 COMPAÑEROS SINDICALISTAS: ¡NUNCA MENOS!
Nadie en Argentina puede ignorar todo lo que significó y simboliza en la actualidad, la actividad que desarrolla Hugo Moyano en el campo sindical. En las etapas más difíciles de nuestro país, para ser más concreto, en la época infame del neoliberalismo, fue el líder de los camioneros, quien se enfrentó decididamente con los poderes de turno, tanto gubernamentales como empresarios. Eso está en el corazón de los argentinos y no merece ningún tipo de dudas.
Pero es evidente que en estos tiempos las cosas han cambiado y desde el gobierno nacional, con el modelo impuesto desde mayo de 2003, han tenido todo el apoyo y se llegó a discutir salarios, algo que estaba totalmente guardado en las mesas de trabajo de cualquier funcionario o congresal de nuestro suelo. Las paritarias se pusieron en circulación en todos los sindicatos y junto al campo empresarial, se discuten todas las necesidades imperiosas del sector obrero.
Con sólo mencionar a 5 millones de nuevos puestos de trabajo; a 3 millones de nuevas jubilaciones; las asignaciones universales por hijo y embarazadas y planes sociales que han dejado fuera de la marginalidad a muchas familias argentinas, tenemos demasiados argumentos para demostrar que le han alivianado el trabajo a los líderes sindicales.
Y esto que se ha logrado desde las esferas gubernamentales, no permite argumentar a la exposición para que los sindicalistas, hoy estén al acecho en la lista de espera para solicitar un gran porcentaje de participación de las listas electorales o abiertamente peticionar la vice presidencia de la República. Desde ya que son atendibles las palabras vertidas por Moyano en solicitar cargos públicos para el sector perteneciente al movimiento obrero organizado, es razonable, viable y justificado, pero también debe diferenciar el compañero líder de la CGT que pertenecer al sector sindical, no significa que son los únicos representantes de los trabajadores. La misma presidenta le contestó en algún acto, que ella trabajaba desde los 18 años y tuvo enormes sacrificios para llegar a ser abogada, además de pertenecer a la gran cantidad de jóvenes que lucharon por el país desde la militancia política. Es más, muchos argentinos se han dedicado a hacer política desde la juventud, otros a sus profesiones específicas y otras más al sindicalismo. Para llegar a representar a la dirigencia política, muchas veces hay que esforzarse y acreditar cursos de política en todos los ámbitos y para ello existe un espacio que es la misma Honorable Cámara de Diputados de la Nación que ofrece cursos de capacitación política y de técnica legislativa y parlamentaria, algo que está muy lejos de la comprensión de muchos militantes argentinos de cualquier fracción estratégica e ideológica.
Lo sugestivo de todo esto, es la insistencia de los líderes sindicalistas en querer participar activamente en las listas, sin tener en cuenta todo lo acontecido en los últimos tiempos, con la inhumana lucha que desde el gobierno se tiene con los poderes corporativos de la Nación. Además, parecería que no se ha puesto en la balanza, todos los logros conquistados en estos últimos 8 años desde que asumiera Néstor Kirchner a la primera magistratura.
Todos estos objetivos logrados, fueron puestos en práctica por políticas públicas impuestas por las administraciones de Néstor y Cristina, y desde ya fueron acompañadas por el grueso de la sociedad argentina, incluyendo a otra gran masa del poder sindical.
Pero es muy evidente que algunos sectores de nuestro sindicalismo, no han tenido en cuenta que todavía los objetivos principales no se han logrado de la manera deseada por todos los argentinos, y será necesario acrecentar nuestras energías para que esto se cumplimente con otro período de la actual presidenta, y situarnos a trabajar duramente para seguir formando cuadros políticos, que los tenemos, pero todavía no están aptos para tomar semejante responsabilidad de conducir los destinos del país.
Sólo le pedimos a nuestros líderes sindicales, de cualquier fracción, incluso los que no están identificados con nuestro gobierno, que comiencen a utilizar sus neuronas en una clara adaptación activa a la realidad, como diría el gran Pichón Riviere, y que dejen de tirar del carro, porque si avasallamos a una presidenta que está entregando su vida, como lo hiciera concretamente nuestro líder Néstor Kirchner, en poco tiempo nos quedaremos sin nada y volveremos a retroceder en forma peligrosa en el tiempo, algo agravante que hemos vivido en los últimos 30 años, y lo conocemos muy, pero muy bien, y solo nos llevará al desencuentro generalizado de toda una sociedad que ya no desea vivir más en la destrucción.
Pongamos todas nuestras fuerzas para lograr la reelección de Cristina y además, también aumentemos nuestros ardores en “aprender” lo que no sabemos, para ser útiles al modelo que nos inculcaron este matrimonio que nos hizo revivir a los argentinos.
El “nunca menos”, no es una mera expresión de deseo, es una compleja sinceridad que muchos todavía no desean, ni quieren interpretar.
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