¿Le cuesta tanto entender, estimado/a lector/a?

Para entender con certeza la deuda externa no sólo de nuestro país, sino toda aquella contraída por los países emergentes de latinoamérica, nos basta con recorrer la historia de cada una de ellas, pero desde ya, vamos a profundizar lo sucedido con nuestro país, simplemente, para que de una vez y para siempre, nuestra sociedad se percate de cada una de las acciones y comience a reflexionar, los motivos que nos llevan a muchas personas a pensar y actuar como el autor de la presente editorial, defendiendo a ultranza todo lo que tenga que ver con lo nacional y popular y en plena defensa de los intereses de los argentinos.

No se trata de un mero capricho y de posiciones ideológicas, se trata de un pensamiento basado en el sentido común y que resalta por encima de cualquier interés dominante, lo beneficioso para toda una población que desea vivir plenamente en libertad y en plena defensa de sus derechos soberanos.
Sería muy extenso comenzar por aquella entrega de nuestro patrimonio en la etapa que conducía Bernardino Rivadavia, algo que gran parte de nuestra comunidad conoce, aunque las enseñanazas escolares no han sido del todo esclarecedoras, debida cuenta que siempre han sido inclinadas hacia los intereses corporativos, bajo la activa producción e idea del "gran maestro" Domingo Faustino Sarmiento, quien en definitiva, junto a los otros cuatro integrantes de la gran entrega nacional, léase Pellegrini, Roca, Avellaneda y Mitre, siempre han sido colaboradores y socios irrestrictos con los poderes mundiales, en aquellos tiempos bajo el dominio del imperio británico. Ya me he dedicado en variadas ocasiones a éste tema y por supuesto escribí innumerables notas o libros, sobre el tema en cuestión, material que también pueden leer en estas páginas buscando ediciones anteriores.Todos los que me conocen, saben a la perfección como pienso y lo que escribiera oportunamente, con una exaustiva investigación para evitar confusiones al respecto.
Pues bien, para tener ése panorama que pretendo resaltar, debemos repasar gran parte de nuestra historia y sin dudas, durante los gobiernos de Perón, comenzamos a tomar decisiones que favorecían al grueso de la población, por supuesto, para aquellos de menores recursos y posibilidades, algo que había comenzado durante las administraciones de Hipólito Yrigoyen y que los poderes de aquellos tiempos, no permitieron que se cristalizaran con éxito, siempre en defensa de esos intereses que remarco en cada una de mis intervenciones. El golpe de estado de 1930, dejó huellas concretas de lo que estoy mencionando y el país lo sufrió sin contemplaciones hasta la llegada de Perón, que precisamente, levantó las banderas de Yrigoyen para recuperar la dignidad de los argentinos.
Perón comenzó a enterrar los ideas de entrega de nuestro patrimonio iniciadas por Rivadavia y continuadas por Sarmiento, Mitre y Pellegrini, desprendiéndose de las consignas imperiales, pagando todas las deudas contraídas por los gobiernos conservadores al servicio de los organismos multilaterales de crédito y puso al país nuevamente de pie, rescatando el total de la deuda externa argentina, logro que se consolidó en 1952. El gobierno peronista destacó entonces que el país deudor de 12.500 millones de m$n (pesos moneda nacional) no sólo cancelaba la deuda, sino que además, se convirtió en acreedor por más de 5000 millones de m$n, abriendo fuertemente la producción nacional y evitando todo tipo de importaciones que perjudicaban totalmente a las fuentes de trabajo de nuestros compatriotas, apoyando a las pequeñas y medianas empresas nacionales.
El período 1947-1951 indicó una tendencia favorable a la baja en las tasas de interés ―en real consonancia con la estabilidad económica― y una marcada disminución de esa deuda externa que agobiaba a nuestra sociedad y por ende, quedando  saldada completamente en 1952, con el pago de m$n 12.649.471.- perteneciente a las dos últimas cuotas semestrales del empréstito argentino-británico contenido en el convenio Roca-Runciman (1933). Se gestó entonces una situación realmente inédita en la historia de nuestro país desde el préstamo Baring Brothers de 1824.
Claro, ése accionar del peronismo, perjudicaba netamente a los intereses corporativos, siempre conducidos por el imperio noreteamericano desde comienzos del siglo 20 y tras el derrocamiento de Perón en el golpe de Estado de 1955, el Gobierno dictatorial dirigido por el general Pedro Eugenio Aramburu, revitalizó el accionar conservador y entregista, volviendo a las redes de préstamos usurarios, adquiriendo un nuevo préstamo externo para financiar importaciones desde Europa. Así se contactó con varios bancos europeos, lográndose un crédito de 700 millones de dólares, que se suponía podría ser amortizado en el transcurso de un año, algo que no sucedió y nuestro país, volvía a meterse en un "brete financiero", muy difícil de evitar y quedando bajo el dominio corporartivo una vez más, por la actitud entreguista de sus funcionarios.
En 1956 resultó más que evidente la imposibilidad para el Gobierno militar cancelar el préstamo. Ante esa situación, el ministro de Finanzas francés invitó a los 11 países acreedores de nuestra nación, a reunirse en París. De esta "urgéntisima" reunión surgió el Club de París, un foro informal de acreedores oficiales y países deudores.
Todas estas idas y venidas surgidas con el gobierno de facto de fuerte corte neonazi, la cual fue denominada o  autodenominada como la Revolución "Libertadora", provocan la inserción en distintos organismos de crédito internacional que fueron surgiendo luego de la segunda guerra mundial del 40, llevándonos a nuestra incorporación hacia el FMI y al Banco Mundial en 1956. Ya finalizada la dictadura militar de ése entonces, Argentina comenzaba a encontrar el camino hacia el default, y la deuda externa había crecido notablemente. Mientras que a fines de la Segunda Guerra Mundial, las reservas de oro y divisas acumuladas en el Banco Central superaban en 1300 millones de dólares a la deuda externa, a fines de abril de 1958 era la deuda externa la que superaba en 1100 millones de dólares a las reservas de oro y divisas. ¿Está todo dicho, no?
Sigamos por el camino que nos marca la historia y llegamos al final del gobierno de Frondizi, en marzo de 1962, y ésa deuda contraída por el país, se estimaba que redondeaba los 1800 millones de dólares y al cesar el Gobierno de facto de José María Guido, en julio de 1963, bordeaba la cifra de  los 2100 millones.
Pero cada vez que aparecía el neoliberalismo, una moderna acción político-económica del fin de siglo pasado,  conocida como conservadorismo anteriormente, el signo de entrega y sumisión a los organismos de créditos internacionales, era de mayor magnitud y nos dejaba un manto de dudas, como para salir rápidamente de ella. Entonces entre 1989 y principios de los años noventa, el llamado Plan Brady, que llevaba el nombre del entonces secretario del tesoro de los Estados Unidos, Nicholas Brady se implementó en varios países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Ecuador, México y Venezuela, que se encontraban fuertemente endeudados con el tesoro estadounidense. El plan Brady supuestamente significaría un alivio para la deuda soberana entre 1992 y 1993. Pero no fue así. Cuando Argentina entró al plan su deuda era de 63,000 millones de dólares, y se refinanciaron 33.000 milones de dólares. Pero para el año 2000, la deuda ―después de costosísimos pagos―, era de 150.000 millones de dólares. ¿Se va dando cuenta de la realidad actual?
En fin, todo lo más reciente lo conocemos, no sólo por lo que han producido y actuado los gobiernos llamados populistas por los sectores conservadores y neoliberales, apoyados fuertemente y societariamente por los medios hegemónicos de la información, ya que esos gobiernos de carácter netamente popular, en defensa de los intereses de sus pobladores, fueron achicando las relaciones con esos organismos oprobiosos del mundo financiero y además cancelaban "sus deudas" y lo encomillo, porque las deudas no fueron creadas por ellos, sino por los gobiernos antipopulares y de entrega, creándose una división acentuada en las mismas sociedades, ya que los defensores del mundo elitista, se encargaban de defenestrar a los gobiernos que defendían a sus pueblos, pero con el agravante de hacer creer situaciones no deseadas e inventadas, ya que aducen que sus consignas están plagadas de corrupción y en contra de los integrantes del pueblo en su conjunto, y si tiene alguna duda, revise los acontecimientos recientes en Brasil y Argentina, donde se cuestiona fuertemente a los gobiernos de Lula, Dilma y del reciente finalizado por los Kirchner en Argentina, trillado de mentiras por los medios de información, defensores de esas políticas neoliberales y difundidores de tales premisas para que triunfe el modelo que defienden a ultranza .
Venezuela, Brasil y Argentina, están viviendo en estos momentos tales circunstancias y se está actuando con fuertes desprestigios de los gobiernos populares, con excepción de Argentina, que ya tuvo un resultado electoral desfavorabe para los sectores más vulnerables y ése gobierno ganador, léase el de Cambiemos, viene cumpliendo en tan solo 90 días de gobierno, con las premisas claras del salvaje neoliberalismo de combatir las protestas populares, acrecentar los despidos y reprimir a ultranza cada pensamiento o accionar de los manifestantes que no concuerdan con las iniciativas que desea imponer el mundo especulativo en nuestra comunidad.
El reciente resultado de las negociaciones con los fondos buitre y el reingreso al FMI y los organismos de créditos, pone a  la Argentina en un estado de alerta permanente y ante un peligro inminente de volver a repitir las historias recientes y las comentadas en párrafos anteriores, sobre la historia de la deuda externa de nuestro país. Momentos históricos, admirada por los sectores neoliberales de nuestro suelo. ¿Usted quiere volver a vivir los mismos momentos o etapas?
Cuando el entonces Presidente del Banco Central en 1982, en plena dictadura cívico-militar y posteriormente Ministro de Economía en tres oportunidades, me refiero a Domingo Cavallo, estatizó la deuda privada y dejó en bandeja nuestra soberanía a los designios del FMI y otros organismos de la usura internacional, con el viejo verso de poder volver a los créditos y a las inversiones, muchos le creyeron y ya tuvimos las respuestas y las secuelas que todavía estamos pagando, es por ello que sugiero a nuestra población, no volver a caer en las trampas y revitalizar aquellas ideas de Yrigoyen, Perón y el mismo Kirchner, que tuvieron la valentía de desprenderse de esos sectores de opresión, con el único objetivo de obtener la verdadera soberanía, la misma que en la década de los 60 del siglo 19, tenía y ejecutaba el entonces caudillo y gran presidente paraguayo Francisco Solano López y que fue enterrada, precisamente, por un entregador a los servicios ingleses, como Don Bartomomé Mitre, "casualmente" el gran innovador de la vida productiva nacional, entonces piense, reflexione y no se entregue nunca más a tales designios.
No festejemos la llegada de Barack Obama a nuestro pais como un acto de colaboración hacia nuestra nación, sino como debe ser, repudiando el broche de satisfacción para los sectores dominantes de haber llegado a un acuerdo de entrega para los beneficios de los sectores del mundo especulativo, que siempre nos van a acosar para que entreguemos nuestro patrimonio y el destino de nuestro futuro. Usted decide: ¿quiere libertad o dependencia?