AQUEL 31 DE MARZO DE 2009 NOS DEJABA EL LIDER RADICAL       

Una pèrdida fundamental para la democracia, significaba la  muerte de Raul Alfonsìn, aquel hombre polìtico que le tocò abrir una nueva etapa en la vida democràtica del paìs, que supo llevar al banquillo por primera vez en la historia del mundo, a los genocidas que cortaban la posibilidad de pensar y ejecutar ideas de cambios en una sociedad. No es momento para analizar todo lo que sucediò a travès de aquella Ley de Obediencia Debida y Punto Final, ya hubo muchìsimos debates y la historia a travès de los años, se encargarà de juzgar los motivos que llevaron al lìder radical a tomar esa postura, todos sabemos los momentos complicados que vivìa, no sòlo la  Argentina, sino todo el continente americano, con relaciòn al resurgimiento del neoliberalismo en esta parte del univeso.

A Raùl Alfonsìn lo tomaremos y lo miraremos como un hombre fundamental para los pueblos libres, algo que reconoce la mayorìa de nuestro pueblo y de todas las comunidades libres del mundo.

Nuestro màs sincero homenaje a un hombre que marcò el camino para la democracia en Argentina y fundamentalmente, para quien escribe, por ser la persona que me llevò a profundizar la militancia en la polìtica, desde que fuera èl, un simple legislador provincial en la provincia de Buenos Aires, ya mostrando en èse entonces, todo ese bagaje de buenas intenciones por la libertad del pueblo en todas su dimensiòn. Conocemos bien lo que le pasò duante su mandato, los mismos ejecutores, enemigos del paìs, que siguen teniendo el mismo poder (mencionados por Alfonsìn en su memorable discurso de la Sociedad Rural) lo apuntalaron para que terminara su mandato antes de tiempo, negociando con el pròximo presidente en esa etapa (Carlos Menem) y con el gobierno norteamericano la inserciòn del salvaje mundo del capitalismo en toda nuestra regiòn.