¿A quienes representan estos personajes?

 Intenté en estos últimos días hacer un análisis e investigación, sobre el accionar de algunos personajes de nuestro periodismo, comparándolo entre aquella nefasta etapa de la vida nacional, soportada por toda la sociedad desde mediados de los 70 y hasta 1983, con la época que nos toca vivir en la actualidad.

Dentro de tal panorama, nada me sorprende de algunos sujetos que trabajan para los medios hegemónicos, pues actúan de la misma forma y además, muchos de ellos son los mismos que cumplían tareas en la dictadura cívico-militar más atroz de la vida nacional. Podemos nombrar a Joaquín Morales Solá, Alfredo Leuco, Marcelo Longobardi o a los jovencitos de aquella época Luis Majul o Jorge Lanata, no así al jóven Leuco, hijo de Alfredo, que se ha incorporado en esta etapa. Todos los nombrados no han variado la forma de pensar y accionar, siguiendo con los mismos mecanismos en la entrega de la información, elucubrando con los militantes juveniles, a quienes lo tildan de subversivos y terroristas, con todo lo que ello implica, a sabiendas que todavía estamos juzgando a los genocidas partícipes de los 30 mil detenidos-desaparecidos que sufrimos en el país.
La despiadada descalificación de los jóvenes militantes del país no tiene límites e incluso, desean vincularlos con organizaciones internacionales con han transitado y aun transitan en la clandestinidad, caso, Al Qaeda, Isis, la FARC colombiana en su momento u otras ya conocidas en el mundo, por la participación directa en acciones terroristas. Es más, Leuco y Lanata no se cansan de repetir que ingresan recursos de Gran Bretaña, apoyando a los mapuches, quienes se defienden con serruchos, piedras y gomeras. ¿Se defenderían con esas precarias herramientas, si en realidad recibieran fondos de tales organizaciones? Éste es un simple dato para despertar la conciencia del amigo/a lector/a.
Bien, mencionaba al principio de la presente editorial que estos representantes del periodismo violento, hicieron lo mismo en las etapas negras de la vida argentina, marcando y entregando a los militantes populares con esas consignas, con el sólo propósito de acallar la protesta y ser serviles al mercantilismo salvaje neoliberal. Con tal de defender a un gobierno indefendible por los abusos en el caso Maldonado y otros de tonos similares, como el de Milagro Sala y sus compañeras de lucha, no ahorran pretextos y mentiras para desviar la atención de la opinión pública y manipular el intelecto de todos nuestros compatriotas. En el mismo orden, desean que la sociedad crea que hay un rebrote subversivo y por ello, atacan locales partidarios, reprimen en las manifestaciones apoyados por infiltrados pagos por el mismo gobierno e incluso, como para embarrar aun más nuestra democracia,  mienten con la idea de que jóvenes ultra kirchneristas también están en la misma tesitura de los que ellos denominan terroristas.
Quiero decirles a estos sujetos, con toda la firmeza que merece el caso, que no se la llevarán de arriba, cuando les toque a estos funcionarios, incluso al Presidente Macri, declarar en alguna oportunidad por el terrorismo de estado puesto en práctica desde hace casi dos años, pues ellos también deberán pagar por sus responsabilidades y culpas en estos hechos aberrantes, y tengan en cuenta que no son asesinatos comunes, están declarados como crímenes de lesa humanidad. ¡No lo duden!