Generando cambio

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Groncho Mars: “Patria es no a lo que diga Alberto o Muerte” PDF Imprimir Correo
Escrito por Agencia Paco Urondo   
Martes, 09 de Junio de 2020 00:00

Nuestro intérprete de medios mete las dos últimas semanas llenas de libertarios anticuarentena, infectaduras, fake news, espionaje, teletrabajo y angustias en un gronchesco informe que está dermatológicamente testeado y no se llena de grasas trans.- Por Groncho Mars Algunos se habrán preguntado por qué no apareció esta columna el fin de semana pasado y debo confesar que estuve a punto de pasar a la clandestinidad. Sólo faltaba estampar la firma, pero no hubo acuerdo en o con (nunca entendí muy bien) la prima de mi representante y eso hizo que se cayera el pase. Otra vez será.
Te lo resumo así nomás
Lo cierto es que me perdí una semanita de locos, que intentaré resumir diciendo que un grupo de “anticuarentena libertarios” salieron a revelarse en plena plaza de Mayo, este 25, renovando el viejo axioma revolucionario y transformándolo en algo así como “Patria es no a lo que diga Alberto o Muerte”. Simultáneamente, en un country de Tigre, se produjo otra manifestación al grito de “queremos que vuelvan las mucamas, salir a correr y no ir a Venezuela”, mientras se movilizaban en sus 4 x 4, barreras adentro. “Ya ni meterlas en el baúl, nos dejan. No estamos en la Edad Media, tendrían que saber que su libertad termina donde empieza la nuestra, que es en el puesto de seguridad”, se escuchó quejarse a uno, y ahí la marcha se disolvió. En sintonía con estas protestas, TN sacó al aire un video de una toma y corte de calle diciendo que era en Quilmes, pero pronto tuvo que reconocer que estaba filmado en Chile. Rápidamente pidieron disculpas y nos anoticiaron de que el video había sido enviado por “un cronista vecino”, y que ellos lo analizaron con toda rigurosidad, pero a veces esto sucede. Y uno deduce que no va a volver a ocurrir, después de todo, cualquiera se puede comer el pescado podrido de una manifestación geolocalizada en forma errónea. O no encontrar las famosas bóvedas del sur. O confiar en los cuadernos que eran fotocopias, pero resucitaron de las cenizas y se volvieron a escribir. O creer en el testimonio del camionero que había llevado a Santiago en Entre Ríos. O editar sin ninguna malicia un discurso de Cristina y quitar justo la parte en donde aclaraba que se dirigía a su gabinete y hacer creer a muchos que pedía que le tuvieran miedo y paro acá, porque para mostrar dicha rigurosidad alcanza un botón. El que apaga la tele o cambia de canal. Mientras, Graciela Caamaño presentó una denuncia por espionaje ilegal durante la gestión de Mauricio Macri. Al parecer, no sólo habría espiado a opositores sino también a aliados como Laura Alonso, Nicolás Massot, Ernesto Sanz y Luis Majul. “Franco, mi papá, decía que a los amigos había que tenerlos cerca pero a los enemigos todavía más. Nunca entendí que carajo quería decir, así que siempre espié a todos y listo. Esa siempre me salió de taquito”, habría explicado el actual presidente de la fundación FIFA, refiriéndose a su larga experiencia en el tema. Como si fuera poco, tras las filminas del presidente Fernández, el país entero hizo un pasaje al acto y a falta de fobal, buenas son las angustias (sobre todo si son ajenas) para armar largos debates en donde lo único que me queda claro es que si vamos a hablar de angustia nada se compara a la que embargó a nuestros próceres al separarnos de España, porque uno no puede andar cantando falta envido todo el tiempo y menos un 25 de mayo donde la gente parece referirse a la camiseta del Diego y, en realidad, están hablando del seminario 10, ese que dice Je suis Lacan. Como verán, con esto solito ya tenía para hacer la nota y pensaba que jamás iba a tener otra semana como la que pasó… hasta que llegó ésta.
¿Qué somos? ¡Espartanos!
300 intelectuales, científicos, periodistas e influencers (había que sumarlos, no daban los números), que no vendrían a ser los que apoyan a Bolsonaro y menos los que siguieron a Leónidas, nos alertaron que otra vez “la democracia estaba en peligro” y que vivíamos en una “infectadura”, algo que vendría a ser más o menos así: aunque muchos de ellos siempre exigieron que en la toma de decisiones se escuche a las personas capacitadas, justo esta no era la ocasión para apoyarse en unos tiranos a quienes les gusta jugar con ratones y poco saben de consecuencias sociales, porque gracias a ello, el gobierno nacional aprovechó para desmantelar el equilibrio entre poderes, aunque no se entendería muy bien cómo logró que el jefe de gobierno de Ciudad de Buenos Aires y los gobernadores opositores se sumen al plan sin chistar. Si por lo menos escucharan a los verdaderos expertos como Milei y Espert, quienes nos vienen avisando que todo se va al carajo por culpa del aislamiento, sería otra cosa. Como en Estados Unidos o Brasil, por ejemplo, donde la economía también se está yendo a los caños, pero no tienen que estar encerrados ni sufrir una infectadura, que es lo que nos trajo hasta aquí.
Si esto no es una infectadura ¿qué es, qué es?
El texto cierra con “una convocatoria amplia a la sociedad civil a contener los desbordes del gobierno nacional” y la gente se sumó, aunque no fue taaaaan amplia. Al igual que los libertarios de la semana anterior, un grupo de personas salió a manifestarse, esta vez  sin barbijo, “porque no estamos infligiendo ninguna ley ya que somos sanos hasta que se demuestre lo contrario”; reclamando “libertad para trabajar” (habría que preguntarse si dicha frase no encierra un oxímoron) “porque la pandemia es falsa, ya que el virus no existe porque ningún virus existe, aunque podría existir, pero no como lo muestran los medios y sólo nos vamos a salvar de esa dudosa existencia si conseguimos la inmunidad del rebaño y si nos oponemos al nuevo orden mundial”. “El pueblo argentino se está despertando”, dijo uno de los manifestantes. “Hace 80 días que no la pongo, por culpa de la cuarentena”, confesó otro y muchos nos preguntamos si no era mejor haberlo dejado dormir un poco más. Quizás algunos de quienes exigían libertad para trabajar sean los mismos que controlan el teletrabajo de sus empleados, difuminando los límites que antes de la pandemia eran claros y la obligación de “hacerlo en casa” dejó en el olvido, obteniendo de esta forma una plusvalía aún mayor. Como desde esta columna siempre vamos a combatir al capital, aquí van unas buenas alternativas al “me quedé sin wifi” para darle a la patronal, cuando esta se abusa con el horario laboral: “¿sabés que prendí la compu y no arranca? No se mucho de esto, pero para mí que es el burro”, “mi compu tiene el síndrome de la pantalla azul, su estado es reservado”, “acabo de tener un accidente de tráfico de datos y el otro no tenía seguro”, “se colgó actualizando apps, la autopsia confirmaría que fue suicidio”. Ninguna de estas puede fallar.
Siempre hacia el norte
“Cómo me voy a perder esto”, parece haber pensado Lanata y volvió “justo el 31” con PPT, a “taparnos de material que no tiene nadie”, y si no lo tiene nadie, ¿por qué habría que esperar de él, algo más? Nos llenó de enfoques desde otros ángulos de los mismos temas y dejó la sospecha de que estuvieron vagos para buscar: nada de la conexión D´alessio/ espías/ Macri, ni de lo cerca que estamos de llegar a un acuerdo por la deuda que muchos pensaron como un lugar improbable de alcanzar.
En el momento en que parecíamos quedar en la estacada, Cynthia Hotton nos viene a anoticiar de que “Dios es esencial”, pero no estaría consiguiendo el certificado único de circulación, seguro un fallo en la app Cuidar; y Fernán Saguier nos reubica en el contexto aclarándonos que “el periodismo es una brújula en la pandemia”. Todos sabemos que, a menos que se sea la de Jack Sparrow, dicho adminículo apunta siempre para el mismo lado. Al pensar en esto, ya no me preocupa tanto el que nos guíe, sino hacia dónde nos piensa llevar.
¡Sabía que era Venezuela!
En el orden internacional, el asesinato de George Floyd a manos de un agente de policía desató manifestaciones de protesta anti racista y fascista que se iniciaron en Minneapolis, pero pronto se extendieron por todo el territorio estadounidense. Rápidamente Donald Trump se hizo eco, indignado por lo que vio en el video, y no dudó más que unas horas en tomar la determinación de poner al movimiento Antifa en la lista de terroristas. Por suerte aparece Ángel García Banchs, socio fundador de la española  M&B Consulting y Econométrica, para decirnos que las protestas que se generaron tras la muerte de Floyd “han sido organizadas por los mismo que lo hicieron en Chile, Ecuador, Colombia y sería… ¡La narcotiranía venezolana y el Foro de Sao Paulo! Y aunque la policía de ese país tiene un enorme historial racista, todos sabíamos que la culpa era de Venezuela. La detención, en una de las marchas, de un detective del FBI afrodescendiente por parte de la policía, sólo vendría a confirmar que Maduro es más peligroso que Castro, ya que hasta ese buró ha logrado infiltrar.
Mientras Venezuela prepara una invasión para pacificar los Estados Unidos, Spacex se convirtió en la primera compañía en enviar humanos más allá de la estratósfera en una nave privada, la Crew Dragon, sólo para ratificar que Carlos 1ro de Anillaco siempre fue todo un adelantado en la carrera espacial. ¡Vamos, Menem! Pensar que algunos pedían fuera de juego.
Sin embargo, la noticia destacada de esta semana es la que nos informa que un pollito nació en un maple de huevos que estaba a punto de ser vendido. Podríamos decir que una vez más se priorizó la vida por sobre la economía, pero dejémosló ahí, comiendo, creciendo y si va a ser cena el tiempo lo dirá.

 
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