Verguenza mundial ante las acciones de ambos gobernantes

Cuesta demasiado encontrar situaciones similares a lo largo de la historia de la humanidad, cuando buscamos objetivos de análisis de ciertos personajes con aires de desprecio a un sector importante de la comunidad, que al decir de esos mismos sujetos, estos hechos se producen por pertenecer a otra estirpe social o dejando en claro, quizás, que provienen de otras especies humanas superiores al común denominador.

Los hechos concretos superan toda imaginación con respecto al accionar del presidente actual de los Estados Unidos, Donald Trump o de Mauricio Macri en nuestro país. Si bien existen enormes diferencias en cuanto a las disciplinas que han tocado y las acciones desarrolladas por ambos mandatarios con sus respectivos pueblos, lo que no difiere es el objetivo común, identificado con una profunda falta de respeto con sus semejantes a quienes consideran sujetos de menor calibre y por lo tanto, no están en condiciones, ni tienen derecho en disfrutar lo que sí vivencian ellos.
El clamor de Trump en producir una guerra mundial para aniquilar a un tercio de la población mundial por no compartir sus ideas y proyectos, es más que clara, no sólo pasa por tener el poder general en el universo, sobre otras posibles potencias que aparecen en el espacio político-económico global. Por supuesto, el manejo de la producciones más potables del mundo, fue y sigue siendo el anhelo y objetivo principal de los EE.UU. a través de la historia, pero nadie hace apenas un par de años, hubiese pensado que el mundo podía estar en manos y mente de un loco sin límites que desea tener al planeta rendido a sus pies.
Para ir elaborando el plan sistemático, Trump va tratando de adoctrinar a su pueblo con las nuevas misivas y destruye con todas sus armas intelectuales y de las otras, la inserción en el mundo moderno de las clases populares y comunidades de otras creencias, con el propósito de profundizar la diferencia entre esas clases sociales que el sostiene firmemente con los hechos.
Hay mil pruebas que certifican lo que estoy afirmando en la presente editorial, pero si les interesa tener al menos algunas de ellas para desmenuzar en el ánálisis, paso a difundirlas:
1) El crecimiento de asesinatos desde el mismo estado, hacia las comunidades afroamericanas y latinas.
2) La promesa firme de construir el muro que separa a los EE.UU., del resto de América, pues no es sólo un problema con los mexicanos.
3) El corte presupuestario notorio en los planes de salud y educación que la comunidad norteamericana de menores recursos, había logrado en la era Obama.
4) Y para cerrar, tal vez la más notoria y preocupante, con respecto a la reacción que tuvo con los deportistas que se arrodillaron al canto del himno nacional, a quienes los trató de "traidores e hijos de puta", pidiéndoles la expulsión del suelo norteamericano.
Claro, usted con buen criterio se preguntará que tiene que ver todo esto con Mauricio Macri y cuáles son las similitudes que intento demostrar entre ambos.
Bien, entonces para no ser tan extensos en lo analítico, paso a enumerar algunas de las actitudes discriminatorias y antidemocráticas de Macri, que ponen en evidencia ciertamente la similitud de ideas con su par del norte:
1) La persecución, sumada con prisión de opositores políticos, caso concreto, Milagro Sala, desoyendo toda inquietud y mandato de la Comisión Interamericana de DD.HH. Téngase en cuenta ésa "cárcel domiciliaria" inventada que no se compara con los 155 genocidas que viven en sus casas sin custodia de seguridad en sus casas.¡Algo insólito e inaceptable!
2) El desinterés de solucionar la desaparición física de Santiago Maldonado a dos meses del hecho, con el atrevimiento de tomarle el pelo a la sociedad en su conjunto, en hacer creer que hay una recompensa de 2 millones de pesos al que aporte algo sobre el tema, como si se tratara del extravío de una mascota. ¡Patético!
3) La notable persecución a toda actividad gremial y a los dirigentes obreros, que no aceptan la disciplina que desean imponer a cualquier precio, violando todas las garantías constitucionales.
4) Seguir prometiendo y hablando de la futura "pobreza cero", a sabiendas que es insoportable para una gran porción de nuestra sociedad, cumplir con los pagos de las tarifas públicas y el costo de los alimentos para darle bienestar mínimo y salud a sus familias. Es más, como si fuera tan sencillo, dan rienda suelta al libre mercado con el precio de los combustibles, teniendo como base que se puso en práctica en el país en otras etapas y siempre la pagó el pueblo al tener fuertes aumentos los productos básicos de  la canasta familiar.
5) Cerrando y tal vez una de las más profundas y peligrosas, la fuerte represión hacia el pueblo trabajador y el sector estudiantil, ahora con la firme intención de hacerlos trabajar en el último año del secundario, simplemente, para abaratar los costos laborales y sin ningún tipo de seguridad social como lo indica tanto la constitución nacional, como los tratados internacionales con la OIT. Es más, y esto aclara todo, no lo tienen en cuenta en escuelas privadas, demostrando que son de otro nivel y no tiene que ir a trabajar. ¿Curioso, no?
Existen muchos ítems más como para ir analizando y, seguramente encontrarán en ellos, las enormes coincidencias entre Trump y Macri para ir construyendo el nuevo mundo que anhelan estos sujetos de la derecha mercantilista internacional, con el único objetivo de aumentar sus arcas y demostrar que el poder está siempre en manos de los mismos.
Para volver a reconstruir la Patria Grande que estábamos logrando, sólo basta darse cuenta que las elecciones que tenemos cada dos años en casi todo el continente, son la clave para que estas cosas no continúen sucediendo, pues de ser así, estaremos recorriendo un camino muy corto hacia la felicidad que tanto pregogan los mismos enemigos de los pueblos.