¿QUE VOTA EL QUE VOTA?
30
años de democracia, no parecen haber sido suficiente, a la hora de
armonizar criterios respecto a las ventajas que esta libertad nos
brinda.
El
debate, cuyo principal contenido debería ser la propuesta, impulsora de
cambios o modificaciones en las políticas sociales, económicas etc, que
tiendan a mejorar esas problemáticas, carece de brillo por su ausencia.
Tal parece que hay proclividad a la «pro domo súa», una suerte de (primero me salvo y después veo que puedo hacer por los que me votaron).
La
piedras con las cuales tropezamos, aún están en el camino, solo hay que
verlas y proceder a evitarlas, para eso solo necesitamos del ejercicio
de la memoria. La memoria es un viaje de ida con espejo retrovisor.
Claro
que si procedemos a la negación psicótica, evitando enfrentar la
existencia de una realidad o su relación o relevancia, deberemos
recurrir a un especialista en «marotes».
Alguna vez John Osborne dijo: «El que tiene mala memoria se ahorra muchos remordimientos».
Y
ese termina siendo el resultado del ocultamiento de ciertas realidades,
que afectan por tradición, herencia, grupo social, o simplemente por
misoginia, en el caso de nuestro pais.
La
democracia no sólo significa «elegir» sin otra motivación que no sea la
cara del candidato, o su condición de género, sino procurar ahondar en
los criterios que ofrecen y promueven cada uno de ellos en los temas
sociales y políticos, sin olvidar su trayectoria, y las determinaciones
que tomaron en su gestión, si es que las tomaron(¿?).
Los argentinos somos los «empleadores»,
en todo el sentido de la palabra, de aquellos a los que deberemos
otorgarle nuestra confianza, porque ellos serán los que representen los
intereses nuestros, los del pueblo en su conjunto.
Las
pasiones personales, deben utilizarse para el fútbol, deporte que nos
identifica a los argentinos, y que más allá de los resultados adversos,
seguiremos acompañando al equipo elegido hasta el final de la vida, no
para decidir en que manos ponemos nuestro futuro, porque de esa
elección dependerá el bienestar de todos, y en ese «todos», están
incluidos, padres, abuelos, pareja, hijos y demás afectos.
En
los actuales tiempos la desidia y la indiferencia de algunos
funcionarios que fueron elegidos por el pueblo, brindándoles con esta
acción toda la confianza, ignoraron la responsabilidad otorgada y
dedicaron su tiempo con presteza a mostrarse mediáticamente en cuanto
programa los invitase, si éste coincidía con sus intereses.
Por tomar un ejemplo; en el 2011, de las 12 sesiones que fueron convocadas, se logró quórum en 8 y se aprobaron 92 normas.
De
Narváez faltó al 83,7 % de las votaciones, este señor fue el que en las
legislativas del 2009 le ganó a Néstor Kirchner, Elisa Carrió faltó el
82,61 %, siendo 1ª en el ranking de los faltadores, es decir Carrió no
votó 76 de las 92 normas. Esta vaticinadora de grandes «catástrofes» que
nunca ocurrieron, está allí porque oportunamente alguien la votó, y va
en busca de su reelección parlamentaria.
Si
su actitud no se entiende, ¿puede entenderse la actitud de los que la
votaron?. ¿Se preguntó si en su empresa su empleada concurre 2 días de
cada diez que actitud tomaría?.
Personajes
como estos, por citar algunos, son los que proclaman públicamente «hay
que ponerle freno a este gobierno», esto que pretende ser un formato de
consigna, y que por falta de argumentos no se aclara que hay que frenar
del gobierno, suena hasta gracioso cuando los funcionarios que lo
proclaman se quedan en sus casas o participando de eventos particulares,
cobrando todos los meses sus abultados ingresos, pagados por el pueblo
por supuesto.
En
el 2010, se convocó a sesionar 87 veces, se logró quórum en 18 citas, y
se votaron 86 leyes. Eduardo Amadeo (Compromiso Federal) faltó el 46,51
%, Ricardo Alfonsín (UCR), no le alcanzó para superar la marca pero se
pegó un faltazo en el 45,35 % de todas las sesiones. Pino Solanas y
Elisa Carrió, a pesar de su esfuerzo llegaron terceros en este ranking.
Estas personas componen hoy el frente opositor como candidatos para las
legislativas de octubre.
Para
completar la lista de «borrados», en el 2011, Gabriela Michetti estuvo
ausente en 44 ocasiones (47,83 %), Solanas faltó a 39 (42,39 %).
Si
fuera necesario presentar un «curriculum vitae», para pretender acceder
a otra banca, ¿que dirían en el apartado; experiencias anteriores?
Sin
embargo estos desidores de grandes frases, siguen en el ruedo,
confirmando la teoría que no se puede imputar al pobre chancho.
La
democracia, consiste no sólo en ejercer derechos, sino en cumplir con
ciertas obligaciones, pensar y analizar es una de ellas, tal vez la más
importante, despojándose de todo odio personal e infundado.
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