Entre las vacunas y la justicia, tienen un nudo difícil de desatar

He dedicado innumerables editoriales al comportamiento de los medios hegemónicos de la información, con respecto a la difusión de mentiras y atrocidades, sin embargo quedo atónito al observar que en vez de corregir esas actitudes ante el fracaso de sus objetivos, las acrecientan e insisten en varias ocasiones con llevar a la justicia cualquier sospecha que se les cruza por sus caminos.
No alcanzaría el espacio asignado para el presente editorial, si tendría que ennumerar la cantidad de acciones desmedidas y tendenciosas que vienen desarrollando estos sujetos, que solo les apetece acrecentar su poder económico, por encima del bienestar de una población que ya ha sido demasiado bastardeada, como para seguir tolerando semejantes atropellos humanos.

En honor a ellos, luchemos incansablemente por la felicidad y la plena libertad

Editorial atípica la que voy a producir en el día de hoy, pues voy a cotejar los escritos de mi parte, sobre el compartimiento de nuestra sociedad en estos tiempos, con frases célebres de notables pensadores de la humanidad a lo largo de los siglos, debido a la precisión que han tenido aquellos filósofos de la historia y lo visionarios que han sido, teniendo en cuenta hasta dónde puede llegar la inteligencia o desinteligencia humana en cada acción en que los toca intervenir.

Después de observar el despertar desmedido de las corporaciones, hay que "laburar" más que nunca por la democracia:

¡Ley de Medios y Reforma Judicial YA!

No me resulta sencillo escribir el presente editorial, no ha sido un año normal el reciente 2020 y para todos/as fue una pesadilla, ajeno a cualquier comparación con otras etapas de la vida nacional, como internacional. Apenas queda en nuestro país con vida un porcentaje que ronda en el 0,2% mayores de 98 años, que sin dudas por la edad, prácticamente puedan tener algún recuerdo de sus padres, que le hayan comentado lo que fue la pandemia de la gripe más conocida como española post-guerra del 14.

En ése sector, sobresalió más el odio, incomprensión e ignorancia, que la solidaridad y el amor

Desde cualquier punto de vista es indudable que el 2020 ha sido un año atípico, al menos para un 99% de la población, pues no se puede comparar con ninguna de las etapas vividas en Argentina, casi desde hace un siglo. Ni siquiera tiene algún punto de comparación con la crisis del 30, ni con la más reciente del 2001, pues dichas situaciones estaban emparentadas con lo económico y no con una pandemia sanitaria, que no solo nos trajo una enorme pesadilla a nuestro territorio, sino a toda la humanidad en su conjunto.

Es indiscutible que esta pandemia nos deja un año muy amargo y distinto a lo habitual que hemos vivido a lo largo de las últimas décadas, tanto en nuestro país como en el mundo entero. Por lo tanto, es comprensible aceptar algún malestar en la sociedad, sin tener que hacer diferencias de clases sociales. Sin embargo, cuando uno tiene que analizar la reacción de una gran parte de nuestra comunidad, no podemos omitir bajo ningún concepto, desde donde venimos y cuáles fueron los reales motivos como para no cerrar un año, al menos decoroso, pues en Argentina no pasaron las mismas cosas que en otras naciones de la región, aunque casi todas ellas estaban gobernadas por el mismo sistema político de neto corte neoliberal al igual que el nuestro, que fue dejando a sus pueblos sumergidos en la pobreza y humillación.

Si usted se quiere amargar y vivir en la incertidumbre, le recomiendo leer detenidamente a toda la prensa amarilla, adicta y empleada de las corporaciones, pues le van a proponer un país a la deriva y que está viviendo las horas más dramáticas de la historia nacional. Aducen que estamos en la bancarrota total y además, con un gobierno que ha perdido la brújula e incluso, según la mirada de Joaquín Morales Solá, en su nota del diario La Nación, "Alberto Fernandez está a un paso de la rendición". Por supuesto, de acuerdo a la óptica de estos sujetos que representan a los medios corporativos, la que maneja las riendas es Cristina Fernández de Kirchner, y existe un enorme malestar en toda la cúpula gubernamental.
Claro, no va a encontrar una sola línea o comentario radial y televisivo, sobre los cuatro años del macrismo, pues a criterio de ellos, pareciera que no han estado en el gobierno y la fórmula Fernández-Fernández, heredó todo lo malo que le dejo CFK en sus ocho años anteriores al 2015.