El odio y resentimiento supera lo imaginable
Nada causa sorpresa, sobre el accionar de algunos
personajes de nuestra vida polìtica, cultural y social, algo que vengo
repitiendo hasta el hartazgo, al menos desde los ùltimos 5 años, donde se ha
vislumbrado con mayor ènfasis, toda esa cadena de odio, resentimiento y rencor,
hacia las polìticas pùblicas que ejecuta el gobierno nacional, sin poder
demostrar los motivos reales, que los llevan a reaccionar de tal manera.
Pareciera que no les importa, aquellas premisas que habìan tenido en algùn momento,
con respecto a la igualdad de derechos y ampliaciòn de los mismos, de acuerdo a
las circunstancias que nos toca vivir.
Como cada semana, siempre aparecen actitudes, no sòlo
antidemocràticas, tambièn xenòfobas, ademàs de querer revivir aquellos procederes, cuando se
marcaban a los habitantes que no pensaban igual que ellos, entonces, se los
calificaba de subversivos, si actuaban en polìtica y de adictos si entraban en
el campo artìstico o cultural.
Algunos temas de relevancia en estas ùltimas semanas,
en lo polìtico y econòmico concretamente, que el gobierno nacional puso en el
debate, no sòlo parlamentario, tambièn inmersos en la sociedad en su conjunto,
son de real importancia para nuestro futuro inmediato y a largo plazo, sin
embargo, estos sectores, abanderados del rencor y sembradores del miedo, dejan
la impresiòn que no se han enterado perfectamente de cuàles son los objetivos
bàsicos, estando en permanente adversidad de tales propuestas. Ademàs, ponen a
su alcance, dirigidos indudablemente por los medios hegemònicos de la
informaciòn, distintas metodologìas claras para entorpecer el tratamiento de
cada tema, desvirtuando abiertamente los objetivos, llevàndolos al terreno de
la «chicana» y ofensa, con tal de no debatir como corresponde, discusiòn que
espera la poblaciòn nacional.
El tratamiento de la Ley de Abastecimiento en el
Senado de la Naciòn, algo que no es novedoso, porque existe en el paìs, desde
1974 durante el gobierno de Juan Domingo Peròn, pretendiendo el Ejecutivo,
adaptarlo a las circunstancias coyunturales y ponerlo en pràctica con todo
rigor, para favorecer al pueblo y sancionar a los formadores de precios, ha sido el eje de conflicto, iniciado por la
oposiciòn en pleno, con el ùnico propòsito de no debatir el mismo en el
recinto. Cada uno de ustedes pudo observar, la forma que encararon la difusiòn
del tratamiento, los canales de televisiòn de propiedad del Grupo Clarìn,
quienes prefirieron darle màs precisiòn y publicidad, a las actitudes de
algunos senadores, como en el caso de Norma Morandini, Gerardo Morales o Luis
Juez, que sòlo atinaron a «chicanear» a Amado Boudou, «invitàndolo» a retirarse
del recinto, que pida licencia o que se aleje definitivamente del Senado,
incluso con ofensas fuera de contexto y comparaciòn, como en el caso concreto
mencionado por la Senadora Norma Morandini, que comparò a Boudou, con
abusadores de menores en los jardines de infantes. ¡Toda una aberraciòn y de
mal gusto! Dejando en claro, que la intenciòn, era una sola, no entrar al
debate programado y demorar el tratamiento de la Ley en discusiòn.
Lo curioso con relaciòn al Canal 13 y TN, pasaba en la
forma de encarar la informaciòn, porque evitaron pasar todo tipo de
disertartaciòn de los Senadores, pero hacìan hincapiè en si se suspendìa el
debate o no, tal es asì, que mostraban continuamente los «discursos» ofensivos
de Morales, Morandini y Juez, pero cuando veìan que no se suspendìa la sesiòn,
automàticamente, pasaban a otra noticia y decìan sin tapujo y verguenza «Avisen
cuando se suspende el debate». Realmente, nunca en mis 68 años de vida,
presenciè algo similar, sobre todo, cuando viene del sector, que todos los dìas
de nuestras vidas nos «ametrallan» con las frases de querer tener «libertad de
expresiòn»; «queremos preguntar» (nunca
van a las conferencias de Jorge Capitanich) o que desean un amplio y verdadero
debate entre oficialismo y oposiciòn en ambas Càmaras.
No termina ahì la ola expansiva del odio y confusiòn
que desean generar en el pueblo, porque les hablaba al principio de la presente
editorial, que algunos personajes, quieren hacer creer a la sociedad, que se
està viviendo situaciones similares a la Alemania nazi de Adolf Hitler, algo
que mencionaron con mucha pasiòn y ahìnco, el titular de la UIA, Hèctor Mèndez;
quien ademàs, comparò a los senadores oficialistas, con la obediencia debida de la època de la dictadura; en otro orden, el economista Josè L. Esper, se dio el lujo de tratar de «hija de puta» a
Florencia Kirchner por twitter, o Javier
Gonzàlez Fraga en distintos programas de TV, emitidos por el Grupo Clarìn, sin
que ninguno de los entrevistadores, haya puesto interès en manifestarle que esto
no es asì y que se està muy lejos de comparar al kirchnerismo con el nazismo
hitleriano.
Todo tiene que ver con todo, como lo dicen los amigos
de TVR y està en plena vigencia, aquella demonizaciòn, muy similar a los 70,
con tal de destituir al gobierno de Cristina, con la premisa bien clara y
contundente de crear un clima adverso, para acelerar en lo posible una salida
de la presidenta del gobierno y adelantar las elecciones que estàn previstas
constitucionalmente, para dentro de 14 meses. El mismo Gonzàlez Fraga, lo ha
manifestado sin ponerse colorado y con total convicciòn en estos ùltimos dìas.
Agregemos lo comentado en la editorial de ayer, dònde Mirtha Legrand le
discutìa al mismìsimo Cristiano Ratazzi de FIAT, alguien que no es afìn al
gobierno, sobre economìa, argumentando que ella decìa la verdad, sin conocer
absolutamente nada del tema, pero, con todo el odio visible, tambièn pedìa que
se quedara sin voz el ministro Kicillof, justamente la diva, quien pide diàlogo
y saber escucharse.
En otro oren, y siguiendo con la sesiòn el el debate,
el mismo Ernesto Sanz, que no comulga para nada con el gobierno y ademàs, està
muy ligado al Grupo Clarìn, en algùn momento cuando era reporteado por la gente
de TN, le reprochò al periodista, que no siguiera con el tema Boudou y que se
dedicara al tema que se estaba debatiendo en el Senado, entonces, el periodista
de Clarìn, ràpidamente, contestò: "Muy bien, Senador, seguimos con el
noticiero y enseguida no comunicamos nuevamente", cortando la comunicaciòn
: (¿¿¿???)
¿Acaso debemos estar en estado de alerta, para que no
nos sorprendan? El pueblo argentino, conocedor de todos estos hechos vandàlicos
y antidemocràtcos, tenemos en claro lo que debemos hacer, no nos van a
sorprender nunca màs. ¿No le parece?
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