Generando cambio

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Escrito por Agencia Paco Urondo, Especial para Nuevo País   
Domingo, 13 de Octubre de 2013 21:00

“Fue escrita cuando los que hablábamos de esto estábamos lejos del poder”

Entrevista al periodista y escritor Martín Caparrós, vía mail, a raíz de la reedición de un libro fundamental para comprender los años ´70, y del premio dedicado a crónicas del presente que lanzaron junto a Eduardo Anguita.

http://www.eldeber.com.bo/2013/2013-05-17/images/martin-g.jpg  Por Juan Ciucci

APU: ¿Cómo pensaron este concurso? ¿Por qué dedicado a la crónica?

Martín Caparrós: Porque nos pareció que valía la pena tratar de reunir crónicas sobre la Argentina actual que conformaran, si todo sale bien, un fresco de lo que está pasando en el país –y publicarlo en un libro.

Y pensamos que ése era un buen destino para los derechos de autor que La Voluntad sigue produciendo.

APU: Se cumplen 15 años de la primer edición de La Voluntad, ¿le parece que es un libro más cercano a ésta década que a la de los noventa?

MC: La Voluntad fue escrita y publicada en los años noventas, cuando se hablaba muy poco de estos temas –y, ciertamente, los que hablábamos estábamos muy lejos del poder. Con el tiempo, llegué a lamentar el uso que ciertos sectores de poder hicieron de esta historia, apropiándosela en ciertos casos, deformándola en algunos, santificándola en otros.

APU: Algunos critican, por ejemplo Claudia Hilb en una entrevista que le realizamos, el tono épico que tiene el libro. ¿Era necesaria esa épica en el contexto en que fue escrita La Voluntad?

MC: Yo no veo ningún tono particularmente épico en La Voluntad. Más bien diría un tono narrativo, que quiere dar cuenta de la experiencia de muchas personas cuyas historias habían sido devoradas por la épica o por la elegía. Pero eso no significa esquivar la comprobación de que esas personas estaban dispuestas a jugarse en serio por lo que pensaban. Si eso es épica, estamos jodidos.

APU: Para miles de militantes jóvenes, es un libro de lectura imprescindible. ¿Creían que ese trabajo tendría estos destinatarios, o pensaban que sería una lectura para su generación?

MC: Cuando escribo, nunca pienso en quién va a leer. Y este caso no fue distinto. Me alegro que lo lea cuanta más gente mejor –pero no me parece que sea mejor que lo lean tales o cuales, estos o los otros.

APU: En estos años surgieron relatos de parte de los genocidas, o de algunos que intentan matizar su accionar. ¿Los has leído? ¿Qué elementos nuevos encuentra en esa construcción que proponen?

MC: No, no los leí. No leo mucho sobre los setentas. Cuando leo crónicas o ensayos prefiero leer sobre el presente y el futuro. Me interesan más.

APU: En el contexto en que surge La Voluntad, existían muchas lecturas en torno a que el peronismo había sido finalmente cooptado por los poderes fácticos de la Argentina y que ya nunca volvería a expresar los intereses de las clases populares. Hoy son miles los militantes que encuentran nuevamente en el peronismo su espacio de lucha. ¿Cómo afecta esta nueva realidad las lecturas del pasado del peronismo, y en especial, de los ´70?

MC: Podríamos discutir mucho sobre si lo que encuentran esos “miles de militantes” en el peronismo es un “espacio de lucha”. Y seguramente no estaríamos de acuerdo. Yo, personalmente, no lo creo: creo que si uno quiere cambiar la sociedad no lo hace desde el aparato del Estado capitalista. En cuanto a cómo afecta esta realidad las lecturas sobre los setentas, te remito a mi prólogo a esta última edición, donde digo que “la apropiación por parte del gobierno kirchnerista de esa historia catalizó el cambio incipiente en las formas de pensar la militancia de los sesentas y setentas. La identificación entre este presente y ese pasado permite a los portavoces de la derecha revisar las formas predominantes de La Memoria. El carácter intocable, casi sacralizado de aquellas víctimas se deshizo al convertirlas en peones de la retórica política actual”.

Y al final dice que “en esta nueva imagen (re)emergente, los montoneros de ayer se parecen a los gobernantes de hoy: falaces, autoritarios, autorreferentes, gritan consignas justicieras mientras hacen cosas muy distintas –y vuelven a ser, por lo tanto, un blanco fácil. Por eso creo que este gobierno ha vuelto, de otro modo, a desaparecer a los desaparecidos”.

 
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