Un año que nos retrotrae a 1930 y 1955

Las comparaciones pueden resultar odiosas y tal vez, muchos argentinos no estarán de acuerdo con el texto de la presente editorial, pero en cualquier lugar del universo, siempre hay un antes y un después, entre un espacio político inclusivo, con otro de características totalmente opuestas. Y aquí está el eje de la cuestión, simplemente, porque un pueblo en su conjunto, siempre vive sus mejores momentos cuando se los tiene en cuenta y al menos, le otorgan la posibilidad de vivir de una manera cercana a la dignidad. Si bien es cierto que nunca se complementa un 100% de beneficios para cualquier ser humano, porque la felicidad total no existe, sin embargo no es descabellado que  un presidente y su equipo, puedan hacer esfuerzos descomunales para que ello ocurra.
Se imaginan que cualquier gobierno, por más buenas intenciones que tenga en un país determinado, siempre depende de un contexto internacional y muchas veces, se ve imposibilitado en cumplir con los anhelos fijados, porque en un mundo occidental que domina la economía global, es casi imposible que un país emergente, aun teniendo una administración progresista, le otorgue a su comunidad todo lo planeado para su bienestar, pero es necesario que tal gobernante dedique su tiempo y demuestre sus convicciones en un modelo de carácter popular, teniendo en cuenta que los otros, los que sólo piensan en un modelo privatista, siempre están a espaldas de su pueblo.
Cuando aparecen precisamente, gobiernos de corte popular en países en vías de desarrollo, los sectores dominantes hacen correr la voz de una supuesta corrupción de parte de tales gobernantes, simplemente, porque les tocan sus intereses y esos mismos recursos van en beneficio de los sectores más vulnerables. Es absolutamente mentira que la globalización de le economía le da resultados positivos a todos los pueblos, con ése incesante interés de promover "el libre comercio", siempre nos encontramos con fuertes proteccionismos hacia el poder concentrado, en desmedro de aquellas pequeñas industrias que intentan vender sus productos legítimamente de acuerdo a esos convenios biletarales que firman entre un país del primer mundo, con uno del subdesarrollo, por tales circunstancias y con los antecedentes nombrados, siempre se le complica el panorama a un gobierno de neto corte popular.
Argentina ha vivido etapas de oro en sus economías y ofreció innumerables conquistas a los trabajadores, durante los gobiernos de Hipólito Yrigoyen del 16 al 22 y del 28 al 30 (finalizado el mandato de M.T.de Alvear). Pero todos sabemos lo que sucedió en aquel golpe cruel de la dupla A.P.Justo-Uriburu, contra Yrigoyen y ahí comenzó la debacle nacional, recuperada recién en 1946 con Juan D.Perón, pero volvieron a arremeter contra esos gobiernos populares y en 1955, el país tuvo que soportar otro avasallamiento brutal en contra de su pueblo y de todas las empresas que representaban a la bandera nacional, rematándose a precio vil tales recursos del país, para quedar en manos de unos pocos, que concretamente, son los mismos que nos gobiernan en estos tiempos.
El pueblo argentino a través de sus dirigentes políticos comprometidos con su nación, más la militancia social, volvió a intentar en 1973 defender aquellas reivindicaciones logradas en administraciones populares, pero apareció la más cruel y salvaje dictadura cívico-militar a sólo 3 años de que asumiera Héctor Cámpora, sumado al regreso a la presidencia de Perón dos meses después y, nuevamente tuvimos que soportar otros 8 años de desmantelamiento de nuestro patrimonio para que vayan a las manos y arcas de los poderosos. Pues bien, vino en 1983 Raúl Alfonsín, recuperando todo lo perdido, incluyendo juicios por lesa humanidad a los responsables genocidas de esos años atroces, pero desgraciadamente, el sector de los personajes civiles, no sólo cómplices, sino actores principales del golpe, no tuvieron el merecido castigo y condena, simplemente, por considerarlos intocables de parte de la justicia en nuestro país, por lo tanto, no resulta casual que hoy estén gobernando nuevamente, porque antes lo hacían desde afuera, presionando a los políticos, pero ahora lo tenemos conmo una nueva corporación, manejando los recursos y patrimonios de nuestra nación, directamente desde los cargos públicos, con el presidente Macri, como actor protagónico de todo el establismhent. A Raúl Alfonsín se le metieron dentro de su gobierno y tuvo que irse seis meses antes de finalizar su mandato, para poner a Carlos Menem, con el voto legítimo, pues se insertaron dentro del peronismo para crear un sujeto que los representaran (ahí estaban los "popes" del empresariado, incluído Don Franco Macri) y hasta consiguieron el indulto a los asesinos de la última dictadura cívico-militar aludida.
Todo lo que te puedan prometer y decir estos sectores antipopulares del poder concentrado, son absolutamente mentiras y esto no significa una pelea entre ricos y pobres, es una verdad insoslayable que está bien palpable y lo vemos en nuestros días, tanto aquí en nuestra amada Argentina, como en Brasil o México, a manera de ejemplo concreto.
Siempre que aparezca un actor o actora del campo popular que intente dar soluciones e incluir a la población más vulnerable, para lograr la igualdad entre los habitantes de un país emergente, aparecen estos sujetos con fuertes complicidades de los medios hegemónicos, para destruir tales intenciones e iniciar una campaña de desprestigio de los citados políticos que luchan por sus respectivos pueblos, aduciendo que son corruptos y vienen a robarle las ilusiones a su comunidad.
Bien, no hace falta agregar mucho a esta nota, usted amigo/a lector/a, tiene suficientes pruebas en todos estos años, incluyendo la historia desde 1930 y lo que está aconteciendo en nuestros días, asi que, saque sus conclusiones y comience a pensar para que dedique todas sus energías en defensa de lo conquistado en todos los años anteriores, y de tal forma, encontrará la fórmula para que esto se acabe en poco tiempo, porque cada minuto que pase, serán años de sacrificio para recuperar lo perdido y estamos hipotecando ya, no sólo la vida y existencia de nuestros hijos, sino también a dos generaciones subsiguientes. Entonces nos cabe un par de preguntas: 1) ¿No le parece raro que para el sector dominante, siempre los gobiernos populares son los corruptos? 2) ¿ Acaso los únicos salvadores son ellos, precisamente lo que no pagan sus impuestos y lavan recursos en el exterior?
Bien, le hago la última pregunta sólo para usted amigo/a lector/a: ¿Podrá hacer el ejercicio, sin parcialidad y con razocinio, en busca de la respuesta definitiva por su bienestar y el de su familia?...¡Les dejo la tarea entonces!
¡Hasta el año que viene y que sea con mucha felicidad!