Generando cambio

Generando cambio

Un material excepcional de Ag.Paco Urondo, sobre los 10 años del Kirchnerismo... PDF Imprimir Correo
Escrito por Ag.Paco Urondo, Especial para Nuevo País   
Domingo, 26 de Mayo de 2013 10:49

La década por ganar

La discusión no debe darse entre década ganada o perdida, sino cuánto sumaron los pasados diez años para construir un futuro mejor. Mirá el editorial de AGENCIA PACO URONDO. 
Entrevista con Urribari: "NK y CFK pertenecen a una generación que desafió el liderazgo de Perón"
Jorge Taiana: “Tenemos que consolidar desde el punto de vista político y productivo la integración regional”
Ghilini (CGT): "Necesitamos acumular poder para ganar una década nueva"
Mejoras sociales: ¿Cómo no va a ser una década ganada?
Trabajo: paritarias y distribución de la riqueza
Análisis: Lo que falta y el setentismo kirchnerista
Los logros del kirchnerismo son notables. Sobre todo si la comparación es con las dos décadas anteriores de la historia nacional y la involución contemporánea que atraviesa la periferia de la Unión Europea. Son evidentes para buena parte de la sociedad argentina, son invisibles para los antagonistas del proyecto.
Sin embargo, hay que prestar atención a la consigna “década ganada”. Puede resultar movilizadora o su contrario. Como la imagen del Ché en las remeras, puede interpelar al cambio social o devenir una estampita pop. El proceso iniciado en 2001 – 2003 no finaliza en los hitos alcanzados.
Por un lado, se avanzó parcialmente sobre la herencia de un capitalismo dependiente, en un contexto de hegemonía mundial financiera. Esto es: una economía de baja productividad, una sociedad polarizada entre ricos y pobres y una clase dirigencial muy degradada.
Por otro, las soluciones que el kirchnerismo encontró a esta herencia también tuvieron sus contraindicaciones. El crecimiento industrial hizo evidente una matriz energética colonial y el aumento del consumo y la actividad, una infraestructura de servicios muy deteriorada. Su expresión más trágica fue el medio centenar de fallecidos del Ferrocarril Sarmiento. El capital monopolista gatilla la inflación y Fuerzas de Seguridad muy corrompidas alientan la inseguridad. Parte del desempleo se redujo vía tercerizaciones, con el emblemático homicidio de Mariano Ferreyra como signo lamentable. Existe una crisis habitacional que se deriva del costo exorbitante de la tierra debido al boom inmobiliario. Y los cada vez más sangrientos conflictos campesinos a partir del avance de la frontera sojera, cuya mayor exposición pública se dio en el último tiempo con la Comunidad Qom chacoformoseña.
Y sin embargo, las fuerzas acumuladas por el campo popular son mucho mayores hoy que en 2001-2003. Elegimos destacar solamente algunas. La creciente organización obrera cuya piedra angular son las paritarias. La toma de conciencia sobre el sentido común que construyen las grandes empresas mediáticas y la corporación judicial. Las victorias en el campo de los Derechos Humanos que han desactivado a las Fuerzas Armadas como partido de la oligarquía. De esta manera, se fortalece una democracia que en el largo plazo mejora la correlación para las mayorías. El máximo nivel de organización militante desde los 70s. Este avance del Pueblo argentino está acompañado por un despertar regional como el que no acontecía desde los esfuerzos de los Libertadores.
Que esta década sea recordada como aquella que permitió que las mayorías rompieran la coacción y la persuasión de los privilegiados de adentro y de fuera. En síntesis: que sea una década que nos permita ganar la siguiente.
"Este proceso es una bisagra en la historia"
Entrevista con el gobernador de la provincia de Entre Ríos, Sergio Urribarri. "Es cierto que el actual texto constitucional impide un nuevo período. Las cartas magnas de todos los países democráticos se reforman y eso se verá en poco tiempo", afirmó.
Por Ignacio Galligo
AGENCIA PACO URONDO:  ¿Qué es lo que más destacaría de la "década ganada"?
Sergio Urribarri: Creo que son tantos los hechos y los cambios positivos que se han producido en estos 10 años en la Argentina que los ejemplificaría con lo sucedido en mi provincia, en cómo ha impactado este modelo virtuoso en Entre Ríos y en cada rincón del país más profundo. La verdad que cuando uno mira hacia atrás y ve los cientos de caminos nuevos, las decenas de escuelas impecables, los jardines de infantes que parecen salidos de cuentos, los 100.000 pibes entrerrianos con sus netbooks, las escuelas técnicas con los laboratorios espectaculares, miles de viviendas nuevas, el tren andando de nuevo por los pueblos, el vigor de la agroindustria, el potencia del consumo del pueblo, el incremento y la diversificación de las exportaciones, y al mismo tiempo nuestra población infantil y adultos mayores totalmente cubierta, en fin, todos hechos que son absolutamente palpables. Hechos que para nosotros equivalen no a una década ganada sino a un siglo ganado.
Es que Entre Ríos era, hasta que llegó Néstor al poder, una provincia marginal en la Argentina. Provincia histórica, formadora de la Nación sí, pero insular, pastoril y olvidada. Marginada de los grandes procesos de desarrollo, territorio "entregable" en un hipótesis de guerra con Brasil (algo plausible para los militares hasta los años 70).
Yo no puedo enumerar los logros formidables que -me constan- han ocurrido también en otras provincias, a la luz de esto que yo llamo el federalismo de los recursos y no de los discursos. No enumero los tremendos logros de la política de desarrollo económico con inclusión social. Y me concentro en decir lo que pasó acá porque eso no necesita elaboración. Allí donde no había nada, hoy hay una hermosa escuela, una ruta, un acceso. Porque aquí en Entre Ríos y en toda la Argentina lo esencial es visible a los ojos.
AGENCIA PACO URONDO: Le tocó vivir el conflicto por la 125 en una provincia importante, donde se vivió con intensidad esa discusión. ¿Qué recuerda de aquellos días de 2008? Se habló mucho de los intentos destituyentes de diferentes sectores de poder. ¿Corrió riesgo el gobierno de Cristina?
SU: Fue una bisagra en la historia, donde además de la evidencia de los intereses de minorías con claras intenciones desestabilizadoras, quedó subyacente el intento de los grupos concentrados de la economía por detener este proceso de redistribución de la riqueza que produce la Argentina, riqueza de la que ellos se siente únicos propietarios.
Pero también fue un conflicto que nos marcó muy fuerte, Entre Ríos fue el epicentro y con hechos de mucha violencia, que supimos sobrellevar como gobernantes, y donde se vieron las verdaderas caras de muchos dirigentes. Me cuesta imaginar al compañero Hugo Moyano bancando hoy un frente electoral junto a la Sociedad Rural y Alfredo De Angeli, sinceramente.
Fue también la colisión clara de los dos proyectos de país que pugnan hace 200 años, el de la Argentina para pocos de Rivadavia, Mitre, Roca, Martínez de Hoz y Domingo Cavallo, el de las dictaduras militares que sostuvieron un modelo capitalista salvaje; y enfrente el país que hoy expresa nuevamente el Peronismo, que recupera lo mejor de nuestra historia de luchas, de los caudillos federales como Artigas, Ramírez, Rosas, Irigoyen, Eva y Juan Perón. Las banderas del país con dignidad, democrático y que tiene al Pueblo como sujeto y protagonista, el país que nos contiene a todos, el que reconstruyeron Néstor y Cristina Kirchner. 
AGENCIA PACO URONDO: Usted es un gobernador peronista. ¿Cómo ve usted la relación entre kirchnerismo y Peronismo?
SU: Soy hijo de un trabajador ferroviario, de un militante que conoció sus derechos gracias a Perón. Soy  alguien que mamó desde chico, con ejemplos claros y concretos, lo que es el Peronismo. Yo creo que las ideas se trasmiten mejor de esta forma, porque es importante sentirlas, vivirlas, sin ese sentimiento, sin pasión, las ideas no florecen nunca en hechos. El Peronismo nació así, pura pasión e ideas con los claros liderazgos de Perón y Evita. Néstor y Cristina pertenecen a una generación que desafió el liderazgo de Perón, que trajo nuevas ideas a ese Peronismo. Es la generación del Peronismo sin Perón, que interpretó claramente su rol histórico y tomó como propias las banderas justicialistas.
El kirchnerismo es la continuidad de un liderazgo necesario para transformar el país. Algunos plantean que este no es un gobierno peronista, pero creo que son los que no entendieron que lo importante no es nombrar a Perón y Evita en los discursos, sino hacer carne sus ideas en los hechos. Los que no entendieron que el Peronismo necesitaba transformarse a sí mismo para transformar el país, es porque hace mucho dejaron de soñar y creer que otra Argentina era posible. Incluso hoy, cuando la realidad les muestra concreciones todos los días, siguen sacando el peronómetro para medir sus individualidades en vez de ver más allá y pensar en el beneficio colectivo. El kirchnerismo, en tanto Peronismo, se hace cargo de su pasado, de los aciertos y los errores, no solo lo admite, sino que también intenta superarlo.
Es a partir de allí que el kirchnerismo se diferencia, porque es una versión superadora de aquel Peronismo de Perón. Toma sus banderas, le pone el cuerpo a sus ideales, apuesta a enaltecer sus aciertos e intenta no reiterar sus errores. Incluso abre sus puertas y se integra con otras fuerzas y movimientos, haciendo hincapié en la coincidencia de objetivos comunes y no en alianzas electoralistas para el reparto de cargos. Lamentablemente la dictadura y después el neoliberalismo, diezmaron nuestros cuadros políticos, a unos los desapareció, a otros les ganó la voluntad y los convirtió al facilismo de hacer la plancha. Pero ya lo dijo Evita: el Peronismo será revolucionario o no será nada.
AGENCIA PACO URONDO: Hablemos de la década por ganar: ¿Cuáles son las demandas populares que todavía deben ser atendidas por las políticas públicas? ¿Cuáles son los desafíos de cara a la década que comienza?
SU: Si miramos para adelante, nos damos cuenta claramente que lo mejor está por venir, para la Argentina y para nuestra provincia. Porque en poco tiempo vamos a concretar y poner en operaciones el evento más determinante para el futuro de Entre Ríos que es la red troncal de fibra óptica que con paso veloz avanza a lo largo de casi 1800 kilómetros dejando una capacidad de digitalización de datos y contenidos increíble que nos pone a las puertas de la sociedad del conocimiento. Seis megas en cada hogar a precios populares es una revolución que hoy es difícil de describir pero que impactará en las comunicaciones, en la educación, en los contenidos digitales, en la seguridad, en la productividad. Pensamos que es, hasta que sea superado por otro, "el evento del siglo" para esta provincia que ha abrazado con todas sus fuerzas al programa nacional Conectar Igualdad.
Vivimos en un mundo cada vez más multipolar, en el que Argentina deberá seguir construyendo la Patria Grande latinoamericana, porque es nuestra identidad irrenunciable, porque es nuestra convicción. Y porque desde este espacio con cimientos firmes, de naciones soberanas y solidarias, pero con pueblos realizados, es que vamos a ser cada vez más respetados por los distintos bloques políticos y económicos del mundo. Ese es el gran desafío del presente y del provenir.
AGENCIA PACO URONDO: El kirchnerismo, como proceso político, tiene por delante un dilema, que tiene que ver con el final del mandato de CFK. La Constitución no le permite otra reelección y Cristina ha dicho que no avanzaría en ese sentido. En ese contexto: ¿Cuáles son los desafíos del campo popular para continuar las transformaciones que comenzaron en 2003?
SU: Los gobernadores peronistas hemos sostenido y reivindicado la continuidad de Cristina, como conductora de este proyecto y como una dirigente con una visión estratégica de lo que necesita el país, de lo que es el mundo, que está a años luz del resto.
Es cierto también que el actual texto constitucional impide un nuevo período. Las cartas magnas de todos los países democráticos se reforman y eso se verá en poco tiempo. Por lo pronto digo, desde el más profundo convencimiento, que las transformaciones que se han realizado en los últimos 10 años no tienen vuelta atrás. Este proceso es una bisagra en la historia ¿O alguien va a volver a discutir que necesitamos una empresa petrolera estatal? ¿Alguien va pretender privatizar el sistema previsional una vez más? ¿Habrá algún dirigente político que quiera eliminar la Asignación Universal por Hijo? ¿o algún dirigente sindical que no defienda 10 años consecutivos de convenciones colectivas de trabajo?
Lo que hemos hechos es bueno y lo que viene será mucho mejor.
Sindicales
"Necesitamos acumular poder para tocar algunos intereses y ganar una década nueva"

Horacio Ghilini, dirigente sindical de SADOP, analiza los diez años de gobierno kirchnerista, los desafíos y el rol del sindicalismo en el proyecto nacional. "Necesitamos acumular más poder popular para los pasos que siguen", aseguró.
Por Nahuel Placanica
APU: ¿Cómo piensa desde el Movimiento Obrero estos diez años de kirchnerismo?
Horacio Ghilini: Tenemos una década ganada, especialmente en el trabajo. Hay una voluntad explícita, tanto con Néstor como con Cristina, de que el trabajo sea la curva que hay que medir con mayor celo. Salimos de la idea de mirar el riesgo país y otras ecuaciones de la economía para mirar el tema del empleo: la creación de puestos de trabajo y la voluntad para que esos trabajos no se destruyan. Hay una clara visión de que el trabajo es un eje de la economía.
Indiscutiblemente es una década ganada, independientemente de algunos ruidos recientes por el amesetamiento de la economía y la precarización.
Por otra parte, la estrategia económica de desendeudamiento implica una voluntad política de no tener condicionamientos del capital internacional que cuando hay crisis la resuelve, como pasa ahora en Europa, salvando a los bancos y condenando a los ciudadanos al desempleo.
APU: ¿Qué rol tuvo el sindicalismo en estos diez años?
HG: El sindicalismo tiene un pro y un contra. A favor, todos los sindicatos han crecido, han aumentado su afiliación y su capacidad económica. Desde el punto de vista de la unidad gremial del campo de los trabajadores, es el peor momento. Tenemos una fragmentación en seis subgrupos, aunque la CGT sea el nucleamiento principal. Esto responde a que no hemos podido adecuar las instituciones al nuevo país. A algunos les cuesta adecuarse al nuevo tiempo y están respondiendo a una lógica propia del país que cayó. Esto explica porqué teniendo muchos más trabajadores, tenemos un Movimiento Obrero dividido y debilitado.
APU: En eso, ¿cómo ven la ruptura con Moyano?
HG: Para nosotros, que militamos históricamente en el MTA, la coherencia era adecuar nuestra fuerza gremial a acompañar este proyecto y no hacer del sindicalismo una corporación que chantajea al poder para ver si saca prebendas.
Es una disyuntiva, ver si podemos acompañar al proyecto nacional con sus problemas, con sus dificultades de diálogo entre lo político y lo sindical, pero en el que sin duda tenemos una pertenencia, o la miopía y la mezquindad de creer que el poder es el robo de afiliados entre los gremios y el poder económico. Tenemos que rescatar que el verdadero poder sindical es la organización porque es lo único que vence al tiempo.
APU: ¿Cómo ve el kirchnerismo hacia adelante?
HG: Tiene el problema típico de los movimientos populares de Latinoamérica que es ver cómo lograr la continuidad. Ahí habrá que ver las tácticas, nosotros apoyamos la re-elección. Lo importante es ver cómo sostener un modelo productivo, industrialista, centrado en el mercado interno, independientemente de los avatares políticos de las candidaturas.
APU: ¿Cuáles serían los desafíos hacia adelante?
HG: Estamos en necesidad de acumular más poder popular para los pasos que siguen. Por ejemplo, en el tema del empleo era lógico que salir de la convertibilidad y cambiar el eje de la economía hacia el mercado interno iba rápidamente a producir trabajo genuino. Pero llegamos a amesetamientos y es hora de ir por un cambio cualitativo, no se puede seguir con más de lo mismo en cuanto a ciertas políticas. También es lógico que si hacemos un país para todos, las carreteras no den para todos los autos que tenemos, para el transporte que tenemos, hay un problema de infraestructura. Para lograr todo esto, se necesita un poder muy fuerte que nos permita tocar algunos intereses poderosos, muchos de ellos multinacionales, para ganar una década nueva
APU: Y en eso, ¿qué rol le asignaría al Movimiento Obrero?
HG: El Movimiento Obrero tendría que unirse, no como brazo gremial de una oposición, sino para ser un pilar del movimiento nacional. No tiene que ser el brazo gremial del oficialismo tampoco, tiene que tener autonomía, pero eso no debe ser confundido con no ser capaz de sostener el proyecto nacional, que es la contradicción principal. La Argentina necesita no abandonar este rumbo, profundizar el modelo e integrarse más a Latinoamérica. El movimiento sindical tiene que plegarse a esa estrategia, pensar menos en el gobierno, pensar más en el poder y tener una construcción horizontal con los pares.
Kirchnerismo
¿Cómo no va a ser una década ganada

Martín Romeo (@queruzo) realizó su habitual #queruzoInvestiga en Twitter. Hoy, datos sobre los diez años del kirchnerismo. "Se produjo el proceso de mayor desempobrecimiento de la historia que involucró a 14 millones de personas".
A continuación, la serie de tuits que enmarcan la investigación:
Esta semana asistimos a una lluvia de debates sobre la década. ¿Cómo no va a ser una década ganada? #queruzoInvestiga
Porque se redujo la desocupación un 56% y la subocupación un 52%.#queruzoInvestiga
Porque se aumentó el empleo un 19%. Se generaron 5 millones de puestos de trabajo. #queruzoInvestiga
Porque se redujo la desigualdad x coef gini un 23% y hoy tenemos la mejor distribución del ingreso desde la recuperación democrática.#queruzoInvestiga
Porque se redujo un 54% la brecha entre el 10% que más gana y el 10% que menos gana. #queruzoInvestiga
Porque si “la inflación del supermercado acumuló 400%”, el ingreso del 50% de la pob que menos gana aumentó un 865%.#queruzoInvestiga
Porque la Asignación Universal por Hijo alcanza hoy a 3.500.000 de beneficiaros en 1.900.000 hogares. #queruzoInvestiga
Porque el plan de viviendas PROCREAR en 4 años lo convertirá en el plan c/ + soluciones habitacionales de la historia.#queruzoInvestiga
Porque los millones de netbooks del plan CONECTAR IGUALDAD, contribuyeron a reducir un 90% la brecha de acceso a las TICs.#queruzoInvestiga
Porque producto de aumentos sistemáticos al comienzo y la ley de movilidad jub., la pobreza en jubilados se redujo un 90%.#queruzoInvestiga
Porque hoy sólo 3 de cada 100 jubilados residen en hogares pobres por ingresos. Hace 10 años lo hacían 30. #queruzoInvestiga
Porque por 1ra vez en democracia los sectores NO vulnerables superan a los que son vulnerables. #queruzoInvestiga
Porque se produjo el proceso de mayor desempobrecimiento de la historia que involucró a 14 millones de personas. #queruzoInvestiga
Porque 1 de cada 3 argentinos dejó de ser vulnerable para engrosar los sectores medios. #queruzoInvestiga
Más allá de esbirros de la cadena del desánimo, es el único gob en democracia q podría dejar 1 país mejor q el q recibió.#queruzoInvestiga
Para conocer más;#queruzoInvestiga puede visitar: http://storify.com/queruzo
Década Ganada
Trabajo: paritarias y distribución de la riqueza
Por Jorge Duarte

El periodista especializado en temas sindicales analizó en su blog la década kirchnerista en relación a las negociaciones colectivas de trabajo. Un análisis imperdible.
Las negociaciones colectivas regresaron luego de haber sido prácticamente nulas en los años 90. Este fenómeno deja interesantes datos sobre regularidades y dispersiones determinantes de períodos claros, y al mismo tiempo una evolución y un estancamiento en lo vinculado a la participación de los trabajadores en la riqueza generada. Analicemos en detalle:
Nuevas viejas reglas de juego
Los convenios colectivos de trabajo y las paritarias sectoriales determinan las remuneraciones y las condiciones de trabajo de aquellos trabajadores a los cuales se aplica el acuerdo que se ha alcanzado. Además, las mismas negociaciones tripartitas hacen posible que empleadores y trabajadores definan, mediante acuerdo, las normas que regirán sus relaciones recíprocas. Esta negociación que se produce entre las patronales y los gremios del sector es mediada por representantes del Ministerio de Trabajo de la Nación. Es importante aclarar que los convenios firmados en estas instancias alcanzan a todos los trabajadores del sector, más allá de si se encuentran afiliados o no al sindicato que los representa.
Luego de años en los que las negociaciones colectivas de trabajo fueron prácticamente nulas, de 2003 a la fecha se puede detectar un notable incremento en convenios y acuerdos colectivos. Según un informe difundido por el Observatorio del Derecho Social podemos afirmar que: “En términos generales, entre los años 2003 y 2011 existió un crecimiento de la negociación salarial por rama de actividad, que al mismo tiempo posibilitó obtener incrementos de los salarios en términos reales. De esta manera, existe una fuerte ruptura con la dinámica existente en los años '90, ya que por entonces la negociación colectiva salarial fue prácticamente inexistente, y en términos generales se encontraba atada a la existencia de aumentos de productividad y se realizaba en forma descentralizada”.
Sin duda se encuentra una diferencia con la década anterior, ya que el crecimiento económico experimentado fue acompañado por un incremento muy importante de puestos de trabajo. Es muy gráfico mencionar que la tasa de desocupación descendió del 20,4% en 2003 al 7,9% en la actualidad. Con variaciones de un punto la tasa de desempleo se encuentra en esos valores desde hace más de 2 años. También es importante recalcar que ese crecimiento del empleo no fue acompañado de la misma manera por incrementos salariales que apunten a remuneraciones superiores a las de los 90´s. El auge en la creación de empleo deja deudas pendientes en cuanto a la calidad de los empleos generados, observándose profundos procesos de precarización.
Economía y actualizaciones salariales
El estado ha cumplido un rol muy importante como elemento dinamizador de la economía desde 2003, a través de diversos factores: la reactivación y el sostenimiento de la obra pública, el aumento de los subsidios sociales y la ampliación de las coberturas sociales existentes. Este posicionamiento del estado, activo impulsor de la recuperación económica post crisis 2001, ha sido constantemente remarcado desde el discurso del gobierno nacional. Sin embargo, esa política encontró un límite determinante marcado por los altísimos índices de informalidad laboral. El trabajo no registrado no pudo perforar el piso del 33% en ningún momento del período. Las consecuencias del trabajo informal son claras, los salarios de los trabajadores no registrados son, aproximadamente, un 30% menores a los que perciben por el mismo trabajo quienes se encuentran registrados. Otros que han quedado excluidos del crecimiento han sido los trabajadores estatales que no han ganado poder adquisitivo en los últimos años, sino por el contrario, han tendido a la baja a causa del proceso inflacionario y de las magras condiciones que ofrecen especialmente municipios y provincias.
La variación de los salarios convencionales presenta en los últimos años importantes disparidades. A partir del año 2007 con la reaparición de la inflación como factor decisivo se registra una mayor dispersión de las negociaciones salariales. En el mismo sentido, el fuerte impulso inicial del Salario Mínimo, Vital y Móvil también perdió parte de su dinamismo a partir de ese año y la conflictividad laboral comenzó a crecer.
Las disparidades de los acuerdos salariales que se pactan en los últimos tiempos dependen de dos factores fundamentales, por un lado la capacidad de negociación (basada en el grado de organización) del gremio que se sienta a la mesa y, por otro, de la realidad económica de la actividad sobre la que se negocia. En esta dinámica entre el crecimiento del sector y la organización y capacidad de movilización de los gremios, suelen cerrarse los acuerdos salariales.
El siguiente cuadro refleja los incrementos pactados en la negociación colectiva por actividad entre 2006 y 2012.(Ver en página web de Paco Urondo)
Como vemos hay una cierta paridad en los aumentos conseguidos por los diversos gremios hasta 2007, y a partir de 2008 los porcentajes acordados por las distintas paritarias sectoriales comienzan a mostrar una dispersión importante, oscilando en ese año en una franja de más de 10 puntos. Mientras que en 2009 se estabilizan nuevamente los porcentajes de aumentos pactados, en 2010 se vuelve a hacer presente el fenómeno de dispersión mostrando sus picos más altos entre el 21% conseguido por los trabajadores estatales y el 35,2% logrado por los trabajadores de la industria de la alimentación. Esto se sostiene hasta la actualidad y se expresa en el crecimiento de la conflictividad, las rupturas en las centrales sindicales y la disputa creciente por la apropiación de la renta.
División del movimiento obrero organizado y participación en la renta
Hay varios motivos que se presentan a la hora de explicar las divisiones en el movimiento obrero organizado en los últimos años. Las razones político partidarias, las relaciones personales, las ambiciones individuales y los modos de conducción agotados, por mencionar son sólo algunos de ellos. Sin embargo, mayormente no hay explicaciones que releven cuestiones estructurales, económicas y sindicales. Avancemos desde esa perspectiva entonces.
Durante la década menemista, que derivara en la gran crisis del 2001, se produjo una pérdida constante de la participación de los trabajadores en la riqueza producida. Sin embargo, el golpe de gracia a los trabajadores se expresó en la gran pérdida salarial que provocó en los asalariados la devaluación post crisis de 2001. Esto queda expresado en una caída de 7% de la participación de los trabajadores en la riqueza en el lapso de 12 meses. A partir de 2003, con el comienzo del período kirchnerista se abre una etapa de recuperación acompañada de la creación de millones de empleos. Esta etapa de “romance”, coincidió, y no casualmente, con un momento de quietud en las centrales sindicales. Encontramos una CGT encolumnada detrás de la figura de Moyano y una CTA sin fracturas bajo la conducción de De Gennaro (hasta 2006) y de Yasky (de 2006 a 2010).
El siguiente cuadro expresa el nivel de participación de los trabajadores en las riquezas producidas desde 1993 a 2011:(Ver en página web de Paco Urondo)
Como vemos, la pendiente decreciente se mantiene desde 1993 a 2001 y se produce una caída brusca, fruto de la devaluación en 2002. Desde 2003 comienza el período de recuperación que se mantiene hasta 2009. Vale remarcar que si bien la pendiente es positiva hasta 2009, el valor alcanzado no supera los números iniciales (1993). Ahora bien, desde 2009 a 2011 vemos que en lugar de crecer la participación de los trabajadores, comienza a decrecer. Esa pendiente negativa hace que se pierdan 2,8 puntos porcentuales en dos años, sobre un total de 10 puntos porcentuales recuperados en todo el período.
La caída en la participación en la riqueza de los trabajadores es contemporánea con las crecientes tensiones dentro de las centrales sindicales. En 2010, en el marco de la disputa por la conducción de la CTA que enfrentó a Micheli y a Yasky se produjo una fractura que hasta el día de hoy no pudo saldarse. El resultado de ese quiebre dejó una CTA de tinte opositor encabezada por Pablo Micheli y una CTA cercana al gobierno nacional encabezada por Hugo Yasky. En 2011 comenzó, además, el proceso de distanciamiento que terminó en el alejamiento definitivo de Hugo Moyano, Secretario General de la CGT, del gobierno nacional y la posterior ruptura de la Confederación General del Trabajo. ¿Es casual que surjan estas divisiones cuando los trabajadores pierden peso en la participación en las ganancias? Repasemos algunos datos más.
En el período que va de 2004 a la actualidad, también se experimentó un aumento exponencial de las negociaciones colectivas de trabajo. Esto se hizo posible a raíz de que en marzo de 2004 se aprobó la ley 25.877, que derogó la denominada “Ley Banelco” de flexibilización laboral y estableció un nuevo marco jurídico para las negociaciones colectivas. Entre 2004 y 2010 encontramos que se produjo un aumento del 585% de la cantidad de negociaciones colectivas acordadas entre los trabajadores (representados por sus gremios) y las patronales:
Cuadro N°3: Cantidad de negociaciones colectivas por año. 2004-2012 (Ver en página web de Paco Urondo)
A partir de 2011 notamos un retroceso entre los acuerdos firmados con respecto al año anterior. Esto se expresa también en 2012 en el que persisten los problemas para cerrar acuerdos colectivos. Un informe presentado por SEL-Consultores del mes de junio de 2012 expresaba que el 47% de los convenios colectivos del año se negociaba con retraso. Estos problemas se vinculan con el aumento de la conflictividad y con el freno de la economía que impone incertidumbre entre las partes.
Por su parte, la conflictividad gremial, que en el país se mantenía en valores bajos y relativamente estables en el período de post convertibilidad, se disparó en 2011. Mientras que en 2010 se relevaron un total de 385 conflictos, encontramos que en 2011 la cifra relevada llegó a un total de 754. De esta manera nos topamos con que el aumento de conflictos entre 2010 y 2011 fue de un 96%. El aumento de la conflictividad se consolidó en 2012, año en el que se relevaron 779 conflictios, un 3,3% más que en 2011. El aumento de la conflictividad se mantiene en 2013, en medio de la dispersión de las fuerzas organizadas de los trabajadores causada por las fracturas en las centrales sindicales.
Entonces encontramos que entre 2009 y 2011 cae la participación de los trabajadores en las riquezas, se detiene el ritmo de aumento de la firma de las negociaciones colectivas, aumenta la conflictividad gremial y se produce una dispersión de las fuerzas organizadas de los trabajadores. Estos cuatro factores, combinados con el parate que presentan las variables económicas (retroceso en algunos casos), exhiben un panorama complejo a enfrentar por los trabajadores. Las divisiones en el movimiento obrero parecen expresar un freno a las posibilidades de imponerse en la puja distributiva y aporta al retroceso de la participación de los trabajadores en la riqueza.
En una Argentina en la que hay menos para repartir por la caída en la producción, la fuerza que consigan articular los trabajadores organizados será fundamental para revertir su retroceso en la participación en la riqueza producida. Si bien la fragmentación pareciera ser un freno, la respuesta de los asalariados se plasma en el aumento de la conflictividad, demostrando que sigue firme la lucha para recomponer una variable que recién araña los valores de los noventa y que todavía está lejos de lo que supo ser a mediados de 1970.
La década ganada, lo que falta y el setentismo kirchnerista
Por Horacio Bustingorry

"Son muchos los logros del kirchnerismo que se referencian en la década del 70. Pero no en el setentismo entendido como herencia de la izquierda y la JP como habitualmente se entiende, sino en la gestión estatal de los gobiernos del FreJuLi". Mirá el artículo.
Son muchos los logros del kirchnerismo que se referencian en la década del 70. Pero no en el setentismo entendido como herencia de la izquierda y la JP como habitualmente se entiende, sino en la gestión estatal de los gobiernos del FreJuLi. Tanto Cámpora y Perón e incluso Isabel tomaron medidas que pueden servir de guía para avanzar en todo lo que falta. 
El rol interventor del Estado en los mercados agropecuarios y la redistribución de la riqueza a través de las retenciones a las exportaciones tienen sus antecedentes en las leyes  20.535/73 y 20.573/73 que otorgaron amplia facultades a las Junta de Carnes y Granos, respectivamente. En aquél entonces el Estado también procuraba poner en producción las tierras ociosas, cuestión hoy ya perimida por la alta productividad alcanzada por el campo argentino. Aun así, audaces medidas como el Impuesto a la productividad normal de la tierra (ley 20.538/73) indican hasta donde se pensaba llegar en el disciplinamiento de un sector tan díscolo como burguesía agropecuaria.
El proyecto industrializador del kirchnerismo y las políticas de protección a la industria nacional y el empleo también tienen antecedentes setentistas. La Ley 20.545/73 de Protección al trabajo y la producción nacional, fue impulsada para garantizar la producción y ocupación local.  Más audaz todavía fue la Ley 20.557/73 de Inversiones extranjeras, cuyo marco normativo estableció fuertes restricciones a los envíos de remesas al exterior y prohibió operaciones al interior de la misma empresa para impedir fuga de capitales encubiertas.  En un contexto de necesidad de divisas como el actual, este instrumento sigue siendo un buen punto de referencia. 
La apuesta a la Patria Grande y el no acatamiento a los dictados del imperio recuerdan la decisión de Argentina de integrarse al Movimiento de No alineados y de romper el bloqueo a Cuba con los acuerdos comerciales de febrero de 1974.
El kirchnerismo también reformó la Carta Orgánica del Banco Central para poder reorientar el crédito bancario. La medida es positiva pero limitada. Más alcance tuvo la Ley 20.520/73 de Nacionalización de depósitos bancarios que dispuso que todo el crédito bancario fuese dirigido por el Estado según el interés nacional (y popular). Aquella reforma financiera se complementó con la Ley 20.522 que habilitó la expropiación de algunos  bancos privados y dos leyes relacionadas con el control de las intermediarias, la Ley 20.523/73 y Ley 20.574/73.
Los gobiernos de Néstor y Cristina han tenido una política activa en materia de control de precios. La labor de Guillermo Moreno en la secretaria de comercio interior y los recientes acuerdos de precios, ilustran lo afirmado. Los gobiernos K también reflotaron la Ley 20.680/73 diseñada para fijar precios máximos, promover la productividad y establecer acuerdos de precios, aunque no siempre con todo el rigor necesario.
En materia de seguridad social y salud los avances del kirchnerismo son innegables. Sin embargo falta una política global como la contemplada en la Ley 20.748/74 que conformó el Sistema Integrado de Salud. En cambio, en relación a las jubilaciones, la inclusión de nuevos beneficiarios al sistema y la Ley de movilidad jubilatoria, parecen superar lo planificado en los 70 teniendo como punto de comparación con la Ley 20.118/75.
El mayor rol del Estado en la economía, y las estatizaciones puntuales marcan una clara diferencia con los años 90. Sin embargo todavía resta realizar una acción  sistemática, coordinada y planificada, al estilo de la imaginada en los 70 mediante la creación de un organismo al efecto, como la proyectada Corporación Nacional de Empresas del Estado (CNEE) creada por la ley 20.558/73.
El carácter pro-obrero del kirchnerismo se manifiesta en la reapertura de paritarias,   la derogación de la Ley Banelco y la sanción de  la Ley 25.877 que permitió nuevamente la convocatoria al Consejo del Salario. Sin embargo la Ley de Contrato de Trabajo actual está muy por detrás de la original, 20.744/74 que entre sus numerosas bondades, contaba con una fuerte regulación de las tercerizadas, tema todavía pendiente de resolución.
Finalmente donde mayor es la deuda del kirchnerismo es en la ausencia de una reforma impositiva integral. Dentro del paquete de medidas setentistas, la que mayor valor tiene para la etapa actual es la  Ley 20.629/73 que gravaba el capital y la riqueza y habilitaba una mayor profundidad en el proceso de distribución del ingreso.
El plan setentista fue efímero pero sus logros considerables.  En términos generales fue un programa mucho más ambicioso, sistemático y estructural que el actual proyecto kirchnerista. Es cierto que los gobiernos de Néstor y Cristina tienen el mérito de haber perdurado durante una década y soportado los embates opositores. Pero los logros obtenidos son modestos si los comparamos con la década del 70. La inspiración para realizar lo que falta en el futuro puede encontrarse en el pasado setentista. Pero la mirada no deberá estar puesta en el espíritu de la militancia de entonces, sino en el programa de gestión estatal que el FreJuLi intentó llevar a cabo.

 
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