EL EQUIPO DE SABELLA, CON INTERMITENCIAS SUPO VENCER A PARAGUAY 

Es indudable que la presencia de jugadores como Messi o Di María, son un atenuante muy difícil de sobrellevar, para cualquier rival que se enfrente a ésta selección argentina.

Apenas iniciado el match, casi a los 2 minutos, Di María conecto un remate en la puerta del área, que marcaba el camino de lo que representaría el trámite.

Paraguay, con pocas luces, pero con una marca férrea de hombre a hombre, complicó a una defensa que vacilaba, principalmente, por el lado de Braña, que según mi criterio, no encaja en los planes de ésta línea de fútbol que desea inculcar Sabella, pero desde ya, el mismo entrenador es el responsable por insistir en mezclar hombres talentosos, con otros de suma presencia física.

A partir del empate de Paraguay por ese penal que cometiera Braña, el equipo nacional fue muy superior y el gol de Higuain posibilitó una tranquilidad, que se había extraviado cuando vino la igualdad paraguaya.

Una sutileza del mejor jugador del planeta, después de haber estrellado dos remates en los postes, dio el triunfo definitivo, con un remate de tiro libre implacable para Justo Villar.

En síntesis, un 3 a 1 algo mezquino, ya que la superioridad argentina, se vio durante casi todo el transurso del encuentro, debiendo los guaraníes, utulizar todo tipo de artimañas para quebrar dicha puesta en escena.