EL NEOLIBERALISMO….MATA Imprimir
Escrito por Jorge Rachid   
Jueves, 08 de Marzo de 2018 11:07

Trabajo y Salud

Cuando el gobierno plantea alegremente su preocupación por el “déficit fiscal”, “las metas de inflación”, “la reducción de los costos laborales”, “la apertura de la economía”, que destruye trabajo argentino, ningún funcionario piensa en el impacto social, familiar y personal que dicho marco de análisis origina. Los miles de puestos de trabajo perdidos en dos años, originan una carga, además de la inestabilidad familiar y el dolor social, una situación emotiva en lo personal que afecta directamente la salud de los argentinos. En efecto, las depresiones provocan en el organismo, que es sistémico, un verdadero reloj psico- biológico- social, una disminución del sistema inmunológico que termina disparando enfermedades, en muchos caso graves, en otras invalidantes y también la muerte.
No sólo es el despido la causal de un desencadenante de ésta índole, también lo es el miedo generado a partir de la posibilidad de la pérdida de trabajo, de destrucción de los proyectos personales y familiares, del futuro de los hijos, todo lo cual origina un cuadro de desestabilización social, que no es casual, sino que responde a la estrategia “meritocrática” de instalar el individualismo como eje cultural, que desplace a la solidaridad que anida en el pueblo argentino.
O sea que además de las muertes ya de por si causadas por el abandono de programas sanitarios esenciales para el abastecimiento de medicamentos a los enfermos crónico de enfermedades no trasmisibles, el aumento de la mortalidad infantil, el desabastecimiento hospitalario, la disminución salarias de los trabajadores de la salud y el cierre de servicios, en especial neonatología, debemos soportar los efectos sobre la salud, de los condicionantes sociales de la enfermedad. Eso se estudia en medicina a nivel mundial como Epidemiología Crítica.
Esta Ciencia abreva en las condiciones de vida de los pueblos, desde los cambios climáticos a las infraestructuras de aguas y cloacas en las cuales viven miles de millones de personas. Ahí se analizan desde los agrotóxicos y su impacto sanitario, hasta los salarios de los trabajadores, el hambre y el acceso al agua dulce, los indicadores de pobreza, la calidad de vida, que si uno recorre cada uno de los parámetros enunciados, observa como el neoliberalismo, hoy en el gobierno, los va disminuyendo, provocando una verdadera catástrofe social, cuyo impacto en la salud es de magnitud inconmensurable, tanto como dolorosa.
Por esa razón, combatir al neoliberalismo es también una lucha política-sanitaria, es un combate que tiene como oponentes una sociedad insolidaria, racista, excluyente, represora por un lado y por el otro la solidaridad como eje, la inclusión social, el trabajo pleno y la salud y la educación públicas como ejes de una sociedad más justa. En esa lucha se elige bando todos los días, más allá de pertenencias políticas. Es la vida o la muerte.