ENTRE TODOS ENCONTRAREMOS LA VERDAD

                        Capítulo Primero (de tres)

Escribiré sobre el complicado caso del Grupo predominante sobre Papel Prensa, y cuando subrayo sobre esto, hago hincapié más en Clarín que en La Nación, ya que sus antecedentes son distintos, a través de los años, porque aunque uno no coincida con la ideología de los precursores del diario de los Mitre, no podemos negar bajo ningún aspecto que los comienzos y sus andares no tienen similitud con el creador del diario Clarín.

Toda esa teoría que pregona el programa televisivo “TVR- Televisión Registrada”  y que diariamente lo menciona “678” en la Televisión Pública, tiene una explicación más que lógica, cuando afirman “que todo tienen que ver con todo”. No existen las casualidades en casi nada que nos ocurre en la vida, mayormente las cosas o hechos suceden por causalidad y le menciono siempre en mis notas o libros.

Entonces, vayamos reflexionando y analizando los comienzos del diario que se convirtió  en “el gran diario argentino”, no calificado por la sociedad, sino por ellos mismos. ¡Vaya soberbia!

Los comienzos presenciales de Roberto Noble, ya lo publiqué por este medio en ocho capítulos, y fui víctima de algún lector que en forma anónima me recomendó que dejara de copiar y me dedicara a opinar por mi propia óptica. Considero que sería muy infantil y falta de profesionalismo, no buscar documentos escritos y vivencias de aquella época para tener un panorama más aclarador sobre este tema u otro que uno desea ofrecer a sus lectores. Este es el camino más racional y serio para transmitir cualquier información.

Bien, vayamos entonces a recordar como se presenta aquel profesional amante de las culturas de Mussolini, declarándose hombre militante y apasionado por el “nazionalismo”  y fascismo inspirador del político italiano y ejecutado en la misma era por Adolf Hitler. Tambíen fue autor de leyes que se promulgaban en la dictadura militar de los 30, y una de ellas era la famosa 11723 sobre el Derecho de Autor, pero que beneficiaba siempre a las editoriales, pero no al autor propiamente dicho, y que en la actualidad pudo salvarse por la aparición de CADRA, que pude proteger los derechos a través del combate real contra la fotocopia de las obra protegida.

Todas estas apariciones parlamentarias, siendo vice-presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, lo lograba por ser el consultor preferido y  asesor directo de Agustín P. Justo, ya que Noble no ocultaba su odio hacia Hipólito Yrigoyen, a quien combatió desde su juventud, quedando como legislador de preferencia por mantener y divulgar toda su artillería en contra de las teorías yrigoyenistas. Desde ya esto avala que Juan Domingo Perón, no era un hombre representante del fascismo, a pesar que se había especializado en Italia bajo el régimen de Mussolini sobre nuevas técnicas y tácticas militares. Digo esto, aunque parezca cargado de ilusionismo, porque Perón venía con principios y acciones basadas en el pensamiento de Leandro Alem e Yrigoyen, y era necesario sacárselo de encima para no perturbar las acciones de los conservadores y fascistas en Argentina.

Entonces no fue casual que Noble se encargara de promover a su diario, enfrentándose decididamente contra las políticas populares que impulsaba Perón y contradecir abiertamente toda iniciativa del peronismo. Algo que ocurre en la actualidad, cuando debe enfrentarse con un gobierno de las mismas características afines a los doctrinas de Perón.

Pero quise traer a la memoria algunos procederes de Don Roberto, simplemente porque las recetas son las mismas, además de actuar casi en su totalidad de acción,  con documentación y teorías de carácter irreal. Toda su vida estuvo “cargada de truchadas”, como lo prueban los documentos de su hija Lupita, su casamiento con Guadalupe Zapata y el segundo enlace con Ernestina de Noble. Si hasta su muerte estuvo bajo sospecha, ya que nunca se supo a ciencia cierta los motivos que originaron su deceso.

Pero  quiero detenerme en concordancia a lo que recibíamos en la etapa de Perón, con relación al supuesto fascismo o inclinaciones al nazismo de parte del militar argentino, algo que nos enseñaron y nos “machacaban” desde la niñez, con el sólo interés de prepararnos para odiar al líder popular. Era “mala palabra” nombrar a Perón, simplemente porque fuimos educados para recibir otras culturas que estaban ajenas a las culturas populistas.  Y cuando me refiero a que tengo que detenerme en el tiempo, lo hago con la inquietud de mostrar la otra cara de la verdad, ya que el hombre que tenía plenas identificaciones con la cultura fascista y además, lo manifestaba en documentos y en sus notas editoriales, donde agrandaba y patrocinaba la figura del “hombre concreto”, un símbolo del nazismo, era precisamente  Roberto Noble, quien se enfrentó con Perón desde la aparición del popular Coronel en la sociedad argentina. ¿Qué notable contradicción, no? Queda claro entonces, que todo era a la inversa y quien practicaba las costumbres hitlerianas o “mussolinescas” era el mandamás y creador del “prestigioso” diario Clarín.

Claro, ustedes se preguntarán con todo derecho,  que tiene que ver todo esto con la situación actual del diario, Papel Prensa y el rol del estado o del gobierno con el caso en cuestión.

Bien, vamos a actuar como en las novelas y aquí solo le escribo el primer capítulo de esta historia apasionante que nos “ilustrará”, de acuerdo a las enseñanzas que recibí en alguna etapa de mi vida, de parte de mi maestro Álvaro Ruiz Mantarás, el costarricense que tengo el honor de que escriba en mi revista, y me instruyera para que forme o arme el rompecabezas que me llevará irremediablemente hacia la verdad.

No tengan dudas que obtendremos lo que necesitamos para dilucidar este tema, y creo que a los medios judiciales también les servirá para impartir justicia. Pido disculpas por mi falsa modestia.