EMPATARON EN CERO EN VICTORIA, PERO CON UNA MEJOR IMAGEN DEL MATADOR

Fue Boca el que insinuó mejor en los comienzos del trámite, pero sin llegar a inquietar para nada a Javier García, si existió algo de peligro en la valla de Tigre, fue más por deficiencias técnica en la defensa del matador, que por virtudes expuestas por los xeneixes. En síntesis, un primer tiempo anodino y sin peligros en los arcos, salvo una jugada personal del delantero Leandro Leguizamón, que desvió por centímetros un remate al palo derecho del arco de Orión.

En la segunda mitad, Tigre salió más decidido y apareció por derecha, las arremetidas de Galmarini, que juntándose con Peñalba, Pérez García y el habilidoso Botta, y las intermitencias de Rusculleda, lograron abrir la defensa boquense, creando situaciones de gol en el arco rival, pero con una notable carencia a la hora de definir.

Un cero a cero que dejó conforme tal vez a los locales, y una nueva frustración para Carlos Bianchi y sus dirigidos, que pensaban llevarse algo superior del Coliseo de Victoria.

El arbitraje de Patricio Loustau fue aceptable, hasta que omitió un evidentísimo penal de Claudio Pérez contra Echeverría, lo demás puede calificarse de un buen arbitraje, pero tal vez, ese penal cambiaba la historia del partido.