Entrevista a Roberto Ñancucheol, referente del Encuentro Territorial de Organizaciones de Pueblos Originarios.
Por Nahuel Placanica
Agencia Paco Urondo: ¿Qué opinión tiene sobre el cambio de nombre para llamar al 12 de octubre?
Roberto Ñancucheol: Es significativo porque
entendemos que este acto simbólico genera un proceso descolonizador, que
se da a nivel regional. Responde a una demanda histórica de los
Pueblos.
El concepto de diversidad muchas veces es utilizado por
aquellos que se sienten discriminados, como son los colectivos de género
por ejemplo. Nosotros entendemos que cuando se hace referencia a
diversidad cultural, tiene que ver con comenzar este proceso de
reconocimiento y restitución de derechos, de visibilizar a los pueblos
originarios.
Esto tiene una correlación con lo que se ha hecho con la estatua de
Colón. Es un hecho importante, más allá de cómo se lo viva desde algunos
sectores políticos.
APU: ¿Cómo fue la relación, en estos diez años de gobierno, entre el Estado y los Pueblos Originarios?
Roberto Ñancucheol: En principio, hay que decir que
es una relación nueva, distinta. Desde el Encuentro, conformado por
organizaciones de pueblos indígenas del país, entendemos que esta
relación ha buscado nivelar la situación social. La pobreza es algo que
nos golpea a todos, a los criollos y los indígenas. Ha habido una
inclusión social de todos los actores del país.
El Encuentro es una organización nacional, con presencia en 20
provincias. No intenta ser una referencia política para la discusión a
nivel de superestructura de la discusión, sino con lograr que las
definiciones que tome el gobierno se puedan hacer carne en el
territorio. Que existe una correlación entre lo macro y el territorio.
Creemos que ahora es necesario profundizar una relación política con
los pueblos originarios. El 20 de mayo de 2010, la presidenta recibió a
los pueblos originarios, se sentó en pie de igualdad. Nunca había
ocurrido. Hechos como este son fundamentales para pensar un país
distinto. No se puede hablar de país plurinacional si no reconocemos al
que tenemos al lado.
APU: ¿Qué nivel de organización han alcanzado los pueblos originarios? ¿Qué características tienen?
Roberto Ñancucheol: En Argentina, hay 39 pueblos
reconocidos. Van a haber más. En la reforma de la Constitución de 1994,
en los documentos que enviamos las organizaciones para tratar en la
reforma, hablábamos de más de una docena de pueblos. Hoy hay reconocidos
39, sin ninguna dudas vamos a llegar a los 50 en poco tiempo.
Esto significa un despertar de la identidad. Antes nos masificaron en
grandes grupos. Los Estados a través de los intelectuales siempre
tomaron la palabra por nosotros. Nos agruparon en grandes grupos e
idiomas. A partir de eso, todos pertenecíamos a grandes ramas y no se
reconocía la identidad específica de cada Pueblo.
Sabemos que esta deuda histórica no está instalada sólo en la Casa
Rosada, sino que está sobre todo en los feudos provinciales. Por lo
tanto, creemos que la pelea debe ser en los territorios y para eso
necesitamos que nuestras organizaciones estén fortalecidas.
APU: Antes hablaba de Estado plurinacional. En Bolivia es un
modelo instalado. ¿Se puede pensar en Argentina un modelo similar o
tienen características muy distintas?
Roberto Ñancucheol: Hay una diferencia que es el
porcentaje de la población indígena. En Bolivia es muy alto. Las
soluciones no van a ser muy distintas en Argentina pero sí van a llevar
otro tiempo. Tiene que ver con esto que te decía. Somos muchos Pueblos
pero recién estamos dejando de ser esa gran masa. Cuesta salir de esos
lugares.
Cuando nos caracterizaban como campesinos, se estaban olvidando de la
identidad principal, que es la identidad cultural. A través de la forma
de tenencia de tierra, rompieron el sistema comunitario. Dejábamos de
ser una comunidad para pasar a ser individuos que tributan al fisco, que
tienen un espacio. No somos dueños de la tierra, pertenecemos.
Hay que avanzar hacia un reconocimiento de la presencia indígena en
todo el país. El último censo dio datos distintos a los que manejamos
nosotros. La aplicación de la ley 26.160 nos va a dar un número más
exacto. Se habla de un millón, dos millones, pero nosotros constatamos
que somos alrededor de cinco millones de indígenas en todo el país.
La lucha indígena y los intentos de exterminación han sido los mismos
en todo el continente. Las demandas que suenan en los territorios son
las mismas: consulta, participación y reconocimiento de la libre
determinación.
APU: Pensando en la experiencia boliviana, ¿Cómo piensa la
posibilidad de proyección política-electoral por parte de los pueblos
originarios a través de, por ejemplo, un partido?
Roberto Ñancucheol: Es un debate que tenemos con
muchas organizaciones hermanas. Nosotros creemos que los pueblos
originarios no tenemos que ponernos ninguna camiseta, más allá de que en
lo coyuntural participemos o acompañemos. Un reconocimiento real de la
participación de los pueblos tiene que ver con reconocer las formas
representativas propias. No tenemos por qué seguir usando formatos
occidentales como el partido. La autonomía implica que el reconocimiento
tiene que ser pleno, a su forma de organizar y a su forma de
participar. La vía electoral no es la única forma de participación.
APU: En el marco del modelo económico actual, con fuerte peso
del complejo sojero, ¿Cómo piensa las tensiones territoriales en la
frontera sojera en las provincias?
Roberto Ñancucheol: No se puede aplicar en nuestro
territorio un modelo que destruye la biodiversidad. El Estado debe
resguardar esos territorios. Creemos que la ley que prohíbe los
desalojos y la ley de bosques tendrían que darnos el paragua jurídico
que evite esta situación. Más allá de lo que se defina a nivel gobierno
nacional, hay una disputa con el poder local que nosotros entendemos que
hay que dar.
El Estado no fomenta que se invadan los territorios indígenas. Pero
sí entendemos que en la medida que no podamos enfrentar a los
latifundios provinciales, la tierra nuestra va a seguir siendo usada
para la soja u otras cosas. Hoy está en alza la soja pero en Neuquén,
por ejemplo, tenemos problemas con las petroleras. Toda política
extractiva sin demarcación de territorios y participación de los
pueblos, va a generar problemas. Además, no es un problema sólo de los
pueblos originarios, en la medida que desaparece la biodiversidad,
desaparece para todos. Entrevista a Asunción Ontiveros Yulquila, dirigente del
Movimiento Comunitario Pluricultural (Jujuy) e investigador del mundo
andino. “Para nosotros el 12 de octubre significa invasión, inicio de la
destrucción y genocidio de los pueblos indios u originarios”.
Por Juan Ciucci
APU: ¿Qué tipo de organización es el Movimiento Comunitario Pluricultural?
Asunción Ontiveros Yulquila: Nuestro Movimiento Comunitario
Pluricultural es una organización política que tiene su punto de partida
en la comunidad, sea originaria o no, sea rural o urbana. Es una
construcción social desde abajo hacia arriba. Estamos estructurándola
con la participación comunitaria desde los departamentos de la provincia
de Jujuy, sin prestar atención a la estadística demográfica. Es decir,
si el departamento Gran Belgrano tiene 200.000 electores tendrá un
candidato a diputado provincial y un suplente, tal como tendrá el
departamento de Santa Catalina que tiene 600 electores. La organización
del MCP, como partido político a nivel provincial, está constituida por
un cuerpo directivo. Cada cargo está integrado por dos personas, desde
el cargo de la presidencia hasta la de la tesorería. Prevalece la
dualidad y la complementariedad.
El MCP comenzó a construirse desde abril del 2011, en la localidad de
Casillas, en el departamento Humahuaca. Los collas de la Puna y
Quebrada jujeña, desde mediados del siglo XIX, enfrentamos políticamente
a la sociedad hegemónica de la provincia. Sin lugar a dudas, el poder
hegemónico es una minoría que responde al proyecto del Jujuy imaginario.
El decir, responde al proyecto eurocéntrico hispanófilo que tiene como
origen el 19 de abril de 1593. El Jujuy imaginario celebra con desfiles
militares la “tercera fundación de la ciudad de Jujuy”. También llama
“madre patria” al reino de España.
Por el contrario, el Jujuy profundo tiene vínculo con el pasado
preexistente de la provincia de Jujuy y de nuestro país, Argentina. Para
nosotros el 12 de octubre significa invasión, inicio de la destrucción y
genocidio de los pueblos indios u originarios. Nuestras
reivindicaciones son territoriales, políticas, económicas, sociales y
culturales. Consideramos a nuestra provincia y a nuestro país: Estados
pluriculturales.
APU: ¿Cuál ha sido la relación entre el Estado y los pueblos originarios en los últimos diez años?
AOY: Desde el año 2003, en el contexto de la provincia de Jujuy, se
amplificaron las relaciones coloniales lacerantes en desmedro de la
existencia de nuestros pueblos. Por ejemplo, a mediados del
2004, el Estado provincial concedió, sin consulta alguna, 87.000
hectáreas de los territorios de las comunidades collas, de la
jurisdicción municipal de El Aguilar (Departamento Humahuaca), a la
compañía Minera Aguilar S.A. En 1929, una familia terrateniente
especuladora vendió la finca Aguilar con seres humanos ancestrales
adentro, agrupados en tres comunidades, con sus llamas, burros, ovejas,
cabras, vacunos y chacras.
El 1º de agosto de 1949, el Estado Nacional, mediante Decreto 18.341,
expropió 87.000 hectáreas a la compañía Minera, para devolver a las
habitantes collas. Sin embargo, en el 2004, el Estado de Jujuy
reintegra, sin consulta alguna, las 87.000 hectáreas a la compañía.
Inhumana actitud del Estado provincial en pleno siglo XXI.
El Estado jujeño es feudal desde cualquier enfoque social. Es
propietario colonial de los territorios de los pueblos originarios o
indios de la Puna, Quebrada y Valles. El 70 por ciento de los 53.219
kilómetros cuadrados es propiedad del Estado feudal. Los dirigentes de
los pueblos originarios desde el 2006 realizan una demanda contra el
Estado jujeño. La Corte Suprema de Jujuy falló a favor del Estado
provincial. El caso, actualmente, está en la Corte Suprema de la Nación.
Al respecto, recientemente, la Procuraduría de la Nación dictaminó a
favor de la petición histórica de los pueblos originarios que
preexistimos en la provincia de Jujuy: la devolución de los territorios
expropiados por la Nación, en 1949.
A nivel nacional, el Estado y el Gobierno, en su organigrama posee el
Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, INAI, dependiente del
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Este aparato indigenista
(reproductor de las relaciones coloniales), producto de la Ley
23.302/1985 sobre “Política Indígena y Apoyo a las Comunidades
Aborígenes”. El actual “presidente” del INAI, Daniel Fernández, puesto
en el cargo a dedo, desde arriba hacia abajo, no tiene la menor idea sobre
las reivindicaciones sentidas e históricas de los pueblos indios u
originarios que preexistimos en nuestro país. Lo escuché hablar en el
programa “678” de la TV Pública. No tiene poder político su cargo. Es un
simple burócrata funcional de la cultura de la dedocracia.
¿Por qué el INAI carece de poder político? Porque los pueblos
originarios no tienen cabida en el proyecto político del gobierno
nacional, o en la agenda de las políticas públicas del Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación. Al respecto, la opinión pública que
reconoce la preexistencia de nuestros pueblos tiene una postura crítica
negativa del gobierno nacional. Es una consigna pendiente del Estado
Nacional, desde 1983 hasta el presente. El Artículo 77, inciso 15, es
una simple expresión de deseo, un mito legitimante.
Sin embargo, el poder Judicial, con el dictamen de la Procuraduría de
la Nación, emitida recientemente, obliga al Estado de la Provincia de
Jujuy terminar con las relaciones coloniales y el ninguneo con los
pueblos originarios, en relación a la devolución de territorios
usurpados desde el periodo colonial y, reusurpados en el periodo
republicano y provincial.
APU: Por la cercanía de Bolivia, se habla muchas veces de su
modelo de Estado Plurinacional, ¿Qué características tiene? ¿Puede
pensarse un modelo similar en Argentina?
AOY: Demográficamente, la población india en el vecino Estado
Plurinacional de Bolivia es mayoría. La misma situación social,
cultural, política, económica y demográfica se presenta en la provincia
de Jujuy. El 18 de enero del 2004, el entonces Ministro de Relaciones
Exteriores, Rafael Bielsa, manifestaba que tanto en Bolivia como en
Jujuy persistían un problema similar: “Es un país que tiene el 82
por ciento de población entre indios quechuas y aimaras, cuando en Jujuy
el 50 por ciento de los habitantes son bolivianos, hay que comprender
al indigenismo. Es una asignatura compleja, seria”. En el 2004, Estados Unidos pretendía intervenir en Bolivia para evitar que Evo Morales arribara al poder.
Demográficamente, en la provincia de Jujuy, el 65 por ciento de la
población es descendiente del Jujuy profundo. Son parte sustantiva de
los pueblos originarios. Esta realidad conlleva a que desde 1834, en que
la provincia de Jujuy consigue su autonomía política de la provincia de
Salta, todos los gobernantes, sean de facto o elegidos, se dedicaron a
usurpar territorios de los pueblos indios y/u originarios. La minoría
“criolla” del Jujuy imaginario vive del esfuerzo, trabajo y sangre de
los collas. Si somos mayoría en Jujuy, tenemos el derecho de gobernar la
provincia.
Nuestro país es en la realidad real pluricultural de hecho. Habitamos
desde descendientes de indios hasta descendientes de alemanes y de
sirios. El Sol de la bandera nacional es una representación del Ti (Sol)
del mundo andino profundo, del Tawantinsuyu. La palabra cancha es del
runa simi. Los recursos del subsuelo de la Patagonia es patrimonio de
los pueblos originarios de esa región. El castellano que hablamos es un
derivado de la invasión y colonización del otrora imperio genocida
español. Por lo tanto, somos un país pluricultural y estamos obligados a
construir un contrato social que contemple a todos y todas.
Durante el conflicto bélico entre nuestro país e Inglaterra, 1982,
por la posesión de las Islas Malvinas, la recordada periodista Oriana
Fallaci entrevistó al fallecido genocida Fortunato Galtieri. Le acusó y
preguntó indicando que si la Argentina no respeta los derechos de los
mapuches, cómo es posible que se crea que se respetará a los kelpers.
Galtieri no tuvo respuesta respecto de los mapuches. Es posible que
recordara al genocida Julio Argentino Roca. Por supuesto, Galtieri vivía
en el marco del contenido de la Constitución Nacional de 1853, en cuyo
Artículo 65, inciso 17, establecía punitivamente convertir a los indios
al catolicismo.
APU: ¿Cómo piensan el 12 de octubre, y cómo analizan que haya dejado de ser "el día de la raza?
AOY: El “día de la raza” fue producto de las relaciones coloniales
que persistían entre nuestro país y los países centrales europeos y, la
ex potencia imperial España. Imaginen, los presidentes elegidos que
arribaron a la Casa Rosada asumían sus mandatos el 12 de octubre. El
general Juan Domingo Perón, en su tercer mandado, elegido en 1973, asumió el 12 de octubre de 1973. Nefasta actitud de nuestros poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Desde el 2010, en nuestro país, se significa por Decreto Nacional
1584 el 12 de octubre como el Día del Respeto a la Diversidad Cultural.
Sin embargo, instituciones como el canal www.conexioneducativa.com.ar,
o el Ministerio de Desarrollo de la Nación, significan el 12 de octubre
como “encuentro cultural” o “momento histórico en que Europa occidental
se une por primera vez al continente americano”. Concepciones absurdas, cuando en la realidad fue el inicio de un proceso de invasión sistemática, genocida y etnocida.
En 1917, el entonces presidente Hipólito Yrigoyen, por Decreto
establece el 12 de octubre como el “día de la raza”, las universidades
existentes formaban cuerpos y mentes para reproducir las relaciones
coloniales establecidas. Por ejemplo, los contenidos curriculares del
sistema de enseñanza básica eran escrutadas y manipuladas por
“pedagogos” del Vaticano, sistema inquisitorial y colonial imperialista
en potencia. Por fortuna sucedieron la Revolución Bolchevique y la
Reforma Universitaria de 1918.
A finales del siglo XIX, los levantamientos del pueblo colla contra
el Estado jujeño, gobernado por familias oligarcas y coloniales,
acusaban a los collas de ser azuzados por el comunismo. Entre el 1923 y
1924, los comuneros collas de El Aguilar y Cangrejillos se sublevan
contra el cobro de arriendos y la esclavitud. La oligarquía
terrateniente y los medios gráficos acusan de comunistas a los collas.
En ese contexto la palabra “raza” significaba la “mejor especie animal o
humana”. La “mejor raza”, era para imaginario racista europeizado, la
gente “blanca”.
La efigie de Jesús era blanca, la de María era blanca, la piel del
pontífice era blanca, del profesor era blanca, del general del ejército
era blanca. Durante la década de 1980, en la UNESCO se debate la
categoría “raza”. Queda desvirtuada como categoría clasificatoria para
las ciencias sociales y las naturales. Sin embargo, en la Sudáfrica de
Nelson Mandela, el apartheid era una lacerante realidad.
No hay dudas de que el actual gobierno nacional está trabajando duro
para combatir toda forma de colonialismo, discriminación racial y
racismo. Se percibe que nuestro país mejora. Pero, aseguro que los
pueblos originarios somos el furgón de cola.
APU: ¿En qué proyectos trabajan actualmente? ¿Cuáles son las principales demandas que hoy tienen?
AOY: Actualmente, estamos elaborando informes sobre la situación
territorial de los pueblos indios que preexistimos en la provincia de
Jujuy. Tiene como propósito amplificar las evidencias de la Causa por la
No Devolución de Tierras que se demanda al Estado jujeño. Además,
estamos, a través del Movimiento Comunitario Pluricultural (MCP), en
plena campaña proselitista para acceder al poder político de la
Municipalidad de la ciudad de Humahuaca, que tiene 16.000 habitantes; se
elegirán un intendente y tres concejales. El MCP presenta candidatos
para concejales en once departamentos. También, para diputados
provinciales y para vocales de comisionados municipales.
Se demanda la devolución de un millón novecientas mil hectáreas de
tierras, ubicadas en los departamentos de Yavi, Santa Catalina,
Rinconada, Cochinoca. Humahuaca, Tilcara, Tumbaya, Valle Grande y en El
Talar. Esta demanda llegó a instancias de la Corte Suprema de la Nación.
Los orígenes de la petición para la devolución de los territorios datan
desde fines del siglo XIX.
En este año, realizamos en el campo educativo y, con los auspicios de
la Municipalidad Comunitaria Pluricultural de El Aguilar, la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado
de México, UAEM, el Centro de Promoción para el Desarrollo Comunal INTI
(Lima, Perú), el Centro Cultural de la Poética Coplera Kolla de
Humahuaca, dos eventos internacionales.
Entre el 19 y 20 de febrero, en la ciudad de El Aguilar, realizamos
el Encuentro Internacional de Intelectuales Indianistas, con el objetivo
de analizar la producción simbólica, en el campo de las ciencias
sociales, para la descolonización de los contenidos relacionados a los
pueblos indios u originarios de nuestro Continente. Entre el 21 y 22 de
febrero, en la ciudad de Humahuaca realizamos el Seminario Internacional
sobre Relaciones Pedagógicas y Literatura Indianista, con propósito de
intercambiar información y conocimiento sobre la Educación Intercultural
de los mundos: Andino y Mesoamericano.
En la jurisdicción de la Municipalidad Comunitaria Pluricultural de
El Aguilar, se está trabajando en la conclusión del relevamiento
etnográfico, cuyos datos servirán para producir bibliografía sobre
historia, geografía y economía de las comunidades collas, de la ciudad
minera y de la Municipalidad. Pueblo que no recupera su pasado, ni se
apropia del presente, no tiene futuro. Estamos recuperando la memoria
sobre el pasado y relevando el presente, para proyectar nuestro futuro,
en aras de Buen Vivir. Sociedad
Entrevista a Alejandro Garfagnini, referente nacional de la organización Tupac Amaru.
Por Nahuel Placanica
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo surge la idea de participar en elecciones? ¿Cómo fueron construyendo?
Alejandro Garfagnini: Este año decidimos participar
entendiendo que hay una parte de los problemas de los jujeños que no
podemos resolver solamente como movimiento social. No podemos discutir
el presupuesto en la provincia porque cada vez que queremos discutirlo
desde la movilización popular o la participación ciudadana, acá hay una
clase política que se niega a abrir la discusión. La única forma de
distribuir la riqueza correctamente en la provincia es a través de la
legislatura y para eso teníamos que armar nuestro propio partido y
presentarnos a elecciones para colocar legisladores que lleven la voz
del pueblo.
APU: ¿Qué expectativas tienen?
Alejandro Garfagnini: Son muy buenas. Estamos
recorriendo toda la provincia. Definimos una campaña que fue Milagro en
contacto con la gente. Empezamos hace dos semanas. Estamos recorriendo
la provincia, parando pueblo por pueblo, haciendo asambleas populares,
resolviendo situaciones, viendo la problemática de cada lugar. Las
asambleas fueron masivas en cada pueblo que parábamos.
Es necesario modificar la estructura política local. Hace 30 años que
están los mismos. Acá hay elección indefinida de cargos a legisladores.
La población quiere apoyar al proyecto de Cristina pero también algo
nuevo. Acá hay algunos que en Buenos Aires dicen que son kirchneristas
pero después gobiernan como si fuese una provincia feudal.
La semana que viene vamos a recorrer barrio por barrio en la capital.
La idea es cerrar la campaña en el estadio de Gimnasia y Esgrima de
Jujuy.
APU: Cuando decidieron armar un partido, y teniendo en cuenta
la reivindicación que hacen de los pueblos originarios desde la
organización, ¿Pensaron en la experiencia del MAS boliviano?
Alejandro Garfagnini: En la práctica se está
resolviendo una campaña parecida. Nosotros tenemos muchísimos candidatos
de pueblos originarios. Somos la única propuesta electoral de la
provincia que armó lista en los 60 municipios, incluyo en aquellos que
hay que llegar a caballo porque no hay caminos. Tenemos también
representación de los sindicatos, de los abogados querellantes en los
juicios de lesa humanidad, el movimiento campesino, el Movimiento Evita,
los Descamisados, grupos de intelectuales, otras organizaciones
sociales. Está representado todo el arco político ideológico que
confluye en el kirchnerismo.
Ninguno de nuestros candidatos ha tenido un cargo previamente. Son
todos compañeros que nunca fueron concejales, ni senadores, ni
diputados. Es una lista muy representativa de la base acá en Jujuy.
La propuesta del Frente Unidos y Organizados no es específica de los
pueblos originarios, si bien estos compañeros tienen una fuerte
representación. Trasciende este sector y abarca varias fuerzas del campo
popular.
APU: Muchas veces se habla de Estado Plurinacional, pensando
en el modelo boliviano, ¿Se puede pensar un modelo similar en Argentina?
Alejandro Garfagnini: Nosotros llevamos una agenda
muy fuerte con respecto a los pueblos originarios. En principio, el
Estado Plurinacional hay que construirlo. Nosotros estamos dispuestos a
hacerlo. Fuimos los responsables de la marcha de los pueblos originarios
en el Bicentenario.
Más allá de eso, tenemos que dar un paso más, ingresar a la
legislatura y encarar la devolución de tierras a los pueblos originarios
en nuestra provincia. Tenemos permanentemente robo de tierras por parte
de empresarios sojeros, con complicidad de los gobiernos de turno, y
expulsión de comunidades enteras.
También vamos a avanzar en el tema del agua. Hay comunidades enteras
que se han quedado sin agua porque se utiliza para el riego de, por
ejemplo, el Ingenio Ledesma. De esta manera, se absorbe toda el agua y
se deja a las comunidades sin nada. También vamos a hablar sobre la
contaminación y otros puntos de la agenda de los pueblos originarios.
APU: Desde la Tupac, ¿Cómo piensan la tradición de los pueblos originarios?
Alejandro Garfagnini: Siempre la temática estuvo
presente y Milagro siempre estuvo ocupada en resolver las injusticias
que los afectaban. En Jujuy tenemos construcción de viviendas para los
compañeros originarios, tratamos de resolver el problema de la tierra,
trabajar el tema educativo en forma conjunta con las comunidades. En la
Tupac, la cuestión de los pueblos originarios está absolutamente
integrada. Proyecto de ley Felipe Burgos
Entrevista con Norberto Germán Arapa, delegado del Foro
Provincial de la Agricultura Familiar en el Valle Calchaquí. Comenta los
problemas a afrontar, la ley que proponen y la necesidad de una mayor
presencia del Estado.
APU: Queríamos que nos comente sobre el proyecto de ley que están presentando para respaldar la agricultura familiar.
NGA: La idea del proyecto es que tengamos una ley
para los agricultores familiares. Hoy por hoy somos el 60% de los
productores, que manejamos una superficie reducida, esa es una de las
limitantes que tiene la agricultura familiar durante este tiempo para
generar un desarrollo. Entonces la idea -con la ley- es que el Estado
pueda dar recursos para financiar proyectos de desarrollo para los
agricultores familiares.
APU: Cuál es la situación actualmente, porque el Estado parece que apoya pero parece que falta.
NGA: Desde el 2003 el Estado empezó a apoyar a los
pequeños productores a través de distintos proyectos que se están
desarrollando en las distintas regiones del país, a través del Foro de
la Agricultura Familiar, que hoy por hoy congrega a más de 300
organizaciones en todas las provincias. A nivel provincial, es la
Federación que congrega a todos los foros. La idea que la ley tiene, en
definitiva, es darle solución a la problemática que hoy está teniendo el
campo. Actualmente hay una sequía muy grande en la zona del Chaco
Salteño y hay fondos que la provincia está recibiendo desde el Estado
nacional pero no está llegando a los pequeños productores porque no lo
está diferenciando a este sector, que es al que queremos darle
visibilidad para que el Estado provincial trabaje con este sector.
APU: ¿Cuál es la situación de la propiedad de la tierra?
NGA: En distintas zonas de la provincia de Salta el
problema de tierra es una limitante para la generación de desarrollo de
la agricultura familiar. Hay muchos conflictos en cuanto a la tierra en
la zona del Chaco Salteño, de Valles Calchaquíes, en la zona de la puna
también, que hoy la tierra figura a nombre de un tercero que nunca
explotó la tierra y los que hoy están explotando la tierra no pueden ser
los dueños. Esa es la lucha que lleva la Federación, el Foro, para que
en definitiva la tierra que hoy se está ocupando y se está produciendo,
el que la produce pueda ser el verdadero dueño.
APU: ¿Cuál es la situación del avance de la frontera sojera o de plantaciones industriales?
NGA: Actualmente lo que se trata de contener desde
las organizaciones es el avance porque ¿qué es lo que hace el avance de
la frontera agropecuaria? Hace que varios productores hoy por hoy no
tengan recursos propios. Y como el Estado no lo asiste, termina
vendiendo la tierra, regalándola o desocupándola. Entonces viene el gran
productor a ocupar todas las tierras. Eso también es una limitante que
nosotros estamos trabajando desde la Federación, desde los Foros y una
herramienta para que el Estado le dé una ayuda a los pequeños
productores, por un lado para la regularización de la tierra y, por otro
para darle herramientas para que puedan seguir produciendo.
APU: ¿Cuáles son las principales producciones de la agricultura familiar en Salta?
NGA: Está dividido por regiones, el Valle Calchaquí
hace pimiento para pimentón, tomate, cebolla a pequeña escala que son
los que abastecen los mercados locales. En la zona de valles templados y
de altura produce arvejas, habas, también viene al mercado concentrador
de Salta capital. En la zona del Chaco Salteño hay una producción
ganadera que también necesita generar un desarrollo a partir de esa
ganadería que es caprina, ovina y vacuna.
APU: Por último ¿tienen un mercado para llegar directamente a
los consumidores o tienen que pasar por las cadenas tradicionales de
comercialización?
NGA: Actualmente lo que se comercializa es a través
de intermediarios, es algo que desde los Foros estamos tratando de
generar: una nueva herramienta para que el intermediario desaparezca y
que el productor puede recibir lo que se cobra hoy por hoy en el mercado
local. Entonces también hay que sentarse a tener una discusión con
todos los productores, el tema de la organización, que es bueno estar
organizado porque hay más producción y pueden comercializar ellos
mismos, esa producción va a tener un costo mayor porque el intermediario
no estaría. Pero para eso también hay que ponerse a dialogar con el
Estado, porque necesitamos camiones de frío para transportar, por
ejemplo. La idea es esa, que el Estado nos dé una mano y esta ley viene,
en definitiva a esto, a que el Estado provincial ponga recursos para la
agricultura familiar y empiece a desarrollarse desde la parte local.
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