VENCIÓ EN EL NUEVO GASÓMETRO A UN RIVER DUBITATIVO Y SIN IDEAS POR 1 A 0

Con el gol convertido por Julio Buffarini, a través de un tiro penal, que tuvo que ser ejecutado dos veces, por el adelantamiento de Barovero en primera instancia, el santo de Boedo, se dio el gusto de vencer a un River, que careció totalmente de ideas y sus delanteros quedaron  aislados de los volantes, por la distancia abismales que había entre ellos, dentro del campo de juego, algo que se le debe cargar al equipo local, por cumplir una labor sobresaliente, precisamente, en la mitad del campo. Siempre fue más el San Lorenzo de Pizzi, quien buscó desde el inicio los tres puntos, siendo molestado esporádicamente por River, pero a éste le faltó la calidad y profundidad necesaria para vulnerar la valla local,  o al menos entrar al área rival.

Merecido y legítimo, por lo tanto, el triunfo azulgrana que se encamina hacia los primeros lugares de la tabla, y muy pobre lo del equipo de Ramón Díaz, que a pesar de contar con los delanteros añorados, todavía está muy lejos de conseguir los objetivos prefijados.