Generando cambio

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Críticas a la política económica argentina PDF Imprimir Correo
Escrito por Agencia Paco Urondo, Especial para Nuevo Paìs   
Jueves, 16 de Enero de 2014 11:52

Ataques de la prensa de eeuu

En una nota de opinión, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, advirtió que “no son casuales las repercusiones en los medios locales de la reciente nota descalificatoria sobre Argentina del periódico "The Wall Street Journal".

http://www.telam.com.ar/advf/imagenes/2013/11/5278c69b00d90_800x533.jpg En la nota, el Ministro de Defensa dice:

Estoy sorprendido por la virulencia de las críticas que diversos voceros del poder financiero internacional están realizando a nuestro país por estas horas. No son casuales las repercusiones en los medios locales de la reciente nota descalificatoria sobre Argentina del periódico "The Wall Street Journal" y de los nuevos resultados del "Índice de Libertad Económica" que anualmente realiza la ultraconservadora Heritage Foundation.

En ambos casos, se traduce una intolerancia por parte del lobby financiero mundial al camino de heterodoxia económica que viene llevando nuestro país desde el 2003. Ni los voceros mediáticos del sistema financiero, como The Wall Street Journal, ni los "think thank" del neoliberalismo, como la Heritage Foundation, criticaban a nuestro país cuando los modelos económicos condenaban a los argentinos a la desocupación, la exclusión social y la indigencia.

Es muy curioso: en el año 2002 la Argentina estaba en el puesto 38 del ranking de "Libertad Económica", cuando teníamos un 24 % de desocupados, un 57 % de pobres y un 35 % de indigentes. Ahora, con una desocupación del 7 % y una pobreza menor a los dos dígitos, la Heritage Foundation ubica a la Argentina en el puesto 166.

Esto deja a las claras de que los intereses de estos sectores financieros no son los mismos del pueblo argentino, por más que algunos dirigentes y medios de comunicación opositores pretendan mezclar las cosas.

Hay una clara intencionalidad de diversos sectores económicos, con la complicidad de ciertos medios de comunicación, para reinstalar en la Argentina los criterios de evaluación de los modelos económicos vigentes durante el Consenso de Washington.

A la Argentina nunca le fue bien cuando siguió las recetas de los "think thank" del neoliberalismo. Al contrario: la enorme mayoría del pueblo terminó postrado en la exclusión social mientras que una minoría vinculada a los intereses del poder financiero mundial terminaba enriqueciéndose.

Los buitres de siempre vuelven al ruedo

Sin lugar a dudas está asomando en la Argentina una operación económica claramente desestabilizadora llevada adelante por los sectores más concentrados del mundo financiero.

El lunes conocimos a través de varios medios de comunicación opositores al gobierno nacional una nota sumamente agresiva del periódico de negocios financieros "The Wall Street Journal".

El martes, pudimos acceder a los resultados del "Índice de Libertad Económica" publicado por la ultraconservadora Heritage Foundation. Curiosamente, estamos en el puesto 166, bien abajo en la calificación general, mientras que en 2002, en plena crisis, éramos muy bien conceptuados en el puesto 38.

Y en estas últimas horas varios medios se hicieron eco de un informe del Credit Suisse que recomienda vender bonos argentinos ante lo que considera un "deterioro de la economía".

Es posible que algún recién llegado a la información económica y política argentina forme una opinión a partir del análisis del Credit Suisse. Pero, los que tenemos algunos años en el lomo, podemos recordar algo que pasó hace no mucho tiempo, apenas 13 años.

En marzo de 2001, como manotazo de ahogado, Fernando De la Rúa decide el regreso de Domingo Cavallo al Ministerio de Economía. Luego de obtener la famosa "ley de superpoderes" (que le permitía a Cavallo casi todo, excepto vender el Banco Nación y privatizar las universidades) el creador de la convertibilidad llevó adelante el tristemente célebre "megacanje".

Esta operación financiera fue operativizada por 7 bancos, uno de ellos el Credit Suisse First Boston, una de las patas más importantes del Credit Suisse Group (recordemos que unos años más tarde, en el 2005, el grupo helvético fusionó sus dos bancos insignias, el Credit Suisse y el Credit Suisse First Boston).

Volviendo al "megacanje", los bancos implicados se llevaron 150 millones de dólares de comisiones. La operación financiera dio como resultado que la deuda externa argentina se incrementara en casi 40.000 millones de dólares (entre capital e intereses). Sin embargo, los principales medios de comunicación locales alabaron la medida, en un claro vínculo de intereses con el sector financiero.

Pero no fue casual que el Credit Suisse participe del "megacanje". El autor intelectual de la medida no fue Cavallo, sino David Mulford, por entonces vicepresidente del Credit Suisse First Boston, quien cobró la friolera suma de 20 millones de pesos en honorarios.

Lo interesante es que el "megacanje" no sólo fue un desastre para la economía nacional sino que fue una estafa para los tenedores de títulos que fueron obligados a entrar en la operación apenas 7 meses antes del "corralito financiero" y el estallido de la Convertibilidad.

Ciertamente esta operación no pudo haberse realizado sin la anuencia del staff de alto rango del Ministerio de Economía. Recordemos que a principios de enero ocho ex funcionarios de la Alianza fueron procesados en la causa que investiga el "megacanje".

Para finalizar: como vemos, al Credit Suisse (como a todo el selecto club de operadores financieros) nunca le interesó la Argentina ni los argentinos. Siempre operaron en contra de nuestros intereses nacionales y, en cuanto pudieron, estafaron a los ahorristas particulares.

Hoy, vuelven al ruedo, motorizando una operación especuladora sobre los títulos públicos argentinos, con el único objetivo de desestabilizar la economía nacional.

Comunicación

El diario conservador, que representa los intereses financieros internacionales, publicó en los últimos días dos notas que atacan la política económica del Gobierno Nacional. Dime quién te critica...

http://dealbreaker.com/2009/11/30/wsj.jpg

Los problemas de Argentina ahuyentan a los inversionistas” y “El derrumbe de la economía argentina” son los artículos que The Wall Street Journal le dedica a nuestro país. El diario conservador de EEUU, representante de los intereses financieros internacionales, publicó este ataque en momentos en los cuales el Gobierno Nacional busca inversiones en los mercados mundiales.

“Después de un 2013 estelar, los bonos soberanos bajaron marcadamente en la última semana, en momentos en que la brusca caída del peso y la reducción de las reservas en moneda extranjera plantean dudas sobre la capacidad del país para pagar sus deudas futuras”, anuncia el primero de los artículos, en búsqueda de una profecía autocumplida. Los intereses del “anarcocapitalismo financiero” sin dudas apuestan a una debacle económica, para maximizar sus ganancias y colocar préstamos con intereses exorbitantes.

El texto de Prabha Natarajan y Ken Parks pretende sumar inestabilidad a la evaluación de la actualidad argentina. “Las señales financieras de advertencia están ahuyentando a los inversionistas, muchos de los cuales no olvidan las turbulencias económicas y sociales que precedieron la cesación de pagos del país en 2001”, no temen vaticinar.

Aunque rápidamente aclaran: “pocos inversionistas prevén que se repita la historia de ese año, cuando el colapso del gobierno y la posterior suspensión de pagos trastornaron los mercados globales”. Lo que patentiza que las referencias al 2001 solo sirven para incentivar temores.

“El lunes, el peso cerró en cerca de 10,78 unidades por dólar en el mercado negro, donde los argentinos cambian su moneda para evitar los controles del Estado”, explicitan en referencia a la fuga de divisas y los mercados ilegales.

La década kirchnerista y los “secuaces de la presidenta”

Sin embargo, Mary Anastasia O'Grady va más lejos en su artículo “El derrumbe de la economía argentina”. Allí, expresa sin tapujos los lineamientos políticos con que analiza nuestro país.

“Durante una visita a Buenos Aires que hice en noviembre, noté que una sensación de premonición se cernía sobre la ciudad. La economía estancada, la inflación en alza, el capital saliendo del país y los porteños de todos los ámbitos preparados para una tormenta y resignarse a las penurias que llegarían a esta ciudad portuaria.”. Esta visitante ocasional traza a vuelo de pájaro su “análisis” de la situación nacional, repleto de clichés y prejuicios.

“La infraestructura de la ciudad también parecía abatida. Los amplios bulevares y grandiosos edificios del siglo XIX están cansados y roñosos y las calles huelen mal. Los grafitis enardecidos y los afiches hechos tiras desfiguran las paredes, lo que intensifica una sensación generalizada de decadencia sin ley”, continúa.

Pero cuando uno podría suponer que los dardos apuntan al Jefe de Gobierno de la Ciudad que tan mal encuentra, se equivoca. “Destruir la riqueza de una nación demora un largo tiempo, pero una década de kirchnerismo, de gobiernos encabezados por Néstor Kirchner y su actual viuda Cristina Fernández de Kirchner, parece estar lográndolo”.

Las “libertades" y la falta de respeto con que estos “periodistas” analizan la realidad de otros países no dejan de sorprender. Como cuando habla de “secuaces de la presidenta”. “El gobierno dice que la inflación anual es de 10,5%. Sin embargo, hay una desconfianza generalizada hacia los números oficiales. Uno de los secuaces de la presidenta despidió en 2011 al director del instituto encargado de medir la fluctuación en los precios porque no le gustaban las cifras”.

Lo que siempre revelan estos “analistas” son sus fuentes locales, verdaderos socios económicos y políticos. “Cuando un país sufre disturbios, saqueos, cortes de electricidad y una inflación galopante, lo normal es que las personas libres busquen que sus líderes restauren la calma y el orden. Pero la presidenta ha cultivado un perfil bajo. Tal vez sea porque en diciembre un grupo de periodistas de investigación del diario La Nación publicó una serie de artículos que decían que tanto Cristina como su marido, quien falleció en 2010, se enriquecieron con un programa de obras públicas en su provincia natal de Santa Cruz”. Como siempre, La Nación presente, quien a su vez reproduce la nota.

El final es de antología, con las típicas referencias al mundo libre y las libertades individuales. “Después de 10 años de gobiernos kirchneristas, el poder ejecutivo ahora controla la mayor parte del poder judicial. Es improbable que los llamados para una mayor transparencia lleguen muy lejos. Por otra parte, una espiral inflacionaria agota la paciencia y una población que se siente tan impotente como la de la Argentina actual en algún momento se hará escuchar”.

Como se ve, las intenciones golpistas ni siquiera están solapadas. Es común en la prensa conservadora de EEUU, como en su gobierno. Seguimos sin acostumbrarnos a que no se repudie de un modo más enérgico este tipo de ataques a nuestro país. Bien dijo Emir Sader al respecto: “Odioso editorial golpista do Wall Street Journal contra o governo argentino. Se esperam respostas corajosas dos argentinos de carater”.

 
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