Generando cambio

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Premio Rodolfo Walsh a la Comunicación y los Derechos Humanos PDF Imprimir Correo
Escrito por Lucía García   
Lunes, 20 de Junio de 2011 14:44
“HEBE HUBIERA FIRMADO LA CARTA  DE WALSH A LA JUNTA MILITAR”  
El viernes 17 de junio a las 16:30 horas una multitud de platenses se congregó en la sede del Bosque de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social. La expectativa crecía minuto a minuto, la Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini sería condecorada con el Premio “Rodolfo Walsh” por su labor en Comunicación y Derechos Humanos. Mercedes de Meroño, Evel de Petrini, Visitación de Loyola, Celia de Prósperi, Ana de Barimboin, Josefa Gallo, Josefina de Paludi, Rosita de Camarotti en primera fila con sus pañuelos blancos, recibieron el afecto de quienes estaban presentes.
Luis Del Aqua relató la historia de la primera escuela de Periodismo y sus estudia ntes, los que desaparecieron durante la dictadura y los que fueron a Malvinas. La presidenta del Centro de Estudiantes, Antonela Zaffora se acercó a entregarle un obsequio a la dirigente de Madres. Y los estudiantes estallaron en una ovación. La decana de la Facultad, Florencia Saintout tomó la palabra para fundamentar la distinción. “Para nosotros hoy es un profundo orgullo que esté sentada en esta Facultad, en esta Universidad pública, en esta Universidad del pueblo la Presidenta de Madres de Plaza de Mayo” e hizo extensivo su agradecimiento al periodista Víctor Hugo Morales quien tuvo a su cargo la entrega del galardón.
En tanto, el público alternaba los aplausos con cantos en los que expresaba su intenso compromiso con el momento político que se vive en nuestro país. “Nosotros respetamos todas las opiniones de aquel los que tienen las herencias materiales y sanguíneas de Rodolfo Walsh, pero defendemos claramente nuestro derecho a ser parte de la herencia política, de la herencia cultural, de la herencia militante de Rodolfo Walsh” continúo Saintout, “esa herencia que es del pueblo, que es -parafraseando a Oesterheld- el único héroe colectivo”. Y agregó: “este premio lo entregamos a Hebe y a las Madres por su compromiso con una comunicación al servicio de todos, por una comunicación plural, por una comunicación por la justicia, por la Radio (AM 530), por la historia”. Luego se refirió al momento en que se decidió premiar a las Madres y expresó, “justamente este es un momento donde nosotros queremos reafirmar con muchos otros actores de esta sociedad, que estamos con las Madres”. Y citó a Simone de Beauvoir: “El escándalo es acomodarse”. El reconocimiento destacó la labor de las Madres de Plaza de Mayo con su Radio, La Voz de las Madres, la Revista Sueños Compartidos, la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo y en particular la carrera de formación de Periodismo de Investigación y los cursos sobre la temática, la Biblioteca Popular “Julio Huasi”, la realización de los programas televisivos “Madres de la Plaza” y “La Clementina”, la Librería de las Madres, el Espacio Cultural Nuestros Hijos, y la 1280 marchas en Plaza de Mayo. A su turno, Víctor Hugo Morales, conmovido, afirmó haber tomado apuntes “porque uno puede sentirse desbordado, por la emoción que ustedes instalan, por la emoción que es esta mujer.
¿Estás tranquila Hebe? Nos vas a hacer llorar a todos y vos tan tranquila”. “Porque tengo la conciencia tranquila” respondió ella. “Cuando nosotros los periodistas callábamos la verdad, ella era con sus compañeras la gran periodista que le decía a Argentina y al mundo lo que no queríamos escuchar. Del periodismo esperamos la verdad en toda su dimensión. Y la única, las únicas que decían esa verdad eran ellas; no nosotros, los periodistas” señaló. “Hebe como periodista jamás tendría problemas en decir la verdad” afirmó. Y se refirió al contexto de “agradecimiento para aquellas personas que son superiores siempre en la sociedad, y son superiores porque tienen más coraje”. Más adelante se preguntó: “¿Habrá menos verdad en todo lo que hace Hebe con sus muchachas que en lo que nos dicen los medios dominantes? A mí me parece que hay mucha más verdad en Hebe que en todo lo que dice un buen sector del periodismo.” Y continúo: “¿A cuál de las mujeres que es Hebe le entregaré este premio? ¿A la dulcísima mujer que puede hablar desde la ternura, la transparencia, desde la más absoluta credibilidad, sincera y medida en cada una de sus expresiones? ¿O será que le entregaré el Premio a la Hebe que es una topadora?” Concluyendo, Víctor Hugo dijo: “Hebe que el Premio Rodolfo Walsh, para mi alma, para mi corazón y para el de todos los aquí presentes seguramente te corresponde. Walsh escribió la carta más ejemplar de toda la historia del periodismo.
Walsh simbolizó lo que todos los periodistas quisiéramos ser si naciéramos d e nuevo. No hay una medida más alta de la ética y del jugarse y de la capacidad intelectual, todo dado al mismo tiempo en un solo hombre, por eso el Premio lleva este nombre. Y él escribió la carta más célebre, más famosa, más dolorosa y más ejemplar de la parte más trascendente de la historia de los argentinos. Y me preguntaba quiénes merecen el Premio, si no aquellos que hubiesen firmado seguramente la carta.” Recordó que en aquellos años él no se había enterado de la existencia del texto, “pero lo más probable es que no me hubiese animado a firmar esa carta. Y les pregunto a todos los periodistas y a todos los que se preguntan si este es el momento, si este es el contexto y si el Premio Rodolfo Walsh está bien o mal. Les pregunto, para que respondan con el corazón y para adentro, cuántos de todos los periodistas que hoy en dí a ejercemos esta profesión hubiésemos firmado esa carta. ¿Cuántos de los jóvenes periodistas? Conozco muy pocas personas que se hubiesen animado a escribir con la tinta de la sangre de sus hijos esa carta que firmó Rodolfo Walsh. Estoy seguro que una de las primeras firmas, sino la primera, era la de esta mujer que hidalgamente recibe este Premio Rodolfo Walsh. A una trayectoria de lucha que lo merece, lo tomo como un premio para mí y como un halago muy grande poder darte este Premio, querida Hebe”.
Entre aplausos enfervorizados le entregó el galardón a Hebe de Bonafini. La Presidenta de las Madres de Plaza de Mayo expresó que “estos días he descubierto todo lo que hice por todo lo que escriben. Siempre digo y lo repito, acá en esta Facultad, que si tuviera que elegir un camino para mis hijos elegir&i acute;a el mismo camino porque estoy muy orgullosa de haber tenido los hijos que tuve.” Y agregó “la palabra gracias no me gusta, me gusta la palabra compañero. Y creo que la decana de esta Facultad es una gran compañera. Víctor Hugo nos va marcando un camino, nos va mostrando cómo desde donde él estaba, el fútbol, un gran relator  nació este hombre, este gigante que hoy está haciendo para los chicos un modo de ver, un modo de pensar el periodismo.” La Madre definió: “yo hice lo que me comprometí a hacer el día que me di cuenta que se habían llevado a mis hijos y que me di cuenta que no iban a volver; que es no abandonarlos. Y también hice con las Madres, porque lo hicimos juntas esto de socializar la maternidad, de que todos sean nuestros hijos. Creo que es el paso más maravilloso que hemos dado las Madres. No luchar por el propio hijo porque ellos no s enseñaron la solidaridad, ellos nos enseñaron el amor al otro. ¿Cómo íbamos a luchar sólo por ellos?” Se refirió al trabajo de las Madres en la comunicación, “estamos haciendo muchísimo: en la Radio, acá está Pedro Lanteri, la Revista, están los chicos que la hacen, Prensa Madres que me acompañan a todos lados. Pero yo creo que ustedes ya saben que en el 80 las Madres armamos un boletincito en el que poníamos hasta los cumpleaños nuestros, ¿a quién le importaban?” recordó. “Por eso, yo les pido a ustedes que no tengan temor de hacer un boletín, una revista, un diario, una radio, un pequeño canal de televisión.
Tienen que hacerlo, no esperen que les den todo, que se los de el gobierno, rompánse un poquito el traste”. Heb e eligió terminar leyendo otra carta: “una carta que escribió Rodolfo cuando se enteró que era la hija que había muerto. Me parece una maravilla de amor, porque los revolucionarios amaban con pasión, y él en esta carta lo demuestra. Me siento absolutamente identificada con esta carta. Yo no se escribir, pero es como si la hubiera hecho para mí, para mis hijos, en el mismo momento en que a una le avisan que el hijo no aparece:   Querida Vicki: La noticia de tu muerte me llegó hoy a las tres de la tarde. Estábamos en reunión cuando empezaron a transmitir el comunicado. Escuché tu nombre, mal pronunciado, y tardé un segundo en asimila rlo. Maquinalmente empecé a santiguarme como cuando era chico. No terminé ese gesto. El mundo estuvo parado ese segundo. Después les dije a Mariana y a Pablo: -Era mi hija. Suspendí la reunión. Estoy aturdido. Muchas veces lo temía. Pensaba que era excesiva suerte, no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados. Si, tuve miedo por vos, como vos tuviste miedo por mí, aunque no lo decíamos. Ahora el miedo es aflicción. Se muy bien por qué cosas has vivido, combatido.
Estoy orgulloso de esas cosas. Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más. No podré despedirme, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro y quizá te envidio, querida mía. Hablé con tu mamá. Está orgullosa en su dolor, segura de haber entendido tu corta, dura, maravillosa vida. Anoche tuve una pesadilla torrencial, en la que había una columna de fuego, poderosa pero contenida en sus límites, que brotaba de alguna profundidad. Hoy en el tren un hombre decía: -Sufro mucho. Quisiera acostarme a dormir y despertarme dentro de un año. Hablaba por él, pero también por mí. María Victoria Walsh, montonera, muerta heroicamente en combate”.  

Lucía García
 
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