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Anormalidades en la Industria textil... PDF Imprimir Correo
Escrito por Julio César Chaillé   
Martes, 20 de Diciembre de 2011 12:25

Buenos Aires: Textiles tenían un 39% de trabajadores sin registrar

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) detectó que unas treinta empresas textiles del Conurbano y otras ciudades de la provincia tenían a casi la mitad de sus trabajadores en negro. Se trata de 155 personas que sufrían precariedad laboral.

En los procedimientos se relevaron a 395 trabajadores, de los cuales, 155 (39%) presentaba irregularidades. De estos, el 76% no se encontraba declarado por su empleador, mientras que el 24% presentaba irregularidades. Fueron más de 200 los agentes de la AFIP que visitaron los talleres de Villa Madero, Villa Insuperable, Ciudadela, Lomas de Zamora, Florencio Varela, Glew, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Caseros, La Tablada , Bella Vista, Boulogne, Victoria , Lomas del Mirador, San Martín, San Pedro, Garín, Moreno y Junín.

 En la mayoría de los casos, se relevaron situaciones similares: gran cantidad de empleados sin registrar (la mayoría extranjeros); establecimientos con precarias instalaciones; extensas jornadas laborales y remuneraciones por debajo del salario mínimo vital y móvil.
 Los trabajadores que no están declarados significa que prestan sus servicios sin efectuar aportes al Sistema Integral Previsional Argentino, ni posee obra social.
 Beneficios laborales, sólo para argentinos
En uno de los talleres textiles ubicado en la Villa Madero, el personal de la AFIP pudo constatar un caso de extrema discriminación. En ese establecimiento, las 8 argentinas que trabajan estaban declaradas, mientras que los 35 restantes (la mayoría paraguayos y bolivianos) realizaban su actividad sin estar registrados.
Incluso, el reparto de tareas también se realizaba dependiendo de la nacionalidad: las argentinas se dedicaban a las tareas de “terminación” de las prendas y los extranjeros se ocupan de tareas de tizado, corte, costura, ensamble, etiquetado y empaque.
Según manifestaron los propios trabajadores, el taller funcionaba de lunes a viernes en el horario de 7 a 17. Sólo hacían horas extras en los días previos a fechas de mayores ventas como el Día del Niño o Navidad. Los sueldos oscilaban entre los $1.600 y $2.000. Cobraban sus haberes en mano y se les descontaban las ausencias.
Consultados, la mayoría de los trabajadores del taller textil, expresaron que desconocían la importancia de estar registrados por su empleador. Asimismo, pocos valoraban el hecho de contar con una obra social o realizar aportes para alcanzar una jubilación digna. Así fue como gran parte de ellos optó por callar y no denunciar las precarias condiciones laborales a las que estaban siendo víctimas.
No obstante, una de las trabajadoras denunció que al quedar embarazada fue desafectada en el período de lactancia y vuelta a contratar cuando su hijo cumplió los seis meses. Otro empleado aseguró que el empleador “presionó” al personal para que declare que iniciaron su actividad en marzo de 2011, fecha en la que las empleadas registradas estaban dadas de alta.

 

 
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