1- Siempre a los largo de la historia, supimos que la “civilización” era barbarie y la “barbarie” cultura nacional y derechos sociales. Desde los caudillos federales a la Semana Trágica, desde los agravios a los líderes populares hasta la denigración de los íconos culturales del pueblo, la famosa “grieta”. El fuego purificador que arrasa sin dejar vestigios, fue a lo largo de la historia, la herramienta de la violencia reaccionaria. 2- Al transcurrir de los tiempos, se verifica como cada “civilización” entierra conocimientos de las culturas que coloniza y somete. Miles de años después conocemos como practicaban cirugía los egipcios, con instrumental moderno, ahora conocemos a fondo las propiedades clínicas de las plantas de nuestros suelos, que los pueblos originarios usaban hace miles de años, pese a lo cual unos y otros fueron sometidos y muertos, en nombre de la “civilización”.
3- El fuego fue siempre el elemento simbólico mas fuerte de la aplicación de la ley del más fuerte, fue la provocación del temor aterrorizado a los sometidos y dominados, usado como imagen más que como hecho fáctico, en su afán de que no se repita la historia juzgada. Enterrar la historia sin dejar rastros, es la misma lógica de las dictaduras militares, las cenizas de las cunitas repiten la historia.
4- Llorarán en silencio las madres humildes que no recibirán un ajuar del acontecimiento mas maravilloso que pueda tener un ser humano que es su propia descendencia, trascender la vida del pueblo a través de sus hijos es quizás lo único que el poder no puede arrebatar, pero sin embargo le queman la ilusión de recibir la presencia del Estado, acompañando ese momento feliz, el mas feliz de la vida del pueblo.
5- Así como relataba el Che Guevara en sus cartas a Celia, su mamá que le comentaba el golpe del 55, con la alegría de las familias acomodadas, como ellas y el Che pregunta por las chicas que trabajaban de domésticas en su casa y Celia le dice que no paraban de llorar en silencio por el despojo del poder de Perón y la pérdida de derechos que sufrían.
6- No dudaron tampoco en quemar en ese entonces los colchones y las frazadas de la Fundación Eva Perón, como escarmiento a es “barbarie” que venían a barrer, con bombas, muertes y persecuciones en nombre de la “libertad y la democracia”. No dudaron en destruir toda vajilla que dijese Fundación, ni dejar como esqueleto a medio camino, hospitales a lo largo y ancho del país a medios construir, desde el Warnes al de Paso de los Libres, como símbolos frustros de la “fiesta populista”.
7-  Miles de bebés por nacer ya están viviendo, en la placidez de sus panzas mamás, el odio de la reacción que no los quiere, que los determina a una vida sin “privilegios”, en un mundo de “ellos” que decide que el hijo del peón siga siendo peón. Mas de 60 mil cunitas serán quemadas en nombre de la “civilización” que en función de supuestamente lo mejor, quema lo bueno de haber llegado como en los países centrales a participar, desde el estado en las familias del pueblo.
8- Ningún rico ni rica se verá afectado por cunitas que ya no serán, porque ellos compran sus ajuares para sus bebés sin problemas y sin fijarse ni en los stiker, ni en las pinturas, ni en la calidad del material. Sin embargo el impresentable juez Bonadío, hombre de acción, que no dudó en matar dos delincuentes, en acción siempre dudosa, ahora decide crear el hecho simbólico más fuerte del macrismo: la quema de miles de cunitas, la pira purificadora.
9- Las justificaciones no podían ser mas banales, mas superficiales y burdas con informes del INTI que informó que le faltaban los stikers de uso y prevención, como tienen los cochecitos de bebés, mientras las “academia”, los pediatrias informaron que podían ser peligrosas porque se podían desfondar después de los 10 kgs, cuando son de uso por 6 meses como moisés, cuando sabían que van apoyadas en superficies fijas. Una excusa para el odio y la persecución, una más.
10- Lo hemos vivido, lo estamos luchando para evitarlo, se han movilizado las fuerzas sociales mas diversas para evitar su consumación, pero el sátrapa judicial sigue su derrotero vengador, subido al caballo de la redención nacional, quemando cualquier resabio populista, en un odio antipopular y antiperonista sólo comparable con las peores épocas de nuestra historia. Podrán quemar cunitas, entregar el país, enterrar las conquistas sociales, pero nosotros siempre volveremos, sin revanchas, en paz pero con la firmeza de nuestras convicciones doctrinarias y filosóficas peronistas, que determinaron nuestros proyectos de vida militantes.