MARIO DERCH DIPUTADO NACIONAL

Las Confederaciones empresarias y el ala política estrechan filas

Con la reunión de la Mesa de Economías Regionales como marco, un segmento importante del empresariado nacional, nucleado en la cada vez más vigorosa Confederación General Económica, CGE, junto a las Confederaciones específicas parece dispuesto a jugar con mayor organicidad y compromiso en el terreno político con la vocación de sostener y profundizar el modelo de país vigente desde 2003. Así quedó planteado, con bastante claridad, el martes 18 de junio, en el cuarto piso de la sede histórica de la CGE de la calle Rivadavia, por el presidente de la Confederación, Ider Peretti y el intendente de Bragado, Aldo San Pedro, referente nacional del Partido de la Victoria, principal instrumento del kirchnerista Frente para la Victoria junto con el propio Partido Justicialista. Ante empresarios y representantes del arco político, los dos destacaron la idoneidad y el compromiso de Mario Derch -escritor y empresario que preside la Confederación General de la Industria, CGI, el ala industrial dentro de la CGE- para representar al sector y al oficialismo en el Congreso Nacional. Hicieron hincapié en la trayectoria y militancia de Derch en oposición a las visiones liberales y concentradoras, por un lado, y su apoyo a los intereses nacionales y populares, por el otro, ideario claramente planteado en su libro; “Contragobierno-Una conspiración bicentenaria” un trabajo de reinterpretación de la historia de la organización de la producción en la Argentina.
No está demás recordar que la CGE nació en 1953 como el instrumento con el que el entonces presidente Juan Domingo Perón, junto a un amplio sector emergente del empresariado nacional encarnado por la figura de José Ber Gelbard, dio la batalla que requería el desarrollo de su propuesta de país contra los sectores tradicionales del poder económico organizados en la Unión Industrial Argentina y la Sociedad Rural Argentina. En su retorno al gobierno, en 1973, Perón y la mayoría del empresariado nacional volvió a apoyarse en la CGE como punto de convergencia instalando a Gelbard al frente del ministerio de Economía. Como consecuencia del papel jugado por la CGE desde su propio nacimiento, la entidad y sus integrantes fueron objeto de una persecución sistemática durante las distintas dictaduras y de negación institucional durante el neoliberal gobierno de Menem, gobierno éste con una notable identificación con el eje Reagan-Thacher a través de su ministro Domingo Cavallo.
Esos sucesos, cuya descripción e interpretación también forman parte del contenido del libro de Derch, generaron en los últimos años fuertes contradicciones en el interior de la CGE entre sectores ligados a una visión noventista, cercana en ocasiones a la pequeña pero poderosa dirigencia concentradora de mercado y demandante de privilegios, y la de quienes recuperaron los objetivos de la CGE original con la estrategia de actualización que le otorgó la década iniciada en 2003.