MAIDANA Y "MARAVILLA" MARTÍNEZ NOS LLENARON DE GOZO

Primero fue Marcos Maidana, el que sacudía nuestros corazones con un impecable técnico en el octavo round, contra Jesús Soto Carass, no respetando el día de la  indepedencia mexicana.

Fue el broche de apertura para una noche de gloria del boxeo argentino, porque en el cuadrilátero, el Chino Maidana, no dejó dudas y apabulló en el golpe a golpe, palo a palo, a un rival digno, pero que no aguantaba la superioridad de los golpes del argentino.

Pero ése broche del que hablaba, se encendió aún más, con la impecable demostración boxística de Sergio Martínez, porque tampoco dejó dudas a todo el mundo, de su enorme jerarquía, y además, de que está varios escalones arriba de Julio César Chávez Junior, no por haber ganado la contienda que llevó más de dos años de espera, simplemente, por su notable guapeza, porque no le hacía falta demostrar esa cuota de la pelea frontal contra un rival que había defenestrado a lo largo de los primeros 11 asaltos del combate.

Esa pasión y demostración de entereza y tal vez, de una deuda con su parcialidad, lo pone de cara a Chávez, para decirle que también estaba capacitado para pelear en el golpe a golpe.

Le pudo costar la corona, porque era evidente que sintió enormememte los golpes del mexicano en el cierre del combate, pero su confianza inusitada y desmedida, le permitió decirle al mundo, que es uno de los mejores boxeadores de la actualidad en el planeta.

Triunfo inobjetable, que no merece muchas explicaciones, Martínez es muy superior a Chávez y le demostró dentro del ring.

Una noche inolvidable para todos los amantes del boxeo internacional, y por supuesto, para todos los argentinos, porque tenemos dos campeones de un elevadísimo caudal boxístico.