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 EL COMPORTAMIENTO DE PARTE DE NUESTRO PUEBLO, NO ARMONIZA CON LA UNIDAD CONTINENTAL
Todavía se sienten los ecos del partido jugado en el Morumbí, abriéndose un amplio debate sobre el comportamiento y la reacción de las autoridades del Club Tigre, dejando una serie de dudas, con relación al pensamiento de una gran parte de nuestra sociedad.
Siempre que suceden hechos de esta naturaleza, no perdemos la costumbre horrenda de decidir y aprovechar esos pretextos, para buscar descalificaciones para cualquier hermano de un país latinoamericano.
Me causó una fea impresión, tener que escuchar todo tipo de insultos a las comunidades de nuestros pueblos vecinos, simplemente porque un puñado de malvivientes, produjeran hechos que no van de la mano con las buenas costumbres o como desean denominarlo.
A mis espaldas, mientras se jugaba el partido, casi finalizando el único tiempo que se jugó entre Sao Paulo y Tigre, algún desmedido e ignorante, ya estaba involucrando a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al mismísimo Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y otros líderes sudamericanos, por aquella consigna que tienen enraizada dichos personajes, en la búsqueda incesante de la unidad de los pueblos que componen la UNASUR.
Esto, indudablemente estuvo mal visto para algunos y se pone en la palestra nuevamente, en el momento que estaban disputando un simple partido de fútbol, aunque tenga la jerarquía de una final de copa. Las descalificaciones que se hacían a los mandatarios nombrados y a los pueblos que representan esos presidentes, salvo Cristina por supuesto, estaban cargadas de una serie de insultos ligados con la barbarie, además de pretender que se llegue a la muerte, si era necesario de algunos que estuvieron como imputados en el bochornoso ataque que sufrió la gente de Tigre.
Me pregunto que tiene que ver esos delincuentes con toda una comunidad de más de 200 millones de habitantes de Brasil, que seguramente no pueden avalar lo que produjeron esos sujetos minoritarios, representativos de la mafia. Además, resulta inadmisible el intento de dividir a los pueblos, que están ajenos a lo que sucede en un partido de fútbol o cualquier espectáculo deportivo.
Existe una clara inclinación de una parte de nuestra sociedad, en rechazar todo lo que signifique la unidad y el compromiso de juntarnos como lo hicieron nuestros próceres del siglo 19, simplemente, porque nunca han podido dejar de pensar en Europa o en los Estados Unidos, como estandarte para el crecimiento y el logro de proyectos significativos.
Pensar en un solo instante que hay que demoler a palos o matar algún extranjero, porque armaron una trifulca en un estadio deportivo, no es otra cosa que un gran sentido de ignorancia, palabra que les permite ofenderse, por no conocer el verdadero significado de la misma. Precisamente es muy similar a la palabra adolescente, aduciendo que alguien adolezca de conocimientos y no porque sea un “chiquilín”. En este caso de la ignorancia, uno les está afirmando con total transparencia, que ignoran los acontecimientos que se producen o la realidad misma, pero desean llevarla para otro ángulo, con el afán de no sentirse disminuidos en el caso.
Todo lo que suceda de aquí en más, en el controvertido tema de la final de la Copa Sudamericana, no puede estudiarse y calificarse en poco tiempo, por ello, deberán efectuar una investigación, exhaustiva, tomando todas las pruebas, incluso la de carácter penal, fuera del ámbito deportivo, para tomar una decisión ejemplificadora, fijándose un antecedente o jurisprudencia que no permita repetir estos hechos delictivos dentro del deporte.
La actuación de cada simpatizante de un equipo de fútbol, debe quedar supeditada a la acción que corresponda y no debemos excedernos en reacciones desmedidas, que solo llevan a entender menos del caso, poniendo un alto grado de fanatismo, que no ayuda para nada en la resolución del conflicto.
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