SOBRE NESTOR Y CRISTINA Imprimir
Escrito por Gerardo Bova   
Domingo, 19 de Septiembre de 2010 19:30

    LA POLITICA SOBRE LA ECONOMIA

Hay costumbres en las opiniones de los argentinos que no son fáciles de modificar, simplemente porque están muy arraigadas dentro de cada uno. Somos una pequeña minoría de habitantes del mundo que discutimos de todo, muchas veces sin entender de qué se está hablando, pero nos encanta “participar” de lo que se está comentando. Además si no sabemos de algo, lo inventamos, total siempre hay tiempo para modificar el contenido. Eso si, cuando tenemos que comprometernos en hacer un país mejor, todo se le derivamos a los políticos, ya que pensamos que los hemos elegido para que hagan todo. Nuestro compromiso ciudadano desaparece rápido y mientras menos estemos involucrados mejor. Aquí es donde tenemos la necesidad de reflexionar y observar en profundidad, el o los porqués del éxito en la ejecución del presente modelo instaurado desde mayo de 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner y que continúa con la batuta de Cristina.
Claro que para muchos argentinos, esto que estoy aseverando es un despropósito y ven que se fracasó y aspiran a tener algo mejor. No hace falta andar mirando a la oposición que tenemos hoy en el país, porque realmente nos asustamos.
Pues bien, ¿en que nos detenemos para afirmar un éxito en la gestión de ambos políticos nombrados?: Muy simple y categórico, se ha puesto la política por encima de la economía, algo que en nuestra Argentina no había sucedido nunca.
Si nos ponemos a analizar lo que sucedía cuando renunciaba o se lo echaba a un funcionario del área económica, rápidamente nos daremos cuenta que se armaba algún inconveniente severo y el dólar trepaba en las casas de cambio y en bancos y los productos de primera necesidad escalonaban fuertemente en los precios. Es más, algún trasnochado ayudado por el poder económico intentaba algún golpe para denostar al presidente de turno. Esto ya no sucede más, pero hay que ser concientes que en este nuevo camino por la democracia, tiene que ver estrictamente que el gobierno actual, se ha enfrentado con toda firmeza a los poderes centrales, algo que les molesta y tratan de buscar cualquier tipo de excusas para defenestrar la buena labor tanto de Néstor como de Cristina.
Comento todo esto, principalmente por cosas que nos pasan cotidianamente y estamos hartos de escuchar las críticas a la presidenta, pero ninguna de ellas tienen justificación o vinculación con la plena actividad o ejecución de políticas, solo se encargan de notar que el peinado de Cristina no va de acuerdo con su embestidura; que sus movimientos ante las cámaras de televisión son de una artista; que tiene vestidos carísimos o demuestra mucha soberbia cuando se expresa en sus discursos. Peor aún, es lo que escuché en una conversación estando en una fiesta cumpleañera este viernes último, ya que una de las invitadas al evento, con un típico corte radical y antiperonista y llena de odio,  llegó a manifestar que Cristina ni siquiera era abogada y que en su estudio jurídico, cuando ejercía como tal, no firmaba los oficios porque no tenía la matrícula.
Semejante disparate sólo me permitía tomarlo en sorna y le contesté: Menos mal, porque si no poseía el título y se daba el lujo de llevar el país así y debatir con los grandes popes del mundo en las Cumbre de los 20, en la Comunidad Europea o en la Unasur, además de haber sido una de las legisladoras nacionales de mayor prestigio y jerarquía que haya pisado el Congreso de la Nación, como sería si tendría la matrícula. Se imaginan que tamaño desatino no permite otra cosa que tomarlo en “joda”, pero al mismo tiempo nos ponemos a reflexionar y nos daremos cuenta que estos mismos personajes son los que votan y deciden una elección y después nos pasan cosas como la aceptación de un mandato de individuos como De la Rúa o Mauricio Macri.
Negar en la Argentina de hoy la capacidad de ejecución política y estratégica de la presidenta, aún estando en contra de su ideología, es netamente hacer “oídos sordos” y buscar la crítica por la crítica misma y no por tener una opinión estudiada y racional.
Al inicio de esta nota editorial, lo tenía muy en claro el concepto de que la presidenta privilegió la política por encima de la economía y que este es el único camino que hay que transitar para profundizar un modelo de inclusión social, los otros ya los conocemos y sabemos bien cuales son las secuelas. ¿No les parece?