Las intervenciones de Ceferino Reato, al igual que las de el
“Tata” Yofre o Vicente Massot, entre otros “intelectuales”, tratan de
embarrar la cancha (...) para dejar de lado lo que se logró hacer en
estos años.
Por Nicolás Adet Larcher
La Nación vuelve a provocar desde sus columnas y a
desatar la polémica, esta vez de la mano de Ceferino Reato, gran
defensor en los hechos de la teoría de los dos demonios (aunque diga lo contrario en algunos reportajes, por ejemplo, a AGENCIA PACO URONDO).
Una columna escrita por Ceferino
Reato en el diario La Nación volvió a generar polémica respecto a un
tema sensible que el diario parece querer tocar siempre para tratar de
llamar un poco más la atención. “Hablan de 30.000 desaparecidos y saben
que es falso” es el nombre en cuestión del artículo, y se empecina en
tratar de desbaratar una supuesta “mentira” organizada por los
organismos de Derechos Humanos (Madres y Abuelas de Plaza de Mayo,
HIJOS, etc.) sin una justificación clara que pueda sostener Reato. En su
texto no argumenta por qué los organismos de Derechos Humanos mentirían
respecto a eso y qué podrían haber ganado en cuanto a una diferencia
numérica. Según los cálculos de Reato, el número real seria de 7.158
víctimas. En uno de los párrafos de la nota, el periodista enumera las fuentes
de donde sacó sus datos, y además aprovecha el momento para promocionar
su último libro. Curiosamente la única fuente que llega a mencionar
Reato de manera específica es el “Nunca Más” y un documento publicado
por el Gobierno que no detalla cuál es. Omite mencionar que la
Inteligencia chilena -en 1978- había contabilizado, hasta ese momento,
22 mil desapariciones en un documento secreto de Arancibia Clavel,
funcionario de inteligencia chileno en la Argentina. El funcionario se
basa en informes del Batallón 601, e inmediatamente fue enviado a la
sede de la DINA en Chile.
Ceferino Reato olvida (intencionalmente) que cuando se realizó el
documento de la Conadep a los miembros de la Comisión no se les
permitió ingresar a varios centros clandestinos de detención, por
ejemplo: al 3º Cuerpo del Ejército en Córdoba, que se negó a concederles
la entrada. En varias oportunidades, quien era Secretario de Derechos
Humanos, Luis Duhalde, agregó: "La cifra de 30.000 no es ni arbitraria
ni caprichosa, aunque es lamentable reducir la dimensión de la tragedia
argentina a un problema contable".
En el año 2003, el diario Clarín publicó una nota al respecto de este
tema numérico que desvela a Reato, y en el artículo se mencionaba:
"Estas listas incompletas son las que tenemos y por diversas razones no
reflejan la totalidad de los detenidos-desaparecidos", aclaraba la
solicitada de los ocho principales organismos de Derechos Humano
publicada en Clarín el martes 25 de octubre de 1983. Sobre el número de
los 30 mil, las Madres de Plaza de Mayo aclararon que se llegó a dicha
cifra por la desproporción existente entre el número real de víctimas y
las denuncias oficiales efectuadas. Citan un ejemplo: "En La Plata,
sabíamos que habían desaparecido en un primer momento unas 2.500
personas y que sólo hubo 800 denuncias".
En esa nota de Clarín se detallaba lo pronunciado por el Gobierno:
"Aquí no hay tarea concluida. Todos los días nos visitan familiares de
desaparecidos o se nos acerca documentación para completar este archivo,
que registra la más grande tragedia de nuestra historia y que
custodiamos como parte de la memoria de nuestro pueblo".
La cifra elaborada por Reato trata de frivolizar la cuestión de los
desaparecidos en una simple cuestión matemática que pretende hablar de
números y no de víctimas. Además, deja en claro la falta de rigor al
momento de investigar omitiendo datos para implementar la clásica teoría
de los dos demonios. En una de sus ingeniosas columnas, Eduardo
Blaunstein retrata a Reato: “Lo (relativamente) nuevo que propuso es
entrarle otra vez al tema sólo que por derecha (a lo Tata Yofre), con
una mirada conservadora, de pequeño periodismo, de suspicacias
maliciosas. Suspicacia maliciosa es ocuparse, por ejemplo, de trazar una
confrontación entre ‘las millonarias indemnizaciones pagadas a los
parientes de los guerrilleros caídos en Formosa y su asimetría con
relación a la mísera pensión mensual que reciben los padres de los
conscriptos muertos’. Y eso que Reato se presenta como alguien que
impugna las lógicas binarias del kirchnerismo, ‘un estilo político
basado en la lógica amigo-enemigo, que era la lógica también de
Montoneros’”. La nota de Blaunstein viene de la presentación del
anterior libro del periodista de los dos demonios, “Disposición Final”,
donde se entrevistaba a Videla como a cualquier otra persona, con una
pasividad escalofriante.
Las intervenciones de Ceferino Reato, al igual que las de el “Tata”
Yofre o Vicente Massot, entre otros “intelectuales”, tratan de embarrar
la cancha para situar discusiones frívolas en la sociedad, y dejar de
lado lo que se logró hacer en estos años y lo mucho que todavía falta.
Actores como los diarios La Nación, La Nueva Provincia, la Revista
Cabildo, e incluso “militantes” como Cecilia Pando que defendieron y
defienden hasta el día de hoy a los genocidas, deben ser tomados con
cautela por una sociedad que logró recuperar su memoria.
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