Cada día que pasa nos deja alguna pista a pesar de las dudas

Las responsabilidades de las legisladoras del PRO, Laura Alonso y Patricia Bullrich

 El empinado caso del fiscal Alberto Nisman, a pesar de dar la impresión de no avanzar, está dejando claras señas que ha sido todo un aparato de índole mediático y al enfrentarse las dos partes, la justicia propiamente dicha a través de la fiscal interviniente o de la jueza afectada al caso y la nueva parte querellante de la ex esposa Sandra Arroyo Salgado, la situación va demoando en demasía y seguramente estaremos largos meses, no para tener la respuesta necesaria y la certeza de lo sucedido, sino un anunciado cierre del expediente, por evidentes carencias de méritos para juzgar a alguien. Manifestaba al principio de la presente nota, que existe un manto de credibilidad en cuanto al avance de la causa, pero también es muy alarmante el manoseo que se viene realizando en contra de los repesentantes de la ley que intervienen, que es prácticamente imposible tener un panorama más esclarecedor del hecho.
Hoy se puede afirmar que el único sospechoso visible del caso, está centralizado en la figura del ex empleado y tal vez, ex socio del fiscal fallecido, Diego Lagomarsino, pero también hay que hacer hincapié, juntando o cotejando el trabajo de los peritajes ejecutados por la justicia por un lado y por la parte querellante de Arroyo Salgado por la otra, para darnos cuenta que existen una serie de dudas fundamentales que pueden ser apropiadas en su investigación, para determinar quizás, la responsabilidad o participación de otras figuras de relieve que han sido protagonistas en los dos meses que comenzó todo esto.
Las diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrrich del PRO, han manifstado hasta el hartazgo que tenían una fluída relación con el extinto fiscal y además, según consta en innumerables videos televisivos o grabaciones radiales, como asi también en declaraciones a la fiscal Fein, que conversaron con Nisman, hasta pocos horas antes de la supuesta muerte de aquel domingo de enero, pero no se evidencia el interés de la fiscal interviniente y más aun, de la misma denunciante Arroyo Salgado, de como pudo hablar aquel sábado de la víspera de la muerte de Nisman, si se le da verdadero crédito al trabajo de peritaje de la parte querellante, donde aducen que Nisman había muerto unas 24 a 36 horas antes de lo que expone el expediente de la causa. Si esto es legítimo, estamos frente a un falso testimonio de las diputadas aludidas, quienes manifestaron a viva voz que habían conversado con él durante ése sabado y habían recibido la preocupación del fiscal por la integridad física de sus hijas.
Si la tesis de los peritos de la querella (Arroyo Salgado) es real, se nota visiblemente que la actuación de ambas legisladoras ha sido mediática, pero siendo de esta forma y ante la gravedad del caso, tendrían que ser imputadas a la causa y ser llamadas a indagatoria en forma urgente por la fiscal o la jueza interviniente.
Tal vez sería un importante aporte y también se puede tener un mejor panorama de cuáles son los intereses reales de estas diputadas del PRO, que sólo han querido usar a Nisman para su exposición en el Parlamento, pero todos sabemos cuál fue el final, tal vez inducido por ellas mismas. ¿No le parece?
Sólo nos queda esperar en el tiempo y a través de ello sabremos cuál es la verdad de todo este espinoso asunto, que sin dudas, aleja cada día más la responsabilidad del gobierno, máxime si se tiene en cuenta la clase de vida que ha llevado el citado fiscal, lejos de toda seriedad profesional que se le quería acreditar, principalmente, cuando una gran parte de nuestra sociedad, se pronunciaba con la siguiente frase escrita: ¡Somos todos Nisman!