Ana María Edwin y Norberto Itzcovich son las máximas
autoridades del INDEC. Entrevistados en exclusiva por Agencia Paco
Urondo, respondieron a todo: inflación, las propuestas del massismo y
los indicadores privados y provinciales.
Por José Cornejo
Agencia Paco Urondo: El candidato
Sergio Massa pidió que exista un Índice de Precios al Consumidor (IPC)
nacional ¿Por qué no hay un IPC nacional?
Ana María Edwin: Es altamente llamativo que Massa
desconozca que el INDEC está trabajando en el IPC nacional. Un candidato
que se postula tiene el deber de prepararse. Hace más de un año que el
INDEC está trabajando en un IPC nacional. Durante un año hemos llevado
adelante -en todo el país- una encuesta de gastos e ingresos de hogares,
tuvimos encuentros con más de 20 universidades nacionales, acuerdos de
cooperación con la República Popular China, reuniones con universidades
italianas y todas estas actividades han sido públicas.
APU: El diario La Nación publicó que el nuevo índice del INDEC responde a presiones del FMI.
AME: No, el nuevo índice nacional tiene que ver con
un viejo anhelo de esta institución preexistente a nosotros. Hace varios
años se pretendió llevar adelante un IPC similar y fue un desaguisado
metodológico. Es una necesidad de la Nación porque, piense usted, que el
IPC actual representa al aglomerado Gran Buenos Aires, o sea; la
Capital Federal y los veinticuatro partidos del GBA. La mayoría de los
países llevan adelante índices nacionales. No es una necesidad del FMI
sino de los argentinos.
APU: ¿Qué balance hace de la credibilidad alrededor del INDEC?
AME: La supuesta falta de credibilidad del INDEC ha
sido, desde 2007, una construcción de los medios de oposición. No hay
una crisis de credibilidad, es un mito. Fíjese, cuando las noticias son
buenas para los grandes multimedios, es decir desfavorables para la
Nación, el INDEC no es cuestionado: si baja la construcción o el
comercio exterior no es positivo, el INDEC es creíble. Pero claro,
cuando el INDEC indica algo contrario a sus intereses, entonces el INDEC
distorsiona. ¿En qué afirman que el INDEC no es creíble? Respecto del
IPC del aglomerado GBA. ¿Y por qué? Por los intereses detrás del índice,
el cual indexa a través del coeficiente de estabilización de referencia
(CER) los bonos de la deuda soberana de la República. El IPC nunca tuvo
demasiada importancia, ahora se convierte en un elemento estratégico al
indexar la deuda argentina. Los multimedios y los consultores, que son
simplemente empleados del capital financiero, necesitan garantizar
negocios. Buscan confundir el IPC con la inflación porque si en
Argentina hay una inflación altísima, lo que se está pidiendo es que
haya una devaluación concomitante. Una devaluación implica volver al
modelo del pasado, una Nación para pocos, para el capital financiero
internacional y nacional y para empresas concentradas que tienen una
posición muy importante en bonos de la deuda. Sin ir más lejos, el
diario Clarín tenía inversiones muy fuertes en bonos y estaba asociado
un 10% con Goldman Sachs. Esto se vincula también con los intereses de
los fondos buitre.
APU: Otro de los cuestionamientos es que algunas provincias dan un índice distinto al que propone el INDEC.
Norberto Itzcovich: Les da un índice distinto porque
miden cosas distintas, con metodologías distintas. La gran mayoría de
las provincias miden lo que se llama técnicamente un “índice
autoponderado”. Son índices muy viejos, de los ’80. Se tomaba una
canasta de cien productos, cada uno pesaba un 1%. Así, algunas
provincias -con las cuales comparan al INDEC- miden productos como
kerosene, alcohol de quemar, leña, carbón, nafta común, una serie
totalmente desactualizada. Por supuesto que da distinto porque la
metodología es obsoleta. En otros casos, como ha salido publicado varias
veces en Clarín, en San Luis el índice daba el doble que el del GBA
(que releva el INDEC) y en la misma nota uno leía que había aumentado el
transporte en la ciudad de San Luis, y eso explicaba casi todo el
aumento de precios del índice puntano. ¡Por supuesto que va a dar
distinto del GBA porque acá no medimos el transporte en San Luis!
APU: ¿Y en el caso de las consultoras?
NI: Las consultoras directamente miden muy mal.
Tuvieron que contestar por escrito sus metodologías ante un
requerimiento de la Secretaría de Comercio. Comercio pidió la opinión
del INDEC como organismo competente para evaluar las respuestas y por
escrito contestaron, por ejemplo, que miden en esparcimiento el alquiler
de videos en Blockbuster cuando esa empresa había cerrado hace dos
años; o miden como combustible la nafta común, que no se consigue más en
CABA. La mayoría mide muy pocos productos en muy pocos lugares y
solamente en CABA. ¿Qué metodología usan, según sus propios informes? Se
sienta un empleado de la consultora, entra a dos o tres supermercados
por internet a ver algunos productos y dicen que éso no sólo es un
índice de precios al consumidor, sino que ésa es la inflación de la
Argentina. Alguna contestó que no miden precios, que hacen evaluaciones
de la inflación a través de variables macroeconómicas como la evolución
del gasto público, el tipo de cambio, la tasa de interés. Todas esas
cuestiones inconsistentes las toma la diputada Patricia Bullrich y
afirma “éste es el IPC Congreso”.
APU: ¿Esta construcción comunicacional sobre el INDEC alienta las expectativas inflacionarias?
NI: Esa es la idea de la oposición. Las mentiras de
los medios concentrados tienen mucha repercusión, pero a veces se les
escapan cosas. Por ejemplo, hasta hace dos semanas Clarín medía todos
los viernes un changuito de supermercado, iba siguiendo la evolución de
precios y si vemos desde febrero -mes en el cual empezó el acuerdo de
precios del Gobierno con los supermercados- hasta mayo, la medición da
cero. Claro que en otros artículos se decía que el acuerdo no se cumple,
que hay desabastecimiento, que igual aumentan los precios y otras
mentiras. Entonces, al darles cero, cambiaron el chango. No hay un
interés real en las metodologías.
AME: Efectivamente, el objetivo es generar
expectativas inflacionarias. Piense qué aconteció durante períodos
hiperinflacionarios, el comportamiento que tienen, por ejemplo, los
comerciantes: tratan de cubrirse para reponer la mercadería; por las
dudas remarcan 20, 40, u 80%. Pero hay otra cuestión, independientemente
de las exigencias de una devaluación, que tiene que ver con las tasas
de interés. ¿Qué hace el sistema bancario? Incrementa las tasas de
interés activas, incrementa el precio de un préstamo, pero no la tasa de
los depósitos, de tu dinero. Incrementan el spread bancario, o sea la
rentabilidad del sector financiero. Las consultoras lo dicen, los bancos
la aplican. Este es otro de los beneficios subsidiarios de la supuesta
inflación.
APU: ¿Se está discutiendo el modelo al discutir inflación e INDEC?
NI: Un tema que se viene es la competitividad y la
productividad. Esto tiene que ver con los costos de las empresas, los
cuales son determinados básicamente por dos vectores: energía y
salarios. Con el tema de la energía, el gobierno nacionalizó YPF para
que las empresas se provean de energía barata. Para tener mejores
posibilidades de competir en el mundo. El otro modelo, en cambio, se
basa en tener salarios baratos. Cuando se habla de devaluación también
hay que ver cómo evolucionarán los salarios en cada uno de los modelos.
Nuestro modelo busca que los trabajadores se lleven una porción cada vez
más grande y mejore la distribución del ingreso, lo cual además
realimenta el consumo y hace al círculo virtuoso de la economía. El otro
modelo quiere justamente que los salarios no mejoren y que en, el mejor
de los casos, acompañen al resto de los precios.
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