Generando cambio

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Capítulo 2: Los 7 meses de "gobierno" de Macri PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Domingo, 24 de Julio de 2016 00:07

altHoy: "Para saber hacia dónde se dirige, hay que revisar su pasado que es muy peligroso"

Antes de retomar todo un análisis sobre los siete meses de gobierno de Mauricio Macri, algo que iremos mostrando en las siguientes muestras, considero fundamental la profundización de todo lo que hizo en su corta vida participativa en política y su poco interés en que sus empresas se dediquen a la producción, en vez de apostar a los circuitos fuinancieros. Siempre se ha declarado amante del libre comercio; admirador de la economía norteamericana; socio insoslayable de los "negocios" turbios con los españoles en nuestro país y además, es un fuerte apostador a las políticas neoliberales salvajes y destructivas del aparato productivo y por ende, contrera a todo lo que tenga inclinación al resurgimiento de los más vulnerables y el mejoramiento lógico para unificarse con las clases medias. Nunca le interesó que los más pobres obtengan éxitos en sus emprendimientos, ni siquiera a permitido al menos que lo intenten. Además, como un signo de real peligro para las comunidades nativas de latinoamérica, siempre apostó y ayudó incondicionalmente (algo que sigue ejecutando) a los imperios antiguos del continente y no escatimó esfuerzos para ponderar al ex Rey de España, Juan Carlos, en su reciente visita a nuestro país al cumplirse precisamente, los 200 años de habernos liberado del imperio colonialista español. Incluso, Macri pone en peligro la integración con la región y detesta a los inmigrantes de Sudamérica, pero no así a los europeos, por quienes siente una admiración especial, máxime si son anglosajones, rubios y de ojos celestes-.
Siguiendo con el análisis, ya en estos tiempos no son necesarios los arrebatos y las conquistas militares, las herramientas que utilizan en la modernidad son menos sofisticadas, pero todas están basadas en los movimientos e "inversiones" en los circuitos financieros, dejando en claro que no piensan en absoluto el bienestar del pueblo (palabra que nunca usa) por lo tanto niega todo lo conquistado por el pueblo en ampliación de derechos a instancias de  los gobiernos populares y sólo se dedica a destruir tales conquistas, rememorando y poniendo en práctica, las viejas recetas del neoliberalismo que ha destruído a la región y hoy se esparce por toda Europa.
Para tener en claro todo esto, considero muy necesario traer del recuerdo un capítulo que escribí en uno de mis libros "Entre Delirios y Realidades" y que marca sin tapujos los dos modelos en trance, los cuáles hasta nuestros días y desde hace 500 años siguen en disputa, tal vez por una falta de compromiso en las luchas o por el predominio descomunal que han tenido los sectores dominantes y concentrados en todo el planeta, con plena colaboración de gobernantes de nuestra región, por supuesto.
Aquí van a poder leer hoy un discurso del actual presidente de Bolivia, Evo Morales, en la Cumbre de las Américas del año 2003, frente nada menos que al entonces Rey Juan Carlos de España (el mismo que invitara Macri en el Bicentenario de nuestra patria), que no tiene desperdicio y es harto necesario para comprender los avasallamientos que hemos sufrido en 5 siglos, en los cuáles nos mataron sin contemplaciones, pero a su vez cambiando los métodos, hoy nos matan sin armas, emplean otros recursos que igual deja a las sociedades de menores recursos, fuera de circulación y camino a la muerte. Por ello, también pensé que resultaría muy útil leer una poesía escrita por la notable poetisa argentina, Nélida Pessagno, la cual la inserté en el mismo libro que enunciara líneas arriba y tiene directa vinculación con las atrocidades del neoliberalismo y que siguen en plena vigencia, aunque la autora lo exprese en otro contexto.
Aquí va todo el material mencionado:
Libro Entre Delirios y Realidades - Editado en  el 2004(de Gerardo Bova)
CAPITULO DOCE
La gran oportunidad y la muerte sin muerte

No todos los días se tiene la oportunidad de manifestar nuestros descontentos a toda una comunidad, a través de los medios en el mundo moderno.
Los que elegimos esta profesión sabemos conscientemente lo que cuesta poner en órbita y en conocimiento de una sociedad, lo que intentamos decir para que nos oigan y al menos consideren nuestras propuestas.
Con el correr de los siglos han sido muy pocos los hombres y mujeres que abiertamente se han enfrentado con sus opositores del gran poder, para poder decirles cara a cara lo que han sentido con mucho dolor a través de los años. Mas aún cuando las posibilidades son remotas por las escasas oportunidades de encuentros en cumbres internacionales en el mundo político.
Comento con cierto énfasis todo esto, porque el dirigente cocalero boliviano Evo Morales, ha tenido la gran ocasión, (como la tuvo hace 3 años el Cacique Cuatémoc) y bien aprovechada por cierto, de enfrentarse con los “líderes” latinoamericanos y el propio Rey de España, para transmitir con vehemencia todo lo que ha significado el imperialismo, el avallasamiento de los poderes a nuestros pueblos con el correr de los siglos.
Cuando se realizó la cumbre en Bolivia en noviembre de 2003, mas preciso en Santa Cruz de la Sierra, el presidente de Bolivia invitó a participar en la XIII Cumbre de Presidentes Iberoamericanos en el “Encuentro Social Alternativo” al dirigente Evo Morales, quién fuera también candidato a presidente de su país en las últimas elecciones. Esta inquietud del presidente Carlos Mesa, fue de relevancia para los hombres que no tienen la oportunidad cotidiana de enfrentarse con los grandes medios de comunicación, pero que no satisfizo que digamos a muchos líderes, porque naturalmente sabían que el discurso no iba a resultar muy alentador para ellos. Sobretodo al mismísimo Rey Juan Carlos de España que observó azorado por la osadía del mensaje.
No hizo otra cosa, Evo Morales que ratificar todo lo sucedido en esta parte del mundo desde el siglo quince, dejando un mensaje conmovedor y lleno de contenidos claros y contundentes. Similar al producido por el Cacique Cuatémoc y mencionado en capítulos anteriores en este Ensayo.
Lo más saliente de ese mensaje, considero que debo transcribirlo en esta obra, porque encuadra perfectamente con mis  objetivos en el presente trabajo.
Dijo entre otras cosas, textualmente: “Señores Presidentes, su Majestad Rey Juan Carlos de España, Autoridades: He aquí nosotros, hablando frente a ustedes…quién lo diría.
Muchas cosas tuvieron que suceder en esta tierra en los últimos siglos y muchas otras más en estos últimos días, para que estemos aquí, en un lugar que sabíamos, creíamos, se nos sería negado. Todos sabemos de lo que hablamos, pero nosotros Bolivianos y Bolivianas, más que todos.
Una vez más tuvimos que hacerlo. Nosotros…mestizos, aimarás, quechuas, guaraníes, chiquitanos y tantos otros. Indios como nos dieron en llamar quienes equivocaron la ruta a las indias y por una fatalidad nos encontraron y creyeron descubrirnos. Los mismos que se marearon con el aroma de nuestras flores, admiraron nuestra piel, nuestras artes, nuestras ciencias, nuestras riquezas, con las que financiaron la cultura europea primero, y el desarrollo del norte del continente americano después. De nuestra piel admiraron el cobre, de nuestras artes la catadura de nuestros tejidos, de nuestras ciencias, todo,  tanto que hace apenas una semana declararon Patrimonio de la Humanidad a los Kallawallas.
Nos alegramos de que se enteraran de la importancia de nuestros médicos, que son tan anteriores al juramento hipocrático. Pero nos alegramos por ellos. Nosotros ya lo sabíamos hace cinco mil años. Así como sabíamos lo que encerraba el Cerro Rico de Potosí, que nos daría riqueza para siempre. Claro que no sabíamos que alcanzaría para tantos y que no quedaría nada para nosotros.
También sabemos hoy lo que tenemos bajo la tierra. Y aprendimos la lección de la historia. Y sabemos que es nuestro. Pero aunque es importante saber de donde venimos, no seguiremos hablando de la historia, ya que sería muy largo y todos tenemos cuestiones urgentes que atender sobre el presente y el futuro de nosotros todos.
Toda esta reseña de Evo Morales fue conmovedora, cierta y defendida con una altura que nos enorgullece como latinoamericanos.
Y siguió efusivamente con su discurso. Se puede argumentar que no tenía mucho peso para el resto de los presentes, pero ha dejado en claro cuáles son los puntos importantes y las inquietudes de los hombres que quieran el bien para sus regiones, defendiéndola con verdades inocultables. Y siguió, y tengo que rescatar otros párrafos porque, insisto, tiene plena identificación con mis objetivos en este Ensayo.
Otros puntos salientes fueron los siguientes: “Vengo a comunicarles con el permiso de ustedes, algunos resultados de tres días de deliberaciones populares, en los que hemos aprendido algunos y enseñados otros y concordando, todos y todas las comunidades presentes aquí, que país queremos, con la sensación de estar acompañados por el pensamiento de los cientos de millones que habitamos América Latina.
No digo que estamos hablando en nombre de todas y todos esos cientos de millones, ya que esa potestad no nos fue dada, digo que sentimos en estos días, que pensamos, creemos y deseamos más o menos lo mismo.
Cosas que de tan repetidas parecen infantilismos. Y no lo son. Por ejemplo que la tierra es nuestra y todo lo que hay debajo de ella también.
Por ejemplo la libertad absoluta de nuestros derechos, salud digna, vivienda digna, trabajo digno, educación digna, el respeto a la dignidad de la soberanía de los pueblos, el respeto a la dignidad de la autodeterminación de los pueblos. El respeto a la dignidad de las Naciones que conforman nuestra república.
Tal parece que todo podría reducirse a la dignidad. En la creencia que esta dignidad no nos es conferida por nadie, sino que es una actitud, una forma de ver la vida, una manera de existir. Sabemos que insistir en la dignidad nos puede llevar trabajosamente a lugares de mucho dolor. Pero también sabemos que es mejor ese dolor que la vergüenza de ser indignos”. ----------------------------------------
No creo haber escuchado y leído a través de mis 58 años  algo tan maravilloso, con un gran contenido humanitario, respeto hacia el otro, sobretodo a la mujer porque la mencionaba continuamente en ese afán de aclarar todos y todas, y poner en evidencia, naturalmente, todo lo acontecido durante siglos y siglos en esta parte del mundo. Y lo más trascendente, manifestárselo a quienes representan a  los responsables directos de las colonias en aquel momento de la humanidad.
Pero esas aseveraciones de Evo Morales, hay que tomarlas con absoluta responsabilidad y trabajar en conjunto por alternativas que puedan producir en este continente cambios significativos, con el único objetivo de otorgarle a nuestras sociedades, condiciones de vida digna al ser humano.
La sensación que tengo, es que nuestras comunidades padecen la muerte en vida. Estamos inmersos en un callejón trabado, sin encontrar la salida adecuada. Es una sensación de andar caminando por la vida, pero sin tenerla.
Si bien, la brillante poetisa argentina Nélida Pessagno, en una de sus producciones literarias, convirtió en poesía parte de la visión y sentimiento de vida sobre la importancia de permanecer y por supuesto en otro contexto, quiero reproducir aquí una de sus poesías más trascendentes, según mi óptica, editada en su libro “Del sueño al grito”. Tengo la necesidad de publicarla aquí con su debido permiso, porque la identifico plenamente con todo lo que nos ha sucedido en todos estos siglos de arrebato, crímenes y desalojos.
El texto completo de esa poesía es el siguiente:
“No necesita el homicidio portar armas,
sin cuchillos, granadas, ni pistolas, se mata,
si, se mata.
Tu y yo…
Tú y yo tenemos miedo cada vez que morimos
¡Vaya si lo tenemos!
Lo armamos con las piezas del misterio
y con nuestras corazas de frágil consistencia.
Me obstino ferozmente…
No me conmoverán las amenazas de la luz divina;
ni el odio entre las bocas inmortales;
ni el espacio de límites verbales;
que intenta someterme cuando grito.
Muerdo mi soledad, la acoso a dentelladas,
para morirme menos;
mi infierno se alimenta de palabras.
Y se suman mis labios a los labios callados
y a las voces de millones de labios conjurados
por las cruces impuestas del silencio.
Se mata más cuando se mata menos.
Un pájaro mortuorio es todo el universo.
Se funde el corazón entre los brazos de mi nada
temprana y en la plegaria de mis miembros rotos.
La muerte de la luz entre siete puñales.
Como una aborrecible veladura, la sangre
cubre el ojo solitario,
siega mis ojos ciegos en las fraguas del llanto,
y hacia ninguna parte me dirijo.
¡Pesa tanto el liviano equipaje de la nada!
Vivo en la superficie de mi caliente sombra,
soñando inexistentes infinitos
que morirán mañana.
Sin cuchillos, sin ametralladoras y sin balas,
se mata más cuando se mata menos.
Se mata con las manos que acarician,
se mata con la sombra impertinente,
con lo que todos callan a porfía
y lo que todos gritan a porfía,
con un hombre sentado con la picota,
con el rugir del vínculo de sangre
y las promesas rotas de antemano
mata el amor y mata con más saña.
¿En que rincón del ser se asesinan
los sueños?
¿Qué triste inmensidad me convierte
en poeta
para llorar las muertes que no matan?
Muros de cal y canto, galaxias de papel
acribillado.
El alma y su raíz aprisionadas en cerrojos
de letales angustias
y un anhelo perpetuo de la verdad y la vida.
¿Dónde vive mi estrella moribunda
para ponerle un nombre?
Ruge en mi voz mi sangre desangrada
y es un golpe feroz la razón de mi cuerpo
siempre vivo, latiendo.
La voz, la estrella innominada, el cuerpo…
contrincantes feroces, enemigos feroces.
Si, se mata más cuando se mata menos.
No sabemos morir cuando es preciso,
aprendemos que un hombre muere en
un cuerpo desnudo y lo demás
no muere.
La muerte de una cáscara vacía.
¿Quién es y cómo, el que nos va matando
y quién nos apuñala sin cuchillos?
¿Quién convierte en jirones las esperas
y el sueño y la soberbia loca
de estar locos y vivos?
¿Quién es el encargado de medir
en igualdad la muerte y someternos
y cómo es que morimos cada día
cuando no nos morimos?
Una joyita poética, una clara definición de lo que puede sentir el hombre americano a través de todos estos últimos siglos de una vida “digna” mentirosa que nos tocó vivir, porque (repito) si bien la poeta no lo identificó claramente en este contexto, queda totalmente claro que la similitud con las vivencias de nuestras sociedades de ésta parte del mundo, ha sido expresada en esta poesía que el amigo lector sabrá interpretar inteligentemente.






 
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