|
Escrito por Gustavo Nagel- Dirigente PSOL
|
|
Domingo, 03 de Febrero de 2013 00:00 |
 Fondos buitres
El caso más resonante de un embargo a pedido de los fondos buitre fue el de la Fragata Libertad y su liberación tras el fallo del Tribunal del Mar. Pero no es el único en el que bienes de nuestro país se vieron trabados a pedido de estos tenedores de bonos. La lista es extensa y va desde propiedades del Estado argentino en Estados Unidos (residencias de los embajadores argentinos o de agregadurías militares o activos del Banco Nación en Nueva York y Miami) hasta un embargo contra un satélite que habían desarrollado la Argentina y la NASA, puesto en órbita el año pasado. Todos los casos fueron resueltos en favor de la Argentina.
Los fondos que accionan contra nuestro país son alrededor de 47. En general son consorcios especulativos que compran títulos de deuda de países o empresas con problemas cuando están muy por debajo de su valor nominal para luego reclamar judicialmente el ciento por ciento, más los intereses. Estos tenedores de bonos no aceptaron los canjes que la Argentina propuso en 2005 y 2010 y que fue aprobado por más del 92% de los acreedores.
Es bueno recordar que con las reestructuraciones y los canjes se efectivizó una quita cercana al 70 por ciento del capital. Además, el peso de la deuda se redujo de 160 a 41 por ciento del Producto Bruto Interno. Argentina tomó en su momento una decisión soberana y logró reducir los costos de la deuda. En este momento, tras años de crisis en el primer mundo, nuestro país está en condiciones de dar nuevos pasos para disminuir aún más la presión por el capital y los intereses adeudados. Puede realizar la demorada investigación para saber qué deuda es legítima y cuál no; puede cancelar toda negociación con el Club de París e investigar también esa deuda; puede retirarse del Ciadi como lo hicieron Brasil, Venezuela y Bolivia, entre otros. Hoy, en 2013, tenemos el orgullo de decir que la deuda externa, heredada de la dictadura de los '70 y salvajemente incrementada por el neoliberalismo de los '90, ya no es un problema que hipoteca el futuro de los argentinos y que condiciona nuestro desarrollo y nuestro crecimiento.
|
