Generando cambio

Generando cambio

Se nos fue nuestro co-autor y Secretario de Redacción de NUEVO PAIS PDF Imprimir Correo
Escrito por Gerardo Bova   
Domingo, 18 de Marzo de 2018 00:01

Me invade una tristeza muy difícil de superar, más por la forma que me enteré de la muerte de mi querido amigo Sergio "Rulo" Pérez Sanchez, con apenas 42 años, quien falleció el pasado 24 de diciembre en vísperas de navidad y que su cuerpo recién fue encontrado y sepultado 34 días después. Motivó todo ello porque Sergio tenía previsto irse de vacaciones a Córdoba después de navidad, pero un infarto en aquella noche del 24 lo dejó sin vida y por esas cosas de la vida que muchas veces no tiene explicación, recién el 28 de enero fue hallado su cuerpo en su dormitorio, porque todos pensábamos que estaba ya de vacaciones y no se tenía rastros de él.
La hermosa forma de vivir de Sergio, como también es parte de la mía, con total lirismo despreocupación por muchas cosas que no son trascendentes, hizo que no supiéramos nada de su persona, auqnue siempre puso su esfuerzo por lo que sí, merecia toda la atención, muy comprometido con el país y con esa sana costumbre de pensar en el otro y dar todo por el bienestar del amigo/a.
Las instancias claves de como se descubrió su muerte, prefirio omitirlas en el comentario, porque me causa mucho dolor y cuesta transcribirlas. Sólo quiero dejar éste mensaje a nuestros lectores, de lo que fue Sergio, quien simbólicamente de por vida, seguirá siendo el Secrtario de Redacción de NUEVO PAÍS, además por haber sido el co-autor de la parición de nuestra revista y por supuesto, el ideólogo de la misma, allá por marzo del 2009, cuando me dio la posibilidad de vivir en su casa de Castelar, en circustancias muy difíciles para mi por mi compliada situación económica.
Para que usted amigo/a lector/a tenga bien en cuenta que clase de persona era nuestro querido "Rulo" y cuál era su forma de pensar, agrego al pie de la presente, una nota editorial escrita por él en el año 2009.
¡Hasta siempre querido y entrañable amigo "Rulo"!

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Columnista Especial:
(E)LECCIONES
Por: Sergio L.P.Sánchez
Como la historia, las próximas elecciones están a la vuelta de la esquina.
Pero no hablo aquí de las historias, digamos, de los últimos 20 o 30 años, sino que hago hincapié en la historia reciente. Solo un puñado de años nos separa de la descomunal crisis de fines del 2001.
Recordemos juntos en que estado nos encontrábamos los argentinos en aquella época: Corralito, default, desocupación récord, estadísticas de pobreza humillantes, quebranto financiero del Estado, conflictividad social (piquetes, cacelorazos) saqueos, son solo algunos de los padecimientos que enfrentábamos todos los argentinos.
Y ahora confrontemos este desastre con la realidad de nuestros días: Desempleo en un dígito, movilidad laboral, reservas por más de 46 mil millones de dólares, cancelación de la deuda con el FMI, nula protesta social, caída de la pobreza del 50,7% al 20%, obras públicas como nunca se realizaron, récord de recaudación, niveles de consumo superlativos.
Entonces podemos decir que hemos avanzado de un modo extraordinario en estos seis años de conducción kirchnerista en el País.
Aun con todo lo que falta por hacer en materia social, dada la magnitud de la herencia recibida, estamos en un escenario muy diferente de aquellas horas aciagas.
Pero hay, a pesar de todo lo expuesto aquí, un peligro inminente: se trata de ni más ni menos que del amago de volver a tener como gobernantes de la Argentina a los neoliberales que saquearon el País en los años 90.
Apoyados por los medios masivos de comunicación, están al acecho de volver por todo.
Ya sabemos la metodología de estos oscuros personajes: primero vienen por los salarios, luego por el empleo y por último cuando han empobrecido y desempleado a la mayoría de la población, responden a las protestas con represión, que, como pasó en la Segunda Década Infame de los 90, muchas veces termina con muertes.
Están movilizados la repatriación de los aportes jubilatorios, la estatización de empresas saqueadas, la conformación de cooperativas formadas por los propios empleados de firmas quebrantadas y por último la entrega de subsidios por parte de la Presidenta  para evitar la quiebra de importantes empresas  (recordemos el reciente caso de General Motors en la provincia de Santa Fe) por consiguiente la pérdida de la fuente laboral de miles de argentinos, les ha puesto el grito en el cielo.
¡Nada de intervencionismo estatal!: si quiebra una empresa y los obreros quedan en la calle es por que asi lo ha querido el “Mercado”.
¿Les trae algún recuerdo cercano lectores?
¿Se acuerdan cuando el ex presidente Néstor Kirchner salvaba mediante leyes los remates hipotecarios?
Ahí estaban Macri, López Murphy y otros ilustres representantes del neoliberalismo vernáculo haciendo oír sus reclamos.”El estado no debe interceder cuando se trata de contratos entre privados” “es una mala señal a los mercados”, se escuchaba decir  a coro a estos señores.
Claro, es el empleo y los hogares de los argentinos no pueden estar por encima de los designios de la economía de mercado. Con esa lógica se manejan y eso es lo que tendremos si estos señores se alzan nuevamente con la conducción del País.
Entonces  han formado alianzas electorales para intentar ponerle freno a la intervención estatal en los asuntos de la economía, y han incorporado a sus filas a advenedizos de fortuna misteriosa para que financien sus proyectos de aniquilamiento de la producción y para favorecer el reparto mezquino de la generación de riqueza.
No están acompañados en su cruzada únicamente por aquellos mismos medios que denuncié en párrafos pretéritos. Ahora también cuentan con el apoyo del sector mas rancio de la vida social argentina a lo largo de la historia: la oligarquía agropecuaria.
También están los otros en el escenario opositor: se trata de los mismos que aseguraron que nos sacarían de la decadencia menemista y que ya se sabe, nos dejaron con el dramático escenario descripto líneas arriba.
Es por todo lo aquí expuesto que estas elecciones nos dan la posibilidad de darles una “lección” tanto a los neoliberales como también a los probadamente inútiles en la conducción de la Argentina, de votar por aquellas propuestas verdaderamente populares e integradoras y seguir con la reconstrucción social y económica de nuestra Nación como se ha venido dando desde el 2003.

 
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