuda a los países emergentes.

Entonces, es muy fácil deducir que los gobiernos que ellos denominan populistas, sumergidos en la dádiva para solucionar los problemas de sus sociedades, no son de vuestro agrado, simplemente, porque no aceptan las recetas que imponen, además de no estar dispuestos a que nos “violen o acosen” de la manera que están acostumbrados.

Cuando manifiesto reiteradamente en cada una de mis notas, que muchos de nuestros gobiernos latinoamericanos han preferido la participación popular y la inclusión social, para cambiar definitivamente el rumbo acostumbrado de la sumisión por uno de respeto e igualdad, queda claro que es lo que el FMI o los precursores de las recetas neoliberales desean demostrar con el rechazo a las culturas populistas.

Esta parte del continente americano, se cansó de tanta barbarie y atropello y algunos presidentes, acompañados por la mayoría de sus pueblos, van cambiando la historia y nos están dejando un horizonte más claro, que será por el beneficio concreto de nuestros jóvenes en un futuro muy cercano.

Para muchos personajes de aquellos organismos opresivos, estos presidentes que nos representan actualmente, fundamentalmente,  en  el Centro y Sur de América, son analfabetos, totalitarios y con una falta enorme de intelectualidad y quieren hacer creer a las sociedades del mundo que nos llevarán al camino de las dictaduras civiles que cortan la libertad de expresión y las garantías públicas y constitucionales. Prueba concreta la presencia de Vargas Llosa o la SIP en cada país que no cumple con las recetas impuestas por el FMI.

Sólo hay que proponerse en defender estos modelos y cada vez que nos toque el contacto con las urnas, saber cual es la carretera que debemos seguir, para que nunca más volvamos a estar propensos a esas violaciones de cualquier tipo que nos desean imponer. Seguramente que si reflexionamos de esta manera, todo lo que quieran aplicar, quedará nulo desde su propio inicio.

 
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