Primera protesta popular en todo el país contra el tarifazo ilegal

Sería necesario y fundamental que el presidente Mauricio Macri y su entorno, saquen conclusiones racionales sobre la primera protesta nacional multitudinaria, que movilizó en la noche de ayer a millones de personas en todos los rincones del territorio, para que den marcha atrás inmediatamente con estos tarifazos netamente ilegales que han querido imponer a la ciudadanía en su conjunto, aunque no tenga todavía los fallos judiciales o la decisión de la Corte Suprema de Justicia. Los artículos 42 y 43 de la Constitución Nacional así lo contemplan, al mencionar en los textos certificantes, que sin audiencia pública, no se puede aumentar ninguna tarifa de servicios públicos básicos, cualesquiera sea el monto o el porcentaje que se inserte en cada factura.
El gobierno ha tratado durante las jornadas previas a las protestas, querer demostrar que tales movilizaciones eran estimuladas por partidos políticos de oposición, principalmente del lado del kirchnerismo, pero las escenas registradas en medios televisivos, son más que elocuentes y se vio en ellas que la mayoría de las personas que se agolpaban en plazas o edificios públicos, eran familias o trabajadores que salían de sus tareas y se arrimaban para ser parte de cada protesta popular. Eran escasas las banderías políticas que se registraban en cada marcha o cacelorazo, echando por tierra toda ésa intención gubernamental de desviar el contenido real del reclamo. También como es habitual en nuestro país,algunos medios de la hegemonía dominante, pasaban en sus noticieros diversas muestras del caso Jose Francisco López y del atentado criminal de Niza en Francia que ha producido más de 70 muertes, algo que es natural y lógico que se muestre, pero bajo ningún concepto, simplemente para tapar los conflictos que genera éste gobierno a su sociedad, se puede omitir la situación real de algo que ya a causado innumerables problemas graves a toda la población, porque literalmente estas tarifas descomunales no se pueden pagar.
Considero importante que el gobierno y gran parte de nuestra sociedad tomen debida nota de lo acontecido anoche en todo el país, porque estas manifestaciones populares de protestas, no se registraban desde el 2001 cuando tuvo que irse en helicóptero el ex Presidente Fernando De la Rua, ya que no se debe comparar con algunas que le produjeron al gobierno de Cristina Fernández, teniendo en cuenta sobre aquellas, que fueron contra la dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman o la presunta ingerencia del gobierno kirchnerista en la justicia, que provocó el despertar de muchas personas, alentadas por los mismos medios que hoy tapan la realidad sobre los aumentos tarifarios. Tanto en el 2001 como en la actualidad, las familias han salido a la calle a protestar legítimamente porque fueron vulnerados sus derechos y les roban la plata de sus salarios, o sea, nada que ver con el nivel de reclamo, aunque también aquellos producidos contra CFK, también se deben tomar como legítimos, cuando una sociedad sale a reclamar democráticamente algo.
Lo crucial de todo esto, según mi óptica, tiene que ver estrictamente con las mentiras que lanza el presidente Macri y su equipo económico, cuando aseguran que se acercan las inversiones internacionales en nuestro país en los próximos meses, algo irracional, simplemente por lo que sucede en estos tiempos, precisamente con las tarifas, que están arruinando a todos los trabajadores y las empresas y de tal manera, ningún empresario que tenga las neuronas bien calibradas, va a invertir en un país que sostienen semejantes obstáculos que no permite la inversión ni la apertura de fuentes de trabajo, salvo que esos inversores vengan a producir otra bicicleta financiera como en los 90, jueguen a la ruleta financiera y vivan de los intereses elevados que otorgan los bancos y el dólar fluctuante.
A sincerarse presidente Macri, de ésta forma, sin ser apocalíptico, en muy escaso tiempo el país volverá a sufrir los mismos cimbronazos de perincipios de siglo y el futuro argentino se nos va al carajo.
¡Hasta la próxima!