Generando cambio

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Escrito por Agencia Paco Urondo para Nuevo País   
Domingo, 03 de Febrero de 2013 00:00
Un diálogo político e intelectual
Eduardo Jozami y Cristhian Castillo analizan el kirchnerismo
AGENCIA PACO URONDO viene realizando diversas entrevistas para analizar el intenso año que pasó. En esta oportunidad, el dirigente del PTS y el Director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, reflexionan en torno al presente y el futuro del proyecto político que emergió en la Argentina en 2003.
Jozami: “Los que hablan de agotamiento no quieren que este proceso se siga profundizando”
Castillo: “El 20N expresa la pérdida de hegemonía del kirchnerismo”
Quién es quién
Eduardo Jozami
Es escritor, profesor titular consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y profesor del Posgrado en Historia de la Universidad de Tres de Febrero. Luego de haber desempeñado diversos cargos legislativos e integrado el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es actualmente director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti que funciona en lo que fuera el centro clandestino de detención de la ex Escuela de Mecánica de la Armada. Ha sido director y editor de la revista Crisis y de otras publicaciones de política y cultura.
Cristhian Castillo
Es un sociólogo, dirigente político del Partido de los Trabajadores Socialistas y docente universitario argentino, que se desempeña en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de La Plata. Es Coordinador General del "Centro de Estudios, Investigación y Publicaciones León Trotsky" de Argentina, colabora en la Revista "Estrategia Internacional", y es columnista del programa radial "Pateando el tablero". “Los que hablan de agotamiento no quieren que este proceso se siga profundizando”
Entrevista con el escritor, militante, docente universitario, periodista y Director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Eduardo Jozami.
APU (Por Juan Ciucci): Este año que pasó fue complicado, de muchas movilizaciones. ¿Cómo viste eso?
Eduardo Jozami: Creo que fue un año en donde se profundizó la ofensiva en contra del Gobierno Nacional, aprovechando la condición básica que estaba dada por la presencia de la crisis económica. Dificultades que se presentaron y que obligaron a tomar ciertas medidas económicas, por ejemplo, el control de la venta de moneda extranjera. Creo que el año terminó con un balance muy interesante ya que acompañamos y apoyamos esta gestión de gobierno.
Confesemos que en el momento de los cacerolazos y esta ofensiva no las teníamos todas controladas. Hubo momentos de preocupación, sobre todo de quiénes somos militantes y nos hacemos cargo de la historia del movimiento popular en Argentina, ver en la calle a los sectores reaccionarios nos pone un poco nerviosos. Pero la gran movilización del 9 de noviembre volvió a poner las cosas en su lugar. Por un lado la total adhesión de los sectores más populares a este gobierno y por otro, el kirchnerismo cuando moviliza, sigue siendo la fuerza política más importante.
Además los dos cacerolazos habían sido expresiones de gente que sólo se podía poner de acuerdo en el ataque al gobierno que no tenía ninguna coincidencia política para el país. La multitud que se junto el 9 de noviembre escuchó una definición de la Presidenta de la Nación en el sentido de seguir avanzando y profundizar el programa que revela una coincidencia de buena parte de la sociedad argentina con esa política. Una política que podrá ser criticada y que reconocemos que podrá tener imperfecciones que merecen críticas, pero en los aspectos sustanciales está llevando adelante la transformación del país.
APU: Justamente en el marco de esas movilizaciones en el aspecto económico. ¿Cómo analizás algunos planteos que tienen que ver con una especie de agotamiento en el modelo kirchnerista?
EJ: Creo que eso es una expresión de deseo, no nos olvidemos que eso se dijo cuando terminó el período de Néstor Kirchner, después con más fuerza cuando se produjo el conflicto del campo, con un resultado desfavorable para el kirchnerismo. Las elecciones del 2009 en la Provincia de Buenos Aires tampoco fueron favorables para el gobierno. Los grandes medios decían que no había liderazgo posible, subestimando las posibilidades que tenía Cristina de ocupar ese lugar de conducción y subestimando también la adhesión de los sectores populares identificados con el kirchnerismo.
Creo que este año de algún modo se aprovecho de esas dificultades, de algunos conflictos, como la situación que se dio con Moyano pero no hay razones para hablar del agotamiento del kirchnerismo. Puede haber una especulación, hay que reconocer que tiene cierta base en la realidad porque la reelección de la Presidenta no es algo que se pueda decir que se hace así de fácil, la situación institucional es compleja, requiere la conformación de una mayoría. No es de ninguna manera imposible pero que todavía no está asegurada de manera que las especulaciones pueden venir de ese lado.
Los que hablan de agotamiento del kirchnerismo es porque no quieren que este proceso se siga profundizando. Creo que hoy no creen en la posibilidad de una victoria de Macri o de alguien que represente las antípodas de lo que fue este proceso iniciado en el 2003. Están soñando con alguna persona del propio espacio kirchnerista que garantice una política menos kirchnerista, con eso sueñan los que hablan del agotamiento del kirchnerismo.
Me parece que si vemos la capacidad que el gobierno ha tenido para salir de las situaciones difíciles que se le han planteado en estos años, fundamentalmente en este 2012; no creo que estemos hablando de un movimiento que ha perdido su vigor o no reconozca un liderazgo claro o que no se esté dando una política para seguir avanzando. Por eso pienso que es más una expresión de deseo que la realidad.
APU: Este 2013 va a ser un año de elecciones y de una continuidad de este modelo ¿Cuáles creés que son los desafíos a los que se enfrenta el kirchnerismo?
EJ: El desafío mayor al que se enfrenta el kirchnerismo, es el que enfrenta todo el movimiento popular, un movimiento que está identificado con los sectores más desfavorecidos, más pobres de la sociedad, aunque comprenda la necesidad de tener una propuesta que alcance a sectores más amplios. Cuando uno habla de profundizar el proceso piensa en cómo hacemos para seguir disminuyendo los niveles de pobreza, para seguir avanzando en materia de distribución del ingreso. Creo además que hay otras materias que el gobierno ha reconocido que la política en los primeros años no ha sido satisfactoria. Por ejemplo en el transporte, que hoy se están haciendo esfuerzos aunque creo que la sociedad va a exigirnos un poco más para compensar lo que no se hizo en estos años.
Me parece importante que se esté reconociendo esa carencia, creo que lo mismo puede decirse en materia de petróleo donde se dispone la recuperación del control de YPF por parte del Estado. Reconoce lo errado de una política que se había asumido anteriormente, es decir, hay disposición para avanzar con una política que implica una mayor presencia del sector público. La discusión importante tiene que ver con estas asignaturas, no con otras cuestiones que plantean algunos medios, sino con los grandes temas que hacen a la profundización de la distribución del ingreso, de la presencia del estado en la economía.
Creo que no se puede saltar el tema de la ley de medios, la posibilidad de nuevas voces, nuevas expresiones, terminar con la concentración monopólica. Hoy es una especie de tire y afloje que ha llevado a que grandes sectores de la oposición, hoy están acompañando de manera vergonzante, esta actitud de la justicia de dilatar su aplicación. Uno de los méritos que ha tenido este 2012, es que se ha instalado en el debate político que ha planteado la Presidenta sobre la democratización de la justicia.
Esta es una demostración de cómo el kirchnerismo sigue avanzando y afectando a los sectores poderosos de la sociedad, porque si no la justicia no aparece. Funciona de algún modo sin llamar la atención pero cuando se dan situaciones de este tipo, aparece realmente cuál es el rol que ha jugado el Poder Judicial en Argentina. Se dice que el Poder Judicial es el que controla o asegura el funcionamiento normal de las instituciones, más allá de eso, creo que va quedando más claro cómo el Poder Judicial está estructurado hoy. Pero también cómo fue pensado en los orígenes desde la Constitución norteamericana hasta la propia Constitución Argentina, y fue visto como un poder que tendía a ser un reaseguro frente a lo que podía parecer como un desborde que podría producir la elección popular.
Frente a mayorías eventuales en los cuerpos legislativos, como la que sancionó la ley de medios o la que tiene hoy el kirchnerismo, es importante un Poder Judicial que mostrara en realidad que las cosas no podían cambiar tanto. Que más allá de las decisiones políticas hay poderes fácticos que siguen siendo los que en última instancia determinan el funcionamiento de la sociedad. En ese sentido es muy importante que esto se haya puesto de manifiesto, y es muy importante avanzar este año en el tema de la democratización de la justicia aunque no es un tema sencillo. El sólo hecho de que estemos pensando en la democratización de la justicia, terminar con los privilegios como el que los jueces no paguen impuestos a las ganancias, el encontrar formas de mayor control de la sociedad sobre la justicia.
El hecho de que terminemos con este monopolio que tienen algunos sectores sociales sobre el ingreso al Poder Judicial, donde ha podido hacer que se hable de la familia judicial. Creo que todas estas cosas son importantes para que no sólo el proceso siga adelante, sino que son también un indicador de que el gobierno de Cristina siga avanzando y esta tarea de custodia del poder económico que hacía la justicia termina pareciendo de manera más desembozada.
“El 20N expresa la pérdida de hegemonía del kirchnerismo”
Entrevista con el sociólogo, docente y dirigente del PTS, Christian Castillo. "El kirchnerismo no está derrumbado, mantiene una base popular que lo sigue apoyando", afirma.
APU: Estuvimos charlando con Horacio González, Eduardo Grüner, con Jozami la semana pasada, en el marco de proponer un balance sobre lo que fue 2012 y pensar las perspectivas para este año. ¿Si tuvieras que decir cuál fue el hecho político más importante del año pasado, cuál elegirías?
CC: Creo que, sin ninguna duda, el paro general del 20 de noviembre porque marca el inicio de una tendencia de enfrentamiento y de un proceso de ruptura entre amplios sectores de ña clase trabajadora con el Gobierno Nacional. En ese sentido, es un fenómeno que expresa claramente lo que se ha llamado la pérdida de hegemonía del kirchnerismo del 2012 y que muestra un enfrentamiento de quienes habían votado a Cristina en octubre y ahora salieron a las calles o no fueron a trabajar ese día, no sólo en los gremios cuyos dirigentes convocaban al paro sino también en aquellos sindicatos en que los dirigentes llamaron a no parar. Desde el punto de vista de la izquierda es el hecho más importante que hubo en 2012.
APU: Eduardo Grüner decía algo parecido y hablaba de un agotamiento, del comienzo del fin, si se quiere, del proyecto kirchnerista. ¿Cómo lo ves?
CC: Creo que lo que hubo fue el fin de una etapa, en el sentido de que el mismo Gobierno hizo campaña con el slogan “Nunca menos” y ya en el discurso de asunción de Cristina hubo un ataque importante a los docentes y a los sindicatos en general y durante todo el año, una política de que los asalariados paguen el precio del ajuste mediante dos vías fundamentales: el crecimiento de la inflación, que dejó por detrás de los niveles inflacionarios los aumentos salariales y, también, sacando una tajada mayor al no haber aumentado en todo el 2011 el mínimo no imponible. Mientras los discursos atacaban los ajustes que se hacían en Europa y en otros lugares del mundo, producto de la crisis capitalista, acá se hacía una forma de ajuste sobre el bolsillo del trabajador que es lo que explica este paso a la oposición de la clase obrera donde, más allá de las intenciones y objetivos propios que tiene Moyano, que fue un aliado del Gobierno durante 8 años, lo que hay es un descontento de los trabajadores que tienen más aspiraciones, que no están conformes con lo que están, que no quieren retroceder de lo que tienen y al contrario, los que están peor quieren estar mejor y los que están mejor quieren estarlo más y entonces choca con las políticas de contención o aún avanza contra las conquistas logradas en estos años por la clase trabajadora enfrentando al Gobierno Nacional y por eso les cuesta tanto a los dirigentes sindicales oficialistas tener algún discurso de legitimidad.
APU: ¿Ves que es un planteo de toda la clase obrera? ¿Se puede proponer ese esquema?
CC: Creo que hay importantes franjas de los trabajadores que están en esa dinámica. Es un proceso, no digo que hay ya una ruptura generalizada de los trabajadores con el Gobierno, incluso muchos de los que están descontentos posiblemente voten las listas oficialistas en octubre pero sí que hay un proceso donde las cosas ya no son como eran y donde la política gubernamental muestra desorientación. El Gobierno había pactado con Moyano durante 8 años, rompió ese acuerdo y ahora es una coalición que no tiene el acuerdo de una fuerte central de los sindicatos, no hay una corriente cristinista en el movimiento obrero o la hay muy débil, el sector de Yasky se podría ver en esa forma porque los “Gordos” tienen su propio juego también y es el inicio de un proceso de mayor descontento y de pase a la oposición de sectores importantes de la clase trabajadora, no de la totalidad, obviamente, pero sí de un sector muy extendido que va mucho más allá de lo que habíamos visto en los años anteriores.
APU: ¿Cuál es tu balance de los cacerolazos del 8N, de las movilizaciones de determinado sector de la sociedad?
CC: En ese caso expresaron un descontento de las clases medias que, más allá de lo difuso de cómo las demandas fueron presentadas, era una crítica que se expresaba por derecha al Gobierno, al revés de lo que fue el 20 N, de sectores que mayoritariamente no habían votado por Cristina. Sí pudo haber alguno de lo que se llamó el voto cruzado, los que votaron Macri en la elección para Jefe de Gobierno porteño y Cristina para Presidenta ella Capital pero no es el sector fundamental. Lo clave eran sectores que estaban en la oposición, se envalentonaron de alguna forma y pasaron a la acción. Es una protesta que no tiene canalización directa o inmediata que tendió a diluirse en el estado de ánimo de las clases medias donde se apoyan sectores de la derecha para tratar de conseguir una posición decisiva del Gobierno Nacional y también la posición interna que tiene Cristina en el propio Frente Para la Victoria. Los que salieron como voceros fueron, Macri, la derecha radical. Aunque Binner trató de montarse sobre ese fenómeno, sobre ese descontento de la clase media, después apareció el gran actor de la vía política que es TN y ese tipo de protesta quedó en un lugar secundario porque lo que se puso en el centro son las demandas que golpean, no a las franjas más acomodadas que tienen permeabilidad social como la que se manifestó en los cacerolazos, sino la contundencia del paro nacional del 20 de noviembre.
APU: Sobre el cierre del año, hablando de tres sectores diferentes, hubo una movilización multitudinaria del propio oficialismo, mostrando su fuerza y su capacidad de movilización en el 9D ¿Cómo ves la posición del kirchnerismo de cara a este año electoral?
CC: El kirchnerismo se está jugando la sucesión, ya en el 2013, una cosa es decir que hubo una pérdida de hegemonía y otra cosa es que se haya derrumbado que no es así. Mantiene un 30, 35 % que no es nada desdeñable que es lo que ha construido el kirchnerismo como fuerza propia. Ahora el gran problema que tiene es que le den los números para una re reelección de Cristina para modificar la Constitución. Por ahora no tiene ningún candidato potable del riñón por lo tanto, la perspectiva de un pacto con Scioli donde el kirchnerismo tenga veto para retener una cuota de poder es una probabilidad política.
Verdaderamente no sé lo que va a cuajar pero sí, vamos a ver rigideces internas en la coalición oficialista donde se está esgrimiendo cómo se va a dar una sucesión del 2015. En tanto, por el momento lo más probable es que siga como la primera fuerza política del peronismo, si es que no hay saltos en los niveles de crisis porque vivimos una etapa de mucha inestabilidad en la escena internacional y todo lo que vemos como probable puede cambiar bruscamente. Siempre hay que tener esa visión y el sistema económico en argentina presenta muchas grietas. El crecimiento que ha sido de 3 ó 4 %, una inflación entre el 25 y el 30 % es decir que tiene variables muy críticas, nada se acelera, todo es un pronóstico y si alguna de esas variables entra en una crisis mayor, los tiempos van a ser otros.
APU: Ese 35 % de apoyo ¿En qué sector de la sociedad lo ubicarías?
CC: Creo que hay un sector popular que sigue apoyando al gobierno, hay sectores de franjas medias que también son parte del kirchnerismo, sectores aliados que es compartido con el aparato del PJ más tradicional en la Provincia. La fuerza de los gobernadores, los intendentes que son parte del oficialismo pertenecen en general a lo que el propio kirchnerismo llama el pejotista tradicional. Una cosa es Cristina montada en un bloque determinado, otra es sin ese bloque, por eso hay una instancia de cómo se van a dar esas alianzas pensando en las elecciones del 2015.
APU: ¿Cómo ves al FIT en ese marco en este año electoral?
CC: Esta situación de la clase obrera es muy positiva para quiénes estamos tratando de organizar a los trabajadores en agrupaciones antiburocráticas, le disputan todos los días a las patronales y a la burocracia el poder en la fábrica de los gremios. Este año hubo varias elecciones sindicales donde hubo un incremento de listas presentadas por la izquierda, en algunos casos con muy buenos resultados como el gremio de la alimentación y el de los gráficos con el 40 %. Elecciones ferroviarias donde no pudo haber listas nacionales por las dificultades y trabas pero en las listas sindicales donde ganó la seccional del Sarmiento. Es beneficioso desde el punto de vista de los que queremos organizar la clase obrera que no meramente vemos la participación en el terreno electoral, sino que queremos construir una fuerza militante de los trabajadores y lograr un papel de dirección en los sindicatos.
Desde el punto de vista electoral nosotros, el PTS tenemos la voluntad de continuarlo. Creemos que va a ser una buena posibilidad pelear por conseguir Diputados Nacionales, creo que esa posibilidad está abierta en la Provincia de Buenos Aires y en Capital Federal. También conseguir Senadores Provinciales en estos dos distritos. Hay que ver en Córdoba cómo se da la configuración electoral más general pero me parece que se puede tener una buena elección aumentando la que tuvimos en el 2011. Tenemos confianza que se puede ampliar en una elección legislativa el espacio político de la izquierda anticapitalista y utilizar la elección para llevar la idea que la superación del kirchnerismo no tiene que ser por derecha, sino por una variante de izquierda anticapitalista. Hay que construir una izquierda de la clase trabajadora y esa es una de las consignas que vamos a plantear y adelantar en lo que va a ser la campaña del 2013.
 
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