Entrevista con la ensayista y novelista María Pía López; a
pocos días de la reaparición de CFK. “Hablando en la Casa Rosada, entre
militantes, es el mejor momento, el efectivo retorno de Cristina”.
Por Juan Ciucci
APU: Con los cambios de Gabinete que han ocurrido, ¿cuáles son sus primeras impresiones al respecto?
María Pía López: Me pareció, en esas primeras impresiones que habría
que confirmar con el paso del tiempo, por un lado que el nombramiento de
Kicillof da ciertas garantías ante ciertas dificultades económicas que
evidentemente se vienen teniendo -que tiene que ver con la inflación o
el drenaje de dólares-, que la salida ante esos obstáculos no va a ser
ajustista ortodoxa.
Su nombramiento me pareció muy tranquilizador
respecto de la afirmación de un rumbo económico que venía teniendo el
Gobierno, que decide sortear esos obstáculos reafirmando el rumbo. Diría
salir por izquierda de esos problemas, que son los mejores momentos de
este gobierno, cuando logra ese mecanismo.
Y en el caso del nombramiento más
estridente, el de Jefe de Gabinete, me surge un sentimiento muy ambiguo.
Por un lado tengo la impresión de que gran parte de la novedad que tuvo
el kirchnerismo, que para mí en sus momentos más interesantes tenía que
ver con una distancia asumida contra las plataformas más tradicionales
del aparato justicialista y que implicaba ciertas tensiones con eso, me
parece que este nombramiento genera una especie de retorno al gran campo
del justicialismo. Y muy fervoroso el retorno. Eso me produce una
especie de amargura con respecto al destino de las cosas.
Y por otro lado, lo que me parece
que abre una situación interesante es que empieza a mostrarse que la
sucesión 2015, que es la gran incógnita, con qué candidato el
kirchnerismo va a disputar el 2015; no necesariamente es Scioli. Que
creo ese fue un fantasma para muchos de los que nos sentimos cerca del
Gobierno, de este movimiento político, fue un fantasma durante estos
años. Si toda la diferencia que se había producido iba a terminar en un
tipo de conservadurismo popular, noventista en parte, que Scioli encarna
mejor que nadie. Entonces me parece que lo que se está abriendo en
estos días es una situación política diferente. Por la derrota en la
Provincia de Buenos Aires, y por el ascenso de un Gobernador como
Capitanich (o que podría ser Urribarri), pero digamos que es ir por una
vía de construcción de una sucesión que no termine necesariamente en el
sciolismo.
APU: Mencionaba antes una salida por izquierda, ¿encuentra
algo parecido a lo que fue el 2009? Que luego de una derrota electoral
se tomaron muchas medidas, lejos del ajuste.
MPL: Sí, pero con una dificultad que complejiza mucha la cuestión. En
ese momento el horizonte del kirchnerismo era después de una derrota
electoral, y derrota en el intento de legislar las retenciones. Se venía
de momentos muy duros, pero con un horizonte político muy abierto: con
candidatos, dos candidatos en ese momento, propios del kirchnerismo. Hoy
hay posibilidades de generar distintas políticas, de seguir abriendo el
horizonte, pero creo con una situación que signa la coyuntura, que
Cristina Kirchner no tiene relección. Esa es la determinante para mí de
la coyuntura. Que es muy distinta de la del 2009, que salir por
izquierda ahí todo el tiempo te reabría otra cosa. Acá hay que ver qué
es lo que genera. Yo espero que el escenario sea de producción de hechos
de gobierno que podamos seguir valorando y festejando. Pero la
sensación que se tiene es que es muy difícil pensar en la continuidad
después del 2015 de todo ese proyecto.
APU: En ese marco, antes decía lo del pejotismo. Los Kirchner
han demostrado que nunca se fueron del partido, siempre tienen este
retorno al peronismo, y esto vendría a reafirmar esa elección que
pareció valedera en estos años por lo que el peronismo como
organización, como movimiento, posibilitó.
MPL: Sí, lo que pasa es que el peronismo, como el kirchnerismo,
también tiene hilos muy conservadores en su forja. Es injusto decir esto
si uno no dice que todos los partidos políticos argentinos, incluso las
izquierdas, tienen sus nervaduras muy conservadoras. Pero el peronismo
tiene formas muy ligadas a las tradiciones democráticas, a la ampliación
de derechos, a la distribución del ingreso; y formas conservadoras en
el modo de tratar la política, la sensibilidad.
Entonces hay una situación que me parece que es más general y que
excede a la coyuntura que estamos tratando con el cambio en la Jefatura
de Gabinete. Es más general porque yo tiendo a fecharla en este año que
estamos terminando, con el doble acontecimiento que significa la muerte
de Chávez y el ascenso de Bergoglio como Francisco. Que para mí, en esa
trama heterogénea que es la vida social, que tenés conservadurismos y
formas más rupturistas y lógicas más transformadoras siempre en tensión y
mezcladas en todos los procesos políticos; eso desbalanceó las cosas
hacia un modo más conservador de tratar la vida. El ascenso de Francisco
es el de los sectores católicos en Argentina, a pensamientos que
tienden a comprender de un modo el cuerpo, la sexualidad. Y eso, cuando
uno viene apoyando un conjunto de políticas que son siempre de
ampliación de derechos, diversidades y diferencias; genera otras
condiciones. Cuando hablamos de regreso al mundo del peronismo, al PJ,
que siempre estuvo, efectivamente Cristina y Néstor siempre fueron
militantes efectivos de ese partido; pero al mismo tiempo -en ciertos
momentos- ese PJ hablaba más con la voz de la transformación y en otros
momentos más con la voz del aplanamiento.
Pensemos en el Código Civil, en el proyecto que se había presentado y
el dictamen que se emitió en el Senado. Me parece que muestra este
estado de las fuerzas. Capitanich en la Jefatura de Gabinete, su
relación con el catolicismo chaqueño, la operación de Francisco.
APU: En esto del Código también entendería esa lógica conservadora...
MPL: Me parece que en el sentido en que uno puede tener muchas
discusiones con el aspecto liberal económico del proyecto de Código,
pero que tenía un grado de interés muy grande -me parece- en el modo en
que desnaturalizaba toda idea de vida. Entonces abría el camino para
discutir muchas cosas. Con lo poco que pude ver, el dictamen de comisión
le agrega una declaración al Código, que es que la vida comienza desde
el momento de la concepción; es una frase que así de escueta genera otro
estado de discusión para la cuestión del aborto, para la cuestión de la
fertilización asistida y de los embriones congelados. Todo lo que tenía
de hiperliberalismo, que abría para todos lados, porque era un Código
que decía -en el proyecto inicial-
que se es padre o madre por voluntad, no por azar biológico; eso empieza
a ser discutido. En ese sentido, es que están esas fuerzas como más
subterráneas, que a veces se expresan en acontecimientos políticos.
APU: En ese marco, desde las fuerzas opositoras, pero también el humor social ¿Siente que se ha corrido hacia la derecha?
MPL: Sí, los últimos meses fueron una especie de tabla inclinada
hacia la derecha, en el sentido en que las fuerzas de la oposición
(salvo el crecimiento del FIT; que hay que evaluar qué es, pensarlo como
cosa específica), pero el resto de los partidos hicieron una campaña
estrictamente de derecha. Securitista, sin poner temas en la agenda que
tuvieran que ver con la ampliación de derechos. En ese sentido me parece
que lo que yo señalo como hilos problemáticos dentro del kirchenrismo,
la tensión a Bergoglio en la oposición está redobladísima. Eso me parece
como preocupante.
APU: Quizás por eso la elección del FIT…
MPL: Claro, porque vuelven a poner posiciones que… en otro momento
quizás era un voto que estaba dentro del kirchnerismo o de otras fuerzas
de centroizquierda. Un votante de Libres del Sur ¿puede votar a Lilita
Carrió? Difícil…
APU: ¿Cómo ve la reaparición de Cristina? Más que nada
pensándolo en una cuestión mediática si se quiere, cómo está
comunicando, esto del vídeo, con el acto en Casa Rosada…
MPL: Tengo varias impresiones ahí. Primero, que la política argentina
es tan rápida y voraz que los acontecimientos se disipan. Uno la ve a
Cristina en estos días de reaparición, y era como si el tiempo de la
elección se hubiera puesto en suspenso, no hubo derrota electoral, ¿no?
El Gobierno, el tipo de interpelación de Cristina, de aparición pública,
de medidas de gobierno; no son los de un partido en derrota que abre
una transición, como esperaba encontrar la oposición. Más bien lo
contrario, sigue siendo un lugar de activismo político muy alto, con una
mujer que se la ve en su mejor momento, y mostrando hechos públicos de
distinta índole. En ese sentido me parece que sigue siendo la máquina
política más eficaz de toda la Argentina, el kirchenrismo y la figura de
Cristina. Es una especie de usina donde todo el tiempo están
produciendo modos de intervenir, agenda, temas. No paran un segundo.
Creo que el problema de la oposición es no lograr, salvo con el programa
de Lanata, desplazarse de la agenda que está fijando el Gobierno.
Y en ese sentido creo que en estas breves 48 horas, produce tres
intervenciones Cristina. Una con el vídeo, que parecía familiar y no lo
parecía al mismo tiempo. Que tenía un alto grado de producción, en el
que en parte toma el formato discursivo de la industria cultural, es la
industria de la televisión eso. Aunque hubiera sido un vídeo casero, la
lógica de exposición es la de los programas masivos: en qué lengua
cotidiana se habla, con qué guiños, mostrando el perrito. Ahí hay una
escena que es familiar, pero es familiar con los medios de comunicación.
Es la familiaridad que se tiene con el tipo de sensibilidad que surge
de las grandes industrias del espectáculo. Para mí, no es un acto
político, es un acto mediático. Que uno le puede sacar consecuencias
políticas, pero se escapa de los códigos de enunciación política.
Después está el otro hecho, que por omisión de Cristina, produce su
vocero. Que es anunciar los cambios de Gabinete. Ese desdoblamiento para
mí era muy inquietante, que en el mismo día que volvía la Presidenta a
funciones, tuviera un primer momento de industria de la televisión
protagonizado por ella, y el momento político fundamental de cambiar el
Gabinete como nunca se había cambiado, dicho por un vocero, su voz
aparecía sustituida.
Muy inquietante, por suerte el miércoles genera otra escena, que es
ella como política. Hablando en la Casa Rosada, entre militantes, que es
el mejor momento, el efectivo retorno de Cristina. No puede retornar
sólo con una imagen producida con las lógicas de la televisión, ni con
un vocero que la suplante. Sino en ese diálogo directo en el que
construye algo con el activismo.
APU: En ese sentido, ¿cómo ve el tema de la conducción de
Cristina, que a veces quieren poner en discusión? Esta reaparición
parece consolidar ese lugar.
MPL: Parte de los análisis de estos días decían que estaba delegando,
que forma un Gabinete que es más de delegación que los anteriores. Yo
no tengo esa impresión, no veo una relativa retirada de Cristina de ese
lugar central. Me parece que sigue reservando para sí ese lugar de
decisión política última, cómo se constituye el Gabinete, funcionarios,
temas. El Gobierno, con la ausencia de Cristina por 47 días, pudo seguir
produciendo hechos políticos. Pensando en cosas centrales, como la
estatización del Sarmiento. Eso sin embargo no restó nada esa suerte de
incertidumbre en la sociedad que había. No era que no se podía gobernar,
no era que no había hechos. Y sin embargo había un estado medio de
zozobra respecto de qué pasa con la ausencia de la Presidenta. Eso
vuelve a la figura de Cristina más central de lo que era antes, incluso.
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