Una consigna que tiene más fuerza que nunca...

¡Que difícil se hace el análisis sobre nuestro país! Sin dudas cuando observamos el accionar del gobierno nacional, principalmente, desde la figura presidencial, nos deja la impresión que estos personajes viven en otro espacio y no tienen la mínima idea de lo que acontece en nuestro territorio. Solamente mencionando la actitud de Mauricio Macri en Nueva York ponderarando a Christine Lagarde y el enamoramiento hacia su persona, prometiendo además, que nuestro pueblo en poco tiempo también le pasará lo mismo con respecto al amor hacia la titular del FMI, deja en claro que poco les importa las consecuencias para nuestro pueblo las recetas impuestas por el FMI y que no pueden asimilar lo que está pasandverdaderamente nuestro pueblo en la actualidad.
Es más, mientras en Argentina tenemos un pueblo movilizado desde el lunes al mediodía y con un paro nacional por todo lo que ya conocemos y vivimos en nuestro suelo, el presidente se jactaba de lo buena tarea que está desarrollando para superar la crisis y del compromiso del pueblo para acompañar sus políticas, agregando en medio de esta crisis como nunca se había vivido en nuestro país, que Mauricio Macri como tomándonos el pelo, se deba el lujo de mostrar sus dotes de bailarín como ya nos tiene acostumbrados a todos y todas, burlándose de lo que nos pasa a los argentinos/as.
Mientras esto sucedía en tierras del norte, aquí los componentes del gobierno nacional, sus aliados y los medios de comunicación afines a estos designios del FMI, menospreciaban el paro nacional, argumentando que era político y que no servía para nada. Pues bien, hay que remarcarles a estos personajes que sí, el paro es político, simplemente, para cambiar las políticas económicas que ejecuta éste modelo antipopular y en contra de los intereses de su pueblo. Lo que sucede con estos sujetos es claro, tienen incorporado todo lo negetivo de la política y la desprecian desde todo punto de vista. Son representantes de las corporaciones y de los sectores del privilegio y jamás van a aceptar la política como herramienta real de transformación de las sociedades  que aspiran a vivir en libertad.
Aducen con total desparpajo que el país perdía 31,6 millones de pesos en producción en un solo día de paro, algo para analizar porque esconde un sinfin de mentiras, pues los números para cualquier ser pensante que sabe sumar, restar, dividir o multiplicar no condicen con los argumentos gubernamentales. Aunque parezca muy complicado no es tan difícil darse cuenta que esa cantidad denunciada por sectores oficialistas significan con un cáluclo de 300 días hábiles de trabajo por año, una cifra monstruosa de productividad de unos 9 billones, 480 mil millones de pesos, que convertidos a dólares significan unos 4 PBI y no tendríamos ningún déficit fiscal, además de ponderar entonces al trabajador argentino que está muy mal pago y con una pérdida de derechos diarios que asustan.¡De tal forma, hoy no viviríamos semejante atraso y pobreza! ¿No le parece?
Además hay que remarcar que ningún comerciante, banco, prepagas, servicios públicos, etc, pierde algo por no trabajar un día, ya que los alimentos, combustibles, u otros poductos que no se consumen en ése día, no significa que la sociedad no come, no utiliza la luz o el gas, pues sigue consumiendo o compra por adelantado lo que necesita ante un día de paro. ¡Las viejas e injustificables mentiras!
Lo concreto y para ser breve y cerrar ésta editorial, es la unión de los trabajadores más por presión de las bases y de algunos pocos dirigentes valiosos de la conducción obrera, que van abriendo un nuevo camino para encontrar la preciada unificación entre la dirigencia y los asalariados, algo que molesta y mucho a los sectores dominantes. Como manifestara en el título y subtítulo de la presenta nota, éste es el camino y debemos luchar incansablemente para no perder más los derechos adquiridos, con la incesante búsqueda en el logro de un proyecto de país que contemple la verdadera unión de los trabajadores, estudiantes, campesisnos, intelectuales y todo lo que concierne al campo popular. No perdamos de vista esta consigna, será la única receta para reconquistar lo perdido y pensar en un país en serio, lo demás es puro cuento, pues el neoliberalismo está creciendo fuertemente en latinoamérica y no lo podemos permitir bajo ningún concepto, por el bien de nuestros hijos, nietos y generaciones venideras.