"El único impostor en la vida política argentina, es usted señor Presidente"

La única verdad que le encontré al presidente Macri desde que apareciera en la vida política, fueron sus palabras vertidas ayer, con respecto a lo que manifestara sobre Sergio Massa, pero claro, hay que aclarar que no estoy de acuerdo para nada con los insultos al líder del Frente Renovador, sino que esa frase "Cuando uno es un impostor, sale a la luz"  seguro es así, ya nadie duda que Mauricio Macri es un impostor y que va saliendo a la luz, porque todo lo que dice un día, lo modifica ostensiblemente al día siguiente. Ustedes recuerdan que asiduamente menciono una frase de la psicología que dice: "Cuando Juan habla de Pedro, habla más de Juan que de Pedro", bien, una vez más el presidente se identifica plenamente con dicha frase, pues, sigue hablando mal de todo el mundo que lo rodea, pero esas aseveraciones que le dedica a sus contrincantes, son más bien un fiel reflejo de su persona, muy pocas veces visto en la historia política argentina, ya que no se puede mentir descaradamente y olvidarse rápidamente de lo que dice hoy y al día siguiente lo desdice.
A esta altura de los acontecimientos, ya nadie puede dudar de que una de las consignas de Cambiemos, en su programa de gobierno, era la derogación del impuesto a las ganancias a todos los trabajadores, incluso se difundía minuto a minuto en todos los medios en las pautas publicitarias de campaña proselitista, aquel spot donde Macri era el actor principal y argumentaba los motivos de la derogación en caso de asumir como presidente. Sin embargo, bastó que el peronismo se haya puesto de acuerdo para crear un nuevo proyecto de ley y regularizar el complicado impuesto, tratando de revertir la situación, poniendo en práctica nuevamente la posibilidad de que los dineros de los trabajadores vuelvan al circuito del consumo, con el sólo propósito de agilizar la economía popular, para que el presidente se ponga nervioso e intente desprestigiar las figuras centrales de tal inquietud, léase Sergio Massa y Axel Kicillof, para argumentar que la unión del peronismo o el populismo, como a él le gusta denominarlo, le hace mucho daño al país, pues volveríamos a ser víctimas de la mentira y la fiesta que arruina las arcas del estado.
No sólo esto manifestó, también le echó en cara a Massa públicamente, de "haberlo llevado a Davos", para que aprendiera, brindándole toda su confianza y además, "hacerlo conocer en el mundo de los negocios". Cabe preguntarse entonces, si Macri todavía sigue creyendo que es un superdotado, que sabe de todo, que es un avezado en política y economía, algo que tiene una respuesta inmediata, debido a todo el desastre que viene produciendo en tan sólo un año y las apuestas inconstitucionales que ha desarrollado en su gestión de gobierno. No se puede dudar que Macri es sólo un gerente de las corporaciones y recibe instrucciones diarias para ejecutarlas en beneficio de unos pocos del poder concentrado de la economía.
Bien, usted amigo/a lector/a, sabe perfectamente que éste personaje que nos gobierna desde hace exactamente un año, nos viene mintiendo no sólo desde que asumió como presidente, también lo hizo en su gestión de ocho años como Jefe de Gobierno de CABA, y si fue favorecido con el voto popular, se debió al viento de cola que tuvo del gobierno nacional en esos ocho años precisamente, cuando condujo los destinos de la capital argentina y la fuerte embestida de los medios hegemónicos en contra del kirchnerismo, incluso inventando acciones judiciales que todavía no han tenido asidero en lo que se refiere a lo estrictamente jurídico (casos Boudou y Aníbal Fernández, a manera de ejemplo)
Mauricio Macri es el fiel representante de los impostores y ya nadie puede dudar que las mentiras tienen patas cortas y no puede convencer con esas argumentaciones que se caen en 24 horas. nada de lo que haya manifestado en éste año, ha sido verdad, nos vivió mintiendo e intenta seguir haciéndolo, creyendo que gran parte de nuestra sociedad es ingenua, sin embargo, la reacción popular no tardará en salir a las calles, volviendo a producir aquellas frases del 2001, cuando el pueblo en su conjunto cantaba "Quese se vayan todos". No queríamos, ni deseábamos volver a esos tiempos y repetir tales historias, pero queda claro que esas imposturas que el presidente critica de sus oponentes, son los argumentos para que el pueblo salga a las calles, producto del hambre, desocupación, suspensión de derechos, que venimos soportando en tan sólo un año y que no estamos en condiciones de volver a repetir.
El único impostor en la vida política argentina, es usted señor Presidente...
¡Hasta la próxima!