Hoy: La consigna es clara: "Nos corrompemos y mentimos, pero carguemos la culpa al otro"

Les mencionaba en los dos primeros capítulos la forma de encarar las políticas públicas de parte del gobierno que conduce Mauricio Macri, y desde ya las cotejaba con tiempos pasados en pleno proceso y ejecución del neoliberalismo desde los 90 en el país, pero sin duda el actual gobierno ha modificado categóricamente el mecanismo ejecutivo, teniendo en cuenta que ésta administración se acerca más al conservadorismo de los 30 que derrocó a Yrigoyen y la plena tarea de obstrucción y persecución a las clases populares, como lo han realizado en etapas de facto, bajo directivas de golpes cívicos-militares. Muchos argentinos pueden estar del lado adverso a lo que estoy manifestando, pero los hechos superan a las palabras o a las opiniones de distintos sectores, simplemente por todo lo sucedido en las últimas semanas que certifican cabalmente mis escritos.
Les decía en las primeras muestras que la presencia de una militante de neto corte militarista en el Ministerio de Seguridad, era una apuesta clave de parte de Macri y del entorno que le instruye directivas al presidente, al mismo tiempo que vuelven a cargar las baterías sobre actos posibles de corrupción que puedan empañar la figura de la máxima dirigente política de Argentina, que sin dudas sigue siendo Cristina Fernández de Kirchner (por supuesto ellos lo saben muy bien), pero siempre con las mismas recetas de acciones falaces que no dejan ninguna señal concreta, con respecto a si la presidenta mandato cumplido, sea la jefa natural de tales supuestos corruptivos. Sin embargo, ante la presencia real de actos de corrupción de las máximos conductores del país (léase: Macri y Micheti o Aranguren y el echado Jefe de la Aduana)) sin dudas perjudica notablemente la imagen de ambos, incluso con una fuerte difusión de tales hechos de diarios y revistas internacionales de prestigio y trayectoria (El País de España; The Newe York Time; Revista Time; The Economist o The Guardian, a manera de ejemplo, pero con la astucia y cinismo habitual de estos sujetos, utilizan los medios de comunicación locales, afines a sus intereses y tratan de concientizar a la sociedad que los corruptos reales son los integrantes de la pesada herencia y siguen machacando con las mismas herramientas de fines del año pasado y todo el período del actual gobierno, como para desprenderse de los obstáculos concretos y cargar la responsabilidad de todos los males a la saliente conducción presidencial, más preciso en la figura de Cristina.
Tratando de ser más contundente, vayamos al título del diario Clarín de ayer lunes 22, donde aparece precisamente Cristina, con otras cuentas en bancos norteamericanos (según versión de los fondos buitres) que oscilan en 293 millones de dólares. El mencionado título abarca tres columnas con letras enormes, pero al leer el subtítulo y el contenido de los argumentos de la nota, se habla de otra cosa, o sea mencionando a la familia Báez y otros personajes cercanos a los Kirchner, pero de ninguna forma certifican que tales cuentas pertenecen a la familia presidencial que gobernó los últimos 12 años. Claro, todo éste berenjenal de mentiras tiene una explicación básica y pasa por las denuncias concretas que hay contra Gabriela Michetti por los dineros encontrados en su casa y las nuevas cuentas descubiertas en Panamá, que comprometen aun más al presidente Macri y desde ya, estos medios hegemónicos, socios del actual gobierno, no publican absolutamente nada de estos últimos conceptos que les menciono y todo se remite a la corrupción kirchnerista. ¿Sugestivo,no?
Mientras tanto, los medios aludidos continúan en forma despiadada contra la presencia militante de sectores oponentes al gobierno y a través de algunos periodistas empleados del mismo (léase, Jorge Lanata, Alfredo Leuco, Ari Paluch y Luis Majul) advirtiendo a la comunidad que dichos militantes han provocado actos provocativos de violencia contra el presidente y cargan la responsabilidad absoluta por las supuestas piedras contra el auto presidencial en la jornada reciente en Mar del Plata. En esto hay que detenerse seriamente, porque estos periodistas avalan y certifican que hubo piedras lanzadas por militantes kirchneristas, que deterioraron el auto de Macri, pero el jefe de la Policia bonaerense Pablo Bressi, volvió a negarlo y dijo que dichas revueltas fueron a 500 metros del acto donde estaba el presidente y además,se enfrentaron entre los mismos habitantes de los barrios linderos de la ciudad feliz. Hay que decir con todas las palabras que la sociedad no puede pensar que dicho jefe policial sea kirchnerista, es nada menos que el elgido por la gobernadora Vidal. Sigamos, queda claro cuáles son las intenciones gubernamentales y de los medios afines, porque estas cosas confunden notoriamente a la sociedad en su conjunto y sólo se pueden saber, si se ve o oscucha medios que no entran en tales detalles de entrega y sumisión.
Lo importante de todo esto y para finalizar el presente artículo, es saber como se manejan desde las esferas económicas especulativas que instruyen a éste gobierno macrista y cuáles son los objetivos verdaderos, porque no escapan a aquellos que mencionaba al principio y el único afán, es debilitar y sacarse de encima a todos aquellos que obstruyen el libre camino de ejecución de las políticas neoliberales, máxime aun, si se tiene en cuenta que a partir de hoy, cuentan con una CGT unificada, pero virtualmente sometida a los designios de las recetas fascistas y entreguistas de nuestro patrimonio.
No hace falta agregar muchos más, la consigna es mentir y hacerle creer al pueblo, de que el mentiroso es el otro; ejecutar actos de corrupción y hacer creer a todos que los corruptos son los enemigos o adversarios, típica receta del neoliberalismo en el mundo moderno y de esto, creo que todos ya sabemos bastante...¿No le parece?
¡Hasta la próxima!