¿Que festeja el presidente Macri?

Una vez más nos encontramos en otra fiesta patria, nada más y nada menos que el Bicentenario de nuestra Independencia del dominio español, sin embargo como es habitual en las políticas macristas, se resolvió nuevamente no dejar participar al pueblo de tal manifestación de libertad, vallando a considerable distancia todo el perímetro donde se realiza el evento, con fuerte participación de las fuerzas de seguridad, ante cualquier intento que la conducción política del país, considera en estos días como subversivas. Pero lo peor tiene que ver, según mi criterio, con todo el protocolo y los "invitados" a nuestra fiesta patria, porque es la primera vez que no fueron invitados los presidentes argentinos anteriores que aun quedan con vida; no fueron invitados los presidentes del continente que habitualmente nos visitan en cada aniversario, con sólo recordar el Bicentenario de la Revolución de Mayo en el 2010, cuando nos visitaron presidentes de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Brasil, Chile y Nicaragua, entre otros y con la presencia en la Avenida 9 de Julio de más de 10 millones de personas que visitaron los eventos festivos durante 6 días consecutivos, a razón de 1,5 millón diarios y sin ningún desorden, dando un concreto ejemplo de organización. Sin embargo, hay que agregar algo más y tal vez lo más doloroso para todos nuestros compatriotas y tiene que ver con absoluta exclusividad, la presencia del único extranjero invitado, el ex Rey Juan Carlos de España, justo del país que nos independizamos hace dos siglos, es como si en el aniversario de la guerra de Malvinas, invitáramos a la Reina Isabel o a Margaret Thatcher, seguramente contaríamos con la indignación de todos los organismos sociales del país.

Esta es la forma de hacer política de Mauricio Macri, con ésa mentira de querer insertarse en el mundo, pero con una estrategia que nos denigra, faltándonos el respeto a todos, ya lo hizo en la fiesta de la independencia norteamericana estando en Europa, poniendose en su solapa la escarapela del país del norte y los integrantes de su gabinete, más algún juez servil y empresarios de su elite, que hicieron lo mismo en la embajada de EE.UU en Argentina, el pasado 4 de julio, como lo comento en mi otra editorial de la fecha.

Sinceramente siento verguenza ajena y espero que nunca más se repita esto en nuestro querido y amado territorio argentino, jamás pensé que viviría semejante atropello.

De cualquier manera y pese a todos estos malestares...¡Viva la Patria! Hasta la Victoria Final, el pueblo no tiene la responsabilidad y culpa de estos acontecimientos macristas, ellos son los que no quieren a su patria, no lo duden, sólo les interesa el circuito financiero.