Pablo Escobar y "Chapo" Guzmán, emulando a la Bullrich: "¿Hasta cuando hay que aguantar a los narcos?"Comentaba en mis editoriales en distintos programas radiales durante la semana, lo sucedido el pasado sábado 27 de febrero en Plaza de Mayo, con relación a las bolsas de residuos con simbólicos cadáveres de funcionarios, militantes sociales o sindicalistas, en exposición ideada por sectores opositores que no tienen nada que ver con la política, aunque se califiquen como dirigentes o militantes, precisamente de partidos políticos. Esos mismos dirigentes querían distinguirse de los participantes de la marcha, argumentando que se trataba de autoconvocados, simplemente, para no quedar "pegados" con semejante acción de apología del crimen.
A todos esos personajes siniestros de la vida nacional los traté de antidemocráticos y sugerí que sean enjuiciados por atentar contra el sistema, sin embargo, me llevé una gran sorpresa por la reacción de algunos/as amigos/as, pues consideran que se han desviado los caminos correctos de la información, porque lo difundido no estaba encuadrado con la realidad. Ahí es donde recordé una frase magnífica e identificado con lo que estoy escribiendo, producida por A.C.Doyle y que dice lo siguiente: "La mayoría de la gente escucha con la intención de responder, no con el deseo de comprender" Esto no significa que tenga razón y ser el dueño de la verdad, simplemente, me limito a los hechos que se vienen dando con el correr del tiempo, y ése mismo tiempo, valga la redundancia, nos responde que la realidad es otra y no la que pintan o desean hacernos creer los mandantes de la información, siempre serviles a los sectores corporativos. Entonces, ahí cabe otra frase simbólica y profunda de Descartes, cuando nos afirmaba lo siguiente: "Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender" Es cierto que difundieron algunas bolsas de residuos con un cartel que nos manifestaba el dolor de muchos con respecto a los muertos por el Covid y que no pudieron darse la vacuna, mientras algunos privilegiados la obtuvieron con malas artes, apareciendo esos nombres en las bolsas de referencia. En dichos carteles se cargaba la responsabilidad a los militantes de La Cámpora, que supuestamente ofrecían vacunas a cambio de una afiliación, algo que muchos me le manifestaron, incluso algunos miembros de mi propia familia. Bien, quiero decirles que esto es literalmente mentiras, y lo afirmo con varios detalles que paso a difundir: 1) La Cámpora no afilia a nadie, pues no es un partido político, sino una fracción o movimiento, por lo tanto no tiene capacidad, ni permiso de afiliación. 2) Dicho movimiento no tiene vacunas en ningún local, pues las dosis las manejan los organismos de salud con las respectivas intendencias, bajo la supervisión total de cada gobernación. 3) La vacuna debe tener una cadena de frío que en un local partidario es imposible sostener, pues no se trata en una heladora o heladera común. ¿Queda claro? Lo insostenible de todas estas mentiras es la forma en que se encaró el reclamo, pues las amenazas y deseos de muerte para algunos funcionarios, sindicalistas o actores sociales no es cuento y de tal forma se entra en la apología del crimen, solo comparado con los hechos sucedidos durante la dictadura cívico militar y eclesiástica, más cruenta de toda la vida nacional. Estos son algunos de los puntos para señañar y tal vez son muy escasos, pero tendría que ocupar un espacio enorme, si en realidad hay que puntualizar tantos despropósitos lanzados por estos sujetos que muy poco les interesa la vida democrática. Precisamente, la mismísima Patricia Bullrich, acompañada por Fernando Iglesias y Hernán Lombardi, entre otros enemigos del sistema, estaban al frente de la marcha, pero querían hacernos creer que se trataba de autoconvocados los que provocaron semejantes barbaridades, sin embargo no condenaron tales sucesos y solo atinaron a defenderse con el propósito de quedar bien parados ante la sociedad, por supuesto, de eso se encargaron los medios corporativos de la información, algo que ya pasó a ser una costumbre infinita. Sin embargo, no puedo dejar pasar lo que sucedió días después de ése acontecimiento en Plaza de Mayo y tiene que ver estrictamente con lo acontecido en Formosa, por el desmedido uso de la violencia de parte de la policía provincial de ése distrito, ante el reclamo de parte de la sociedad por volver a fase 1 del aislamiento total por el Covid 19. Esos hechos anduvieron por mi mente con cierta preocupación, pues soy totalmente enemigo de cualquier represión, pero tuvo que salir precisamente Patricia Bulrrich, con el único interés de hacerse notar y embarrar la cancha, sin acordarse lo que accionó mientras era la Ministra de Seguridad de la Nación durante los 4 años del período macrista. Ése recuerdo me permite titular el presente editorial de una manera jocosa y además, compararla humurísticamente con una presunta definición de los narcotraficantes aludidos en el título, pues causa gracia escucharla o leer el twitt de la Bulrrich, cuando nos dice que, "hasta cuando hay que aguantar atropellos", justo ella que parece olvidarse de todo lo que provocó en el país con las represiones, seguida de muertes, mientras nadie sale a enfentarla como es debido. Sino que lo digan los jubilados reprimidos en el Congreso; los familiares de Santiago Maldonado o Rafael Nahuel; la "reivindicación a Chocobar por el gatillo fácil, en fin, son innumerables los hechos bochornosos, antidemocráticos e ilegales producidos por la ex Ministra, sin embargo hay que aguantarla precisamente a ella, por tantas irresponsabilidades que siempre estuvieron emparentadas con la represión y la muerte. Bullrich, no conforme con todo lo que provoca, viajó hoy domingo acompañada por el diputado Waldo Wolf y otros legisladores de la provincia, poniéndose al frente de la protesta en Formosa, sin respetar los protocolos, pues debía ponerse a disposición de las consignas provinciales, aislándose por 10 días, teniendo en cuenta que en estos momentos no sostiene ningún cargo público y debe respetar los protocolos vigentes como cualquier ciudadano/a común. Ella, hizo caso omiso sobre tal situación y vuelve a cargar las tintas, provocando momentos de violencia incentivando a sus seguidores para que ejecuten tales maniobras, promoviendo una marcha para mañana lunes 8 en la peatonal de la ciudad de Formosa. Llama poderosamente la atención que aquella ministra abanderada de la represión, hoy se preocupe por lo que acontece en Formosa, sin haber evaluado o producir autocrítica alguna por lo acontecido en su gestión. ¡Caradururismo total! Al margen de todo lo que está ejecutando en Formosa, no se puede omitir, reitero, lo sucedido el pasado sábado 27 de febrero en Plaza de Mayo y por el solo hecho de ponerse al frente de la marcha, como lo manifestara al principio del presente editorial, tiene que actuar algún magistrado de oficio, pues aquel acto está más emparentado con la apología del crimen. No fue una simple protesta, simplemente, por algunos detalles que no son reales y han servido para que la prensa amarilla y corporativa lo utilizara con la intención concreta de perjudicar el sistema de vacunación que viene muy bien en casi todo el territorio nacional, salvo en la Ciudad de Buenos Aires. La actitud de Bullrich es la misma que ejecutaban en la dictadura cívico-militar y hay que actuar con urgencia, pues estos hechos son insoportables y pone en peligro la sana convivencia de nuestra comunidad con la democracia, y además, resulta paradójico, pues hoy ella pregona contra la violencia, cuando tiene varias causas escondidas bajo la alfombra por crímenes y avasallamientos en contra de los derechos humanos.¡Insólito y vomitable! Pues debemos luchar incansablemente para poder decir afirmativamente: ¡Será Justicia!
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