"Hay que defender nuestras democracias en Latinoamérica"

 Si bien latinoamérica está mejor preparada ante los arrebatos imperiales, los sucesos de Honduras y Paraguay, son muy cercanos en el tiempo y bajo ningún aspecto o contexto, podemos llegar a incurrir en los mismos errores de subestimación sobre los poderes dominantes.

Venezuela, Brasil y Argentina, son los blancos preferidos por las corporaciones financieras especulativas internacionales, para destruir sus democracias, principalmente, por considerarlas como ejes fundamentales de la economía continental, proveedoras de la riqueza alimenticia, energética e industrial de la región hacia todo el mundo.

No es casual entonces, la caída de los precios del petróleo o la soja u otros componentes agrícolas, teniendo como base principal, que Venezuela hoy es el segundo proveedor petrolero universal y Brasil con Argentina, en un plano casi de igualdad, los principales vendedores de soja, maíz y trigo del planeta. Dejando caer los precios, manejados comercialmente desde los Estados Unidos al mundo, permitiendo la baja o decadencia de las economías sudamericanas, ocasionándoles a estos países, serios inconvenientes en sus balanzas comerciales o en el financiamiento de sus presupuestos sociales. ¡Justo cuando crecen las demandas por estos productos en todo el mundo! ¿Suena raro, no?

A pesar de todo lo comentado, no han conseguido el deterioro pronunciado de sus economías en estos países nombrados, entonces deben apuntar hacia otro sitio y con otros atributos más convincentes, contando para ello, con la plena complicidad de medios hegemónicos de la información, para difundir el presunto ocaso de estas democracias, augurando además, malos presagios a los países citados, considerando necesario, fomentar probables golpes de estado, apuntando con ahínco a desmanes económicos, y en todo caso, ante el fracaso de esa ideología o teoría, crear un estado de corrupción en cada país, con la intención de obtener la desconfianza colectiva y la pérdida de credibilidad hacia los gobiernos legítimos, de parte de las sociedades pertenecientes a estos países en cuestión. Incluso, si es sutentable, también pueden ocasionar algunas muertes, algo que vienen produciendo tanto en Venezuela, Brasil y nuestro país.

En el único país latinoamericano que sostienen fuerzas armadas con cierto poder, es en la Venezuela Bolivariana, por ello, todavía quedan viejos resabios de los uniformados y se intenta golpear con los mismos métodos o similares de la vieja escuela, tratando de imponer antiguas y obsoletas recetas de golpes cívico-militares.

Pero esta unión a través de los organismos regionales, como lo significa UNASUR, MERCOSUR, ALBA o CELAC, permite desvaratar todo intento golpista, como se ha logrado recientemente en Caracas, pero no debemos subestimar, por lo pronto será necesario, aunar esfuerzos con el propósito de que no vuelva a suceder hechos similares. También lo intentan en Brasil, con supuestos actos coruuptivos y lo sucedido con el fiscal Alberto Nisman en Argentina, y todo ese bagaje de informaciones deformantes, que manipulan al colectivo, con el sólo afán de crear un ámbito de incertidumbre y poner en jaque el sistema democrático, no sólo en el país, sino en toda la región, siempre comandada desde el norte del continente y hoy, en complicidad con el poder europeo que queda vigente, ante esta nueva tesis latinoamericana, en acercarse a los BRICS, desprendíendose del dominio occidental, que tantos males nos ocasionó a estos países emergentes en todo el siglo pasado y los años recientes del presente tercer milenio.

Tanto a Nicolás Maduro en Venezuela, ni bien asumió como presidente, siendo elegido por su pueblo tras la muerte del comandante Chávez, como a Dilma Rousseff en Brasil, que dos días antes de ganar las elecciones, la daban como derrotada, los acorralan con revueltas, desestabilizaciones en todos los centros comerciales y de consumo y con una presunta ola de corrupciones, mostrando un claro objetivo de querer crear un clima perverso, para despertar a sus pueblos en contra de sus gobernantes y de la democracia propiamente dicha.

Aqui pasa exactamente lo mismo, ya que los planes son los mismos y vienen del mismo sector dominante y corporativo, pero al observar que todos esos presagios de derrumbe económico del país a fines del año 2014, no tuvieron asidero, sucediendo todo lo contrario, porque los centros comerciales turísticos en todo el territorio nacional, superaba todas las expectativas, crearon una denuncia sin sustentos y plagada de mentiras, llevada a la opinión pública y a la justica por el fiscal Nisman, ocasionándole su muerte antes de debatir en el Congreso, pero el objetivo principal estaba en voltear a un gobierno legítimo, elegido por una amplia mayoría. Incluso hoy, cuando se dan cuenta del fracaso, inventan o crean nuevos testigos a un mes del hecho, algo tan descabellado, que ha puesto en alerta a la misma fiscal interviniente, Viviana Feid que debe lidiar, hasta con los mismos jueces que ostentan las causas, pero se han olvidado de lo primordial, que no es otra cosa que las víctimas y familiares de la causa AMIA.

Vamos a vivir momentos intensos, con sobresaltos y muchas situaciones complicadas en este año electoral y no vacilarán en tratar de crear nuevos ámbitos y escenarios confusos, para derrocar al gobierno de Cristina o al menos, que renuncie antes de terminar su mandato.

Tengamos presente entonces en cada instante, los casos de Honduras y Paraguay, y no permitamos que esto vuelva a ocurrir, sería retroceder en el tiempo, para dejarles servido en bandeja al neoliberalismo salvaje e inhumano, la posibilidad de que vuelvan a derrumbar todo lo construído en estos últimos años. La militancia activa debe estar muy alerta, para defender nada más, ni nada menos, que nuestras vidas y el futuro del país y la región.