INTELECTUALIDAD Y POLITICA

Vi días pasados un documental sobre Platón .Mi interés quedo especialmente centrado en las desventuras que sufrió este gran pensador cuando quiso entrelazar política y filosofía.

Así es, Platón pergeño la idea de educar a los hijos de las familias acaudaladas en los beneficios de la filosofía, a fin que a futuro fueran buenos ciudadanos y justos gobernantes.

Algo desanimado por los magros resultados que su propuesta obtiene en Atenas, Platón se dirige a Siracusa pues llega a sus oídos que Tito ,tirano que rige esa  nación  quiere implementar las enseñanzas platónicas en su patria. Platón se dirige de inmediato hasta Siracusa donde el regente lo recibe con todos los honores (Platón ya era un personalidad prominente de la época),  le explica al Tirano los lineamientos generales de su propuesta y éste último le dice que está a su entera disposición para todo lo que necesite.

Pasa el tiempo y Platón observa que nada se esta llevando a cabo según lo convenido y que Dionisio lo  único que hace es pavonearse junto a Platón ante todos sus amigos y cortesanos.

Claro ser amigo de semejante personalidad era un lujo, una distinción.

(Provoca risa pensar que en los tiempos modernos Platón pudiera ser fotografiado junto a algún conde o duquecito en alguna de esas revistas llenas de culos y gente entupida al por mayor).

Platón entonces le comunica a Dionisio su intención de dejar Siracusa. El Tirano trata de retenerlo por todos los medios haciendo valer su autoridad, pero al comprobar que el filósofo está firme en su postura lo deja finalmente partir, pero encuentra una ominosa forma de vengarse: da la orden que la nave que transportara a Platón atraque en Creta , para la época en que existía un conflicto armado con Atenas.

Lo que sigue es fácil de imaginar: Platón es tomado prisionero y vendido como esclavo en los mercados públicos. Por suerte para el ateniense un amigo suyo se entera de la situación y reúne el dinero para liberarlo y trasladarlo a Atenas.

Platón insistiría sin éxito hasta el final de sus días en tratar de hacer prevalecer esa idea suya de que filosofía y política puedan congeniar.

¿Porque parece entonces que aquella idea platónica es impracticable?

Nada cuesta imaginar la respuesta: la política es acción pura, es negociar, es armar alianzas interesadas, es oportunismo, es permitirse alguna vez una traición.

Demasiada dinámica para una mente reflexiva.

El documental me trajo a la memoria aquellas charlas en mi casa  sobre la figura de Arturo Frondizi.

Un político intelectual con ideas progresivas, novedosas y adelantadas. Si bien Frondizi provenía de los cuadros políticos de la U.C.R., su ascenso dentro de la vida política se lo debe a sus brillantes ideas. Era además un excepcional orador.

Todo perfecto, pero ahora veamos la ringlera de oposiciones que tuvo que enfrentar: peronismo proscripto, planteos militares, sindicatos beligerantes, iglesia entrometida en los asuntos del Estado y para finalizar la  contra en algunos temas de su plataforma de gobierno de su propio partido político, la Unión Cívica Radical (la U.C.R. se presento en aquellas elecciones generales dividida en dos facciones: la U.C.R del PUEBLO y la U.C.R.I. –Intransigente-, perteneciendo FRONDIZI a esta última  agrupación).

Demasiado para un intelectual.

A Frondizi no lo amedrentó todo este cóctel y siguió adelante con sus ideas hasta que la realidad de ese entonces lo pasó por arriba.

Asumió en 1958 y fue derrocado en 1962.

El Desarrollismo había quedado sepultado.

¿Qué nos paso entonces? , poco mas de treinta años después de los postulados de Frondizi, un Presidente del mismo signo político de aquellos que se opusieran ferozmente a la búsqueda de capital extranjero para la explotación de nuestros recursos, logro miserablemente llevar a cabo parte de las ideas desarrollistas con las consecuencias por todos sabidas: saqueo, desmantelamiento y rifa de los recursos del Estado.

La oportunidades perdidas pensadas por un político intelectual son finalmente  (repito, pérfidamente) ejecutadas por un gobernante astuto y corrupto (léase Carlos Menem).-