Vetocracia porteña
El jefe de gobierno porteño, el Ingeniero Mauricio Macri, ya vetó más de cien leyes que fueron aprobadas por la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Muchas de esas normas fueron aprobadas por legisladores de su partido y algunas inclusive habían sido directamente presentadas por representantes del PRO.

Así podemos observar que fueron vetadas total o parcialmente (por citar sólo algunas) la creación de un laboratorio Estatal de producción de medicamentos; la prórroga de la emergencia habitacional; el programa de inclusión laboral para jóvenes en situación de vulnerabilidad social; la creación en supermercados de góndolas para alimentos de regímenes especiales; la posibilidad de creación de foros de seguridad. Vetó también la creación de un comité contra la tortura y otros tratos inhumanos y degradantes; la aplicación de un subsidio para ex combatientes; el armado de una oficina contra la trata de personas; un Fondo para la localización y restitución de jóvenes secuestrados durante la última dictadura; el régimen de protección para fábricas recuperadas; la creación de semáforos sonoros para personas no videntes, etcétera, etcétera, etcétera.
Esta triste manera de actuar ante normas que fueron discutidas, consensuadas y votadas en la legislatura porteña se le suman otras formas de ningunear o dejar sin efecto las leyes. El Poder Ejecutivo puede no vetarla pero tampoco se encarga de reglamentarla. Es decir, que queda vigente sólo en el boletín oficial ya que nunca dispondrá de presupuesto o estructura para ponerla en práctica. También hace uso de la posibilidad de vetar parcialmente una ley pero que en los hechos se convierte en un veto total porque se anulan artículos que eran clave y convierte a la ley en letra muerta. Otra argucia es la de reglamentarla pero sin respetar el espíritu de la ley, con lo cual más que una reglamentación se produce una reforma. Y finalmente está la posibilidad de reglamentarla pero no asignarle los recursos o presupuestos necesarios, con lo cual se hace imposible poner en práctica la norma.
Vetos: resabios de una era monárquica que en un sistema constitucional que pretende ser respetuoso de las instituciones debieran ser una medida excepcional para subsanar algún error involuntario. Pero que en el caso del macrismo parece ser un estilo de gobierno en el cual quien está al frente del Ejecutivo demuestra tener muy poco apego y respeto por el debate legislativo.