En documentos revelados recientemente por Wikileaks, se revela
un proyecto de Estados Unidos para controlar la propiedad intelectual a
nivel mundial que ya podría afectar a algunos países de la región.
Por Nicolás Adet Larcher
El portal Wikileaks fundado por Julián Assange, reveló una serie de
documentos que involucra al Gobierno de Estados Unidos y otros países en
un ambicioso proyecto que permitirá suprimir contenidos de internet.
Según los cables desclasificados y provistos hacia distintos diarios del
mundo, entre ellos La Jornada de México, el Acuerdo de
Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) permitiría
suprimir cualquier contenido de internet que haya sido publicado sin
autorización del autor, además de permitir iniciar acciones legales
contra quien lo haya publicado.
Aquellos proveedores que se rehúsen a eliminar los contenidos que se
detallen como violaciones hacia la propiedad intelectual, será
sancionados. Los países que firmen este acuerdo se verán obligados -en
caso de producirse una disputa respecto a esta cuestión de propiedad- a
acatar lo que dicten tribunales internacionales, aun si ésta misma
decisión violase legislación local de cada país.
El acuerdo TPP, según revela Wikileaks en su página oficial, es el
tratado económico más grande de la historia, abarcando a países que
representan el 40% del PBI a nivel mundial. En enero de 2013 el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama emprendió negociaciones con
la Unión Europea para hablar sobre este asunto. Desde el TPP se podría
limitar el acceso a medicamentos, además de libertades civiles y
patentes biológicas, según explicó Julián Assange: “Si se establece el
TPP, el régimen de propiedad intelectual pisotearía los derechos
individuales y la libertad de expresión, así como, sin miramientos,
pisotearía los bienes colectivos intelectuales y creativos. Si lees,
escribes, publicas, piensas, escuchas, bailas, cantas o inventas; si
cultivas o consumes alimentos; si estás enfermo ahora o podrías estar
enfermo algún día, el TPP te tiene en la mira”.
Sólo tres personas en cada país tienen acceso completo a la
legislación de TPP, mientras que aquellos que protegen los intereses de
corporaciones como Monsanto, Chevron, Wal-Mart y Halliburton, tienen
acceso privilegiado a la totalidad de los documentos concentrados en 600
asesores comerciales. Assange detalla que en la documentación se lee
claramente que “Australia es la nación más propensa a apoyar la posición
de línea dura de los negociadores de Estados Unidos contra otros
países, mientras que estados como Vietnam, Chile y Malasia tienen más
probabilidades de estar en la oposición.” En la misma línea reveló que
países como México y Perú también suscriben al tratado, y aclaró que
“Argentina, Ecuador, Colombia, Corea del Sur, Indonesia, Filipinas y,
sobre todo, Rusia y China no han participado en la redacción del
tratado.”
En unas pocas palabras, para el diario mexicano que se encuentra
entre los pocos que recibió los cables filtrados, Ricardo Mansilla
Corona -especialista en el estudio e investigación en torno a las redes
sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México-, explicó: ‘‘Si
esto se acepta, cualquier cosa que escribas o leas en Internet, haciendo
mención a algún contenido o autor, podría ser considerado una falta que
transgreda los derechos de autor. Entonces, para publicar o comentar
algo tendríamos que pedirle permiso a los dueños de los derechos. Por
ejemplo, si quiero comentar un punto sobre alguna obra de Julio Verne,
los dueños de los derechos podrían demandarme porque no solicité
autorización para hacerlo’’.
Todavía hay serias dudas sobre lo que podría pasar en la cuestión que
involucra a medicamentos respecto a la salud pública, a patentes de
semillas en cuanto a alimentación, servicios esenciales y demás que
afectan a la vida cotidiana de los habitantes de cada país. Si el TPP
logra imponerse, habría un desabastecimiento generalizado de
medicamentos en hospitales públicos y comercios. Por el momento, lo
único que se conoce con claridad es lo que respecta a la propiedad
intelectual. Puede traer aparejado grandes daños para el acceso al
conocimiento y la cultura si se implementa un nuevo estándar en materia
de propiedad intelectual a nivel jurídico. La facilidad de judicializar
cualquier contenido está a la vuelta de la esquina, un juez de Estados
Unidos, Japón, Nueva Zelanda, y cualquiera de los países que adhieren al
acuerdo podría perseguir a cualquier internauta que con, o sin
intención, pueda subir contenido cifrado por la propiedad intelectual,
sin permiso del autor.
La noticia tuvo poca repercusión en los medios de comunicación,
debate sobre la libertad de expresión mediante. En este caso, Estados
Unidos tiene pensado ir más allá e interferir en forma directa en la
alimentación, la salud, y la cultura de cada país.
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