Texto recibido en el día de ayer en nuestra redacción:

29 años del triunfo de Raúl Alfonsín y la vuelta a la democracia
Hoy (por ayer) se cumplen 29 años de aquel triunfo electoral que le dijo Nunca Más a los golpes de estado. Esa utopía del preámbulo sirvió para sepultar para siempre a todas las dictaduras. Tal vez también nos ayude a parir el país que soñamos.   El 30 de octubre no es un día cualquiera en la historia argentina en general ni en la del radicalismo en particular. Hace 29 años, un día como hoy, el pueblo consagraba presidente de la Nación a Raúl Alfonsín con el 51,75% de los votos. Es un día histórico por donde se lo mire.  Raúl Alfonsín será recordado siempre como un paladín de la democracia y como un hombre íntegro -de los que tanta falta le hacen a la política argentina-que siempre luchó de frente por las causas que creyó justas.
Sin lugar a dudas, las democracias se mantienen, perduran y se alimentan gracias a los hombres que saben defenderlas luchando por ellas. Alfonsín fue un hombre que la defendió con todas sus capacidades intelectuales y pasionales, como aquella vez en que convocó al pueblo a la Plaza de Mayo cuando acechaba un nuevo golpe militar, evitando por sobre todo que no hubiera derramamiento de sangre.  
La historia deja estas páginas abiertas para el debate enriquecedor. Pero por sobre todo esto, queda el legado de un hombre que enriqueció y robusteció la democracia argentina, y que hizo de la ética y la honradez pilares de su conducta.