Generando cambio

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28 de Junio de 1966: Un día tristísimo para los argentinos PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Martes, 28 de Junio de 2016 00:01

altA 50 años del derrocamiento de un gran presidente: Don Arturo Umberto Illia

Fecha pesada y fastidiosa para los argentinos amantes de la democracia fue el 28 de junio de 1966, porque derrocaban a un hombre capaz, inteligente, gran político y además, como si fuera poco, honesto, me refiero a Don Arturo Illia, cuestionado por algunos a instancias de haber asumido a la presidencia de la República aquel 12 de Octubre de 1963, con apenas el 22% de los votos y con un peronismo proscripto. Sin embargo a través de los años, aquellos seguidores de Perón, comprometidos de verdad con el campo popular, lo han reconocido e incluso han presentado las respectivas disculpas por apoyar inconscientemente el golpe brutal de Juan Carlos Onganía. Esto ha pasado al olvido, pero no está demás recordar que muchos peronistas creyeron en Onganía, por autotitularse como un militar que seguía las consignas de Perón y al igual que Frondizi, dejaba una señal que traería al general nuevamente al país de su exilio, algo que ni sucedió y a la inversa, comenzó con una brutal persecución a los militantes políticos, marcando un camino peligroso para la libertad de las personas, naciendo en poco tiempo una nueva camada de jóvenes comprometidos con su país, desde su militancia estudiantil universataria, apoyados 2 años después, con las consignas que aparecían de Europa, con aquel magnífico "Mayo Francés" que nos dio las llaves fundamentales para abrir un nuevo sendero de lucha. Quien escribe ésta editorial, apenas tenía 20 años recien cumplidos cuando derrocaron a Illia y fui sorteado para hacer el servicio militar (en ésa etapa se hacía a los 20 años) estando además, militando fuertemente, con la intención de aportar un granito de arena en la recuperación incesante de los valores democráticos en nuestro país.
El otro Arturo, antecesor al gobierno de Illia, me refiero a Frondizi, había traicionado no sólo al electorado prometiendo el regreso de Perón a la Argentina, también lo hizo con la entrega del petróleo y otorgando una serie de dádivas a los laboratorios medicinales, apuntando a esas políticas desarrollistas, que no eran otra cosa que reflotar las que ejecutaron en la década del 20 con M. T. de Alvear, luego de la primera presidencia de Yrigoyen y volvieron a pronunciarlas con el derrocamiento del líder radical en los años 30, con el golpe cívico-militar comandado por José Félix Uriburu y Agustín P.Justo, contando también con la marca identificatoria de los jeraqrcas rurales y el mismísimo Alvear.
Se imaginan que ni bien asumió Illia se estudió la anulación de los contratos petroleros y la caducación de las licencias de los laborartorios medicinales, algo que se ejecutó y eso le causó su derrocamiento a los 32 meses y algunos días de asumir como presidente.
Claro, es necesario recordar a nuestro electorado que las políticas empleadas por Carlos Menem, Fernando de la Rua y el actual presidente Mauricio Macri, llevan ése rótulo del "desarrollismo", que no es otra cosa que una consigna mentirosa y sólo se han puesto en práctica las recetas neoliberales y otroras del conservadorismo, siempre bajo la licencia abierta de los Estados Unidos.
Hoy sólo se lo recuerda a Don Arturo como un hombre honesto, pero se deja de lado su fuerte carácter y pulso de hierro para firmar políticas por el bien de los argentinos y si bien, su presencia en la Casa Rosada era desprestigiada por los medios, porque fue presidente con un peronismo proscripto, también hay que saber dos cosas importantes, la primera, que era "vox populi" que Illia quería a Perón y el reencuentro con sus seguidores trayéndolo a nuestro suelo y la segunda, que los mismos medios que criticaban el proceder de Don Arturo, fueron los mismos que colaboraron abiertamente para derrocar a Perón en el 55, siempre con ése doble discurso mediático.
En éste breve racconto de lo que fue Arturo Illia para los argentinos, considero que es fundamental agregar algo que lo destaca notablemente con respecto a muchos presidentes o gobernantes del país, porque Illia siguió las consignas de Alem, Yrigoyen, Perón, Evita, Larralde o el bahiense Levenshon, algo que luego lo prosiguieron Alfonsín, Néstor y Cristina, o sea siempre del lado del pueblo y levantando las banderas de un movimiento nacional y popular en la incesante búsqueda por la dignidad de los argentinos. ¡Vaya nuestro homenaje en estos 50 años de su derrocamiento! Y pensemos, reflexionemos seriamente para que nunca más tengamos que retroceder en el tiempo, ya que lo que estamos viviendo en la actualidad, no escapa a ésa realidad vivenciada hace 50 años, que marcó el derrumbe de nuestro país por varias décadas y que sólo pudimos recuperar en los últimos 12 años, pero desgraciadamente, volvemos a retroceder con un panorama muy desalentador para todos nuestros compatriotas al tener en la actualidad, un gobierno de neto corte conservador y entreguista.
¡Hasta la próxima!



 
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