El 17 de octubre, se demostró que no es una fiesta de los gobiernos. Si no, que es una fiesta de las y los trabajadores.
Por un lado, el presidente hablo en el salón “Felipe Vállese”, invitado por la CGT, que representa a una parte de los trabajadores.
Por otro lado, los trabajadores del Frente Sindical, que son los gremios más combativos, los que han resistido la dictadura, se han opuesto a todos los gobiernos anti populares y autoritarios. En este espacio están Moyano, Plaini, Pignanelli, entre otros.
Estos dirigentes y sus gremios, llamaron a “LA CARAVANA PARA LA LEALTAD”, que convocaban a las 10hs, pero ya a las 7.30hs empezó y durante todo el día, los trabajadores, estuvieron en la calle. En orden, sobre los coches, con barbijos, con las banderas. Como debe ser en una verdadera fiesta responsable popular. Así, una vez más, el 17 de Octubre, fue otra fiesta de las y los trabajadores.
En otro plano, el presidente tuvo la mejor tribuna que puede tener, que es el pueblo argentino que lo estuvo escuchando y dijo lo que el pueblo esperaba que diga.
Dejo muy claro, en su mensaje, que empezó la reconstrucción. Sentó un punto de partida.
Hasta aquí, se llegó combatiendo a la pandemia, poniendo orden, ayudando a los que tiene hambre (TARJETA ALIMENTAR) y a los que no tienen trabajo (IFE). A partir, de este momento, empezamos a reconstruir el país.
Esta reconstrucción, debe hacerse con una CGT unida. Es un triunfo de la derecha que la CGT no este unida. No puede haber una Central General de las y los Trabajadores sin Moyano.
Si no, pregunten a las y los trabajadores, ¿es posible una CGT sin caminoneros, smata, canillitas y demás organizaciones gremiales combativas?
Entonces, hay un gran trabajo que tiene las y los dirigentes sindicales, que es UNIR A LA CGT. La única manera, de apoyar a la reconstrucción de la Argentina, es con el movimiento obrero organizado, que es la columna vertebral del partido justicialista. Ese, es el verdadero partido del pueblo.
En esta organización, lucha y conformación de la reconstrucción de la Argentina, el presidente y los dirigentes sindicales, tienen la tarea de salir a afiliar a las y los trabajadores informales. Todo el mundo que trabaja tiene que estar contenido por el Estado y los gremios obreros organizados. Como también, a las y los que no trabajan, tienen la responsabilidad de generar puestos de trabajo y sumarlos.
Cambiaron las cosas, el mundo es distinto y el rol es para todas y todos. El presidente, dijo: “vamos a convocar a los mejores, porque de aquí salimos entre todas y todos” Esto es muy importante, porque no lo había dicho antes y creo que en la semana tendremos noticias. No, en un cambio de gabinete (aunque no se sabe nunca esto). Pero, sí sumando desde los equipos técnicos, personas extra partidarias, pero muy capaces y talentosas. Hay que incorporar para sacar al país adelante. Así como estamos, en este momento, no salimos.
Más allá que, el presidente, cometió el error o se fue de boca, diciendo “que no le gustan los planes económicos”, el equipo económico, está planteando como salimos de esta crisis económica, social, político, financiero, sanitaria, inédita en la historia del mundo  y mucho más en nuestro país.
Esa salida, es con una fuerte intervención del Estado como motor de producción. Como se dice en el barrio, cuando el vecino se le queda el auto y te pide que lo ayudes a empujar para que arranque. Bueno, ese va a ser el rol del estado dando el empujón para que se reactive y crezca la economía.
Hoy, están las bases para poder generar ese desarrollo, dado que, tenemos el 100% reestructurada la deuda externa con los acreedores privados (son el mayor porcentaje de la deuda externa. Alrededor del 80%. El 20% restante, es con el FMI. Cabe recordar, que el 87% de la deuda fue contraída por el gobierno del nefasto y mamerto, ex presidente Macri), superávit de la balanza comercial, con una prognosis económica de crecimiento en un 5.6% (aunque creo que va a ser mayor) para el año que viene y una inversión en obra pública de 550 mil millones de pesos (casi un 3% del PBI)
Estoy convencido, que nuevos tiempos de igualdad y bienestar social inclusivo se vienen. Pongamos el pecho y salgamos a decirlo y hacerlo.