DEMASIADO PREMIO PARA UN BOCA QUE NO JUGÓ A NADA A los 8 minutos enmudeció la bombonera, con esos dos goles seguidos de Quilmes, que auguraban una derrota catastrófica para el conjunto de Carlos Bianchi. Los tantos conquistados por Wilfredo Olivera y el ex Lanús, Cristian Menéndez, dejó perplejo a todo el equipo local, pero no supo Quilmes mantener esa ventaja, que en forma legítima y con autoridad había conseguido.
A pesar de contar con un arbitraje de Lunati, que no titubeó en cobral un penal para Quilmes y expulsar a Caruso, cuando correspondía, contando con toda esa ventaja y los dos goles de diferencia, se ve que a Quilmes le cuesta superar el trauma de jugar en la zona del descenso, desde el propio inicio del torneo anterior. Boca, con el oficio acostumbrado, sin jugar para nada en forma aceptable, pudo, no solo empatar, con goles de Ervitti para descontar, y Burdissso para esa momentánea igualdad, además el propio zaguero de gran actuación, le dio un triunfo totalmente inesperado para Boca. Tendrá mucho que mejorar el conjunto de Bianchi, para pretender ir en búsqueda del toneo.
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