Las actitudes belicistas del presidente Milei nos pueden llevar a un desastre

Esta nueva actitud o decisión del presidente Javier Milei, en realidad no me sorprende en absoluto, pues lo vengo afirmando desde que asumió y está documentado en cada editorial que escribí en nuestra página o en mi programa de radio. Me refiero estrictamente al peligro que envuelve a todo el país con sus ambiciones bélicas, teniendo como base que se considera un monarca y además, como si fuera poco, está convencido que es el dueño de la verdad y hasta se ha creído que encuestas internacionales lo ponen como uno de los dos presidentes más populares del universo.¡Todo un despropósito!

Alguna vez el notable Alejandro Dolina nos decía que se aguantaba la soberbia de un grande como Einstein por ejemplo, pero nunca la de un salame. Bien, cabe reflexionar sobre tal apreciación de Dolina, teniendo como base algunos conceptos ya ultra repetidos del presidente Javier Milei, pues es alarmante la falta de conocimiento en casi todos los rubros que toca, dejando en claro a pesar de esa falta de recursos, que su egocentrismo y soberbia no lo deja pensar y no se da debida cuenta de sus falencias, dejándolo en todo momento muy mal parado ante una sociedad pensante, aunque mayor y principalmente, gran parte de tal sociedad no se ha dado cuenta que son humillados por la falta de respeto que aduce frente a dicha comunidad, ya que en el mayor de los casos la misma no percibe todavía de esa falta de sinceridad y atributos del presidente.

¿Tendremos que asumir que Víctor Heredia tiene razón cuando nos dice que estamos "sobreviviendo"?

Opinar sobre el tema de los derechos humanos en la actualidad, no es tarea fácil, máximo si no se toma en serio la dimensión que puede tener cuando no se hacen las cosas con verdadero sentido profesional y humano, precisamente.
Haciendo un estudio y tomando como base el verdadero objetivo de los Derechos Humanos en todo el mundo, de acuerdo a lo firmado oportunamente por todos los países del planeta, cuesta entender todavía en estos tiempos que vivimos, la falta de compromiso y sentido común que realmente no se nota, pues en ninguno de los casos se puede observar que se cumple seriamente con tales objetivos, teniendo como base que fueron creados por los organismos internacionales como derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición, cláusulas vitales que figuran en el protocolo vigente.

TENGAMOS BIEN PRESENTE EL ...¡¡¡NUNCA MÁS!!!

Los acontecimientos sucedidos en todos los ámbitos relacionados con la política en los últimos días, nos ha dejado un panorama muy complicado que no será muy fácil sobrellevar, fundamentalmente con el diario vivir de la sociedad en su conjunto. Simplemente, la frustración del gobierno ante el fracaso de la Ley Ómnibus, pone en vilo a toda la sociedad porque la incertidumbre crece por minuto y deja en claro cuál es el camino que va a tomar el ejecutivo de aquí al plazo inmediato.

Cada día que pasa me cuesta mucho entender a una enorme porción de nuestra sociedad, pues todavía no puede analizar los objetivos reales que sostiene el presidente Javier Milei, de acuerdo a todo lo que viene accionando, no solo desde que asumió, sino por todo lo prometido en su campaña proselitista que lo llevó a la presidencia de la Nación.
Tanto el personaje aludido como su Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich e incluso la vice presidenta Victoria Villarruel, no se han cansado de afirmar que tenía que explotar todo para que el país se ponga de pie con las nuevas medidas que tenía en ejecución el presidente.

Analizar el comportamiento o el accionar del nuevo gobierno que asumió el pasado 10 de diciembre en Argentina, créame que no es tarea fácil o sencilla. Tal vez hay que separar lo que significó las promesas de campaña proselitista que lo llevó a Javier Milei a la presidencia y como lo encara desde el día que asumió. Precisamente, el presidente ha dejado en claro que desde el día del juramento del mandato le dará la espalda al Parlamento y solo tiene intenciones de favorecer netamente a un sector minúsculo del privilegio, de acuerdo al paquete de leyes que presentó oportunamente al Congreso de la Nación.